En respuesta a mis comentarios (1, 2) relativos al asunto de Johnny Weir, y a mi comentario general acerca de las campañas de un solo tema, algunos han sugerido que, si el asunto de Johnny Weir es una campaña de un solo tema, entonces todas las campañas, incluidos los esfuerzos por promover la adopción/rescate, los santuarios e incluso el veganismo, son campañas de un solo tema.
Esta sugerencia revela la profunda falta de comprensión de la naturaleza de una campaña de un solo tema.
Una campaña de un solo tema implica identificar algunos usos específicos de los animales nhumanos o alguna forma de tratamiento, y hacer eso el objeto de una campaña para terminar con el uso o modificar el tratamiento. El problema de una campaña de un solo tema es que presenta algún uso o tratamiento particular como moralmente distinguible de otras formas de uso o tratamiento, y que haciéndolo así, explícita o implícitamente sugiere que otras formas de explotación son menos problemáticas en el plano moral.
El asunto Weir presenta el clásico ejemplo del problema. Fue una Carta abierta escrita a Weir, quejándose del hecho de que él use piel sobre el hombro de su traje de patinador. No fue una Carta abierta escrita para todo el equipo, relativa al uso de las pieles de animales nohumanos, incluyendo sus patines de cuero o cualquier prenda de lana o seda. La Carta abierta se centró en un solo producto animal, siendo usada por una sola persona en una sola instancia.
El problema principal con esta clase de campaña es que no hay distinción moral coherente entre las pieles, el cuero, la lana o la seda. Weir, muy eficazmente, desvió la atención de la Carta abierta haciendo, por sí mismo, esa simple observación:
Esta sugerencia revela la profunda falta de comprensión de la naturaleza de una campaña de un solo tema.
Una campaña de un solo tema implica identificar algunos usos específicos de los animales nhumanos o alguna forma de tratamiento, y hacer eso el objeto de una campaña para terminar con el uso o modificar el tratamiento. El problema de una campaña de un solo tema es que presenta algún uso o tratamiento particular como moralmente distinguible de otras formas de uso o tratamiento, y que haciéndolo así, explícita o implícitamente sugiere que otras formas de explotación son menos problemáticas en el plano moral.
El asunto Weir presenta el clásico ejemplo del problema. Fue una Carta abierta escrita a Weir, quejándose del hecho de que él use piel sobre el hombro de su traje de patinador. No fue una Carta abierta escrita para todo el equipo, relativa al uso de las pieles de animales nohumanos, incluyendo sus patines de cuero o cualquier prenda de lana o seda. La Carta abierta se centró en un solo producto animal, siendo usada por una sola persona en una sola instancia.
El problema principal con esta clase de campaña es que no hay distinción moral coherente entre las pieles, el cuero, la lana o la seda. Weir, muy eficazmente, desvió la atención de la Carta abierta haciendo, por sí mismo, esa simple observación:
“Cada patinador está usando patines hechos de vaca,” dijo Weir.
“Tal vez estoy usando un hermoso y pequeño zorro mientras todos los demás están usando vacas, pero todos estamos usando animales.”
Además, la Carta abierta no sólo promovió una campaña de un solo tema, sino que lo hizo en el contexto de la tradicional reforma de "Bienestar Animal", porque habla acerca del trato, y no acerca del uso. La Carta abierta focaliza en la “industria,” y el tratamiento de la matanza de los animales en granjas peleteras o en la naturaleza. Hablar de las granjas peleteras y las trampas es invitar a responder: “Bien, entonces debemos encontrar una manera de hacer la producción de pieles más “humanitaria.”
En lo que concierne a los animales "domesticados", los animales en las granjas, y los animales salvajes que necesitan hogares, los intentos o esfuerzos para proveerles de esos hogares no constituyen campañas de un solo tema o, al menos, no en el sentido de que signifique los problemas que identifiqué. Domesticando a los nohumanos, los hemos metido en un lío espantoso, y si podemos sacarlos de un refugio que mata, o de las calles, deberíamos hacerlo. Dado que tenemos la oportunidad de proveer un hogar al animal domesticado o salvaje, eso está muy bien. Estos son esfuerzos que implican ayudar a los animales individuales; no son campañas que tienen por objetivo los usos o prácticas que identificamos como peores que otros usos o prácticas necesaria e implícitamente aprobados por nosotros por las razones discutidas en mi ensayo anterior. Son actividades cualitativamente diferentes.
Y siempre hablo respecto de la adopción/rescate dentro de un marco específico que rechaza el uso y enfatiza el veganismo ético como el tema central. Nunca hablo acerca de la adopción/rescate como una actividad aislada sino sólo como una parte más, entre las muchas que comprende el total enfoque abolicionista. Aunque apoyo la adopción de los nohumanos sin hogar porque esos individuos necesitan hogares, siempre soy claro en que deberíamos dejar de producir o facilitar la producción de nohumanos domesticados en general.
La “Carta abierta” a Johnny Weir no hace nada de esas cosas. Habría sido posible escribir una carta a Weir que mencionara las pieles como un aspecto de un mensaje abolicionista global, que también discutiera explícitamente el uso de las pieles de animales y que mencionara el veganismo. Tal carta habría presentado un fuerte mensaje, en vez de un mensaje débil que hace aparecer a las pieles como moralmente distinguibles del cuero (o de otros productos animales que ni siquiera son mencionados) y que Weir efectivamente descartó en dos oraciones.
También apoyo los santuarios pero, nuevamente, hablo acerca de los santuarios como una parte del enfoque abolicionista global, y promuevo aquellos santuarios que conllevan un explícito mensaje abolicionista. Dentro de la medida en que un santuario proporcione un hogar para los animales, eso es bueno, pero, dentro de la medida en que un santuario también apoye un mensaje reformista bienestarista, o promueve campañas centradas en un solo tema, ellos deshacen por lo menos parte de lo bueno que hacen.
También pienso que los santuarios pueden ser usados por grupos adinerados para obtener donaciones. Si quieren contribuir con un santuario, deberían explorar sus finanzas y averiguar acerca de los pagos de salarios a la gente que está implicada en la organización que dirige el santuario.
También, varias personas sugirieron que no deberíamos criticar el bienestarismo o las campañas de un solo tema de un grupo que también dirige un santuario, porque eso podría afectar las donaciones al grupo, lo que dañaría a los animales. Esto es una variante del argumento general que escuchamos todo el tiempo: “El Grupo X hace cosas buenas por los animales, así que no critiques al Grupo X porque dañará sus esfuerzos por ayudar a los animales.” Esto es una cierta prescripción para un desastre y para la muerte de un movimiento social. Es precisamente este pensamiento el que ha conducido a la corriente principal del movimiento a permanecer en silencio frente a la obscenidad que es la matanza del 85% de los animales que PeTA “rescata” y su inexorable uso del sexismo como estrategia de auto-publicidad.
En cuanto al veganismo como una campaña de un solo tema, no estoy seguro de qué decir, porque la sugestión revela tal profunda confusión, que puede no ser posible de manejar. De cualquier modo, cuando hablo de veganismo, hablo de no comer, vestir o usar cualquier animal o productos derivados de animales para ningún propósito humano. Pero aún si restringen su conceptualización de veganismo a “una dieta vegana,” aún están defendiendo la eliminación de una práctica que involucra más animales que todos los otros usos de animales nohumanos combinados, porque todos consumen animales y productos animales.
Más aún, todo uso de animales nohumanos deriva del hecho de que comemos animales nohumanos y productos derivados de ellos. Si eso cambiara, todo le seguiría. Por ejemplo, alguien que acepta el hecho de que tiene una obligación moral de no comer animales ni productos animales, necesariamente aceptará también el hecho de que no debe usar pieles o asistir a los circos. Más aún, el veganismo es cualitativamente diferente de las campañas de pieles que apuntan a una sección relativamente pequeña de personas o una campaña vegetariana que explícita o implícitamente distingue la carne de otros productos animales y da el mensaje de que está bien consumir productos animales que no sean carne.