3 de marzo de 2011

La Ciencia Dictamina: La Reforma Bienestarista Es Inútil



Los defensores de la reforma bienestarista están eufóricos. Están difundiendo un artículo del Journal of Agricultural Economics titulado: "El Impacto del Bienestar Animal En El Consumo De Carne", y los bienestaristas claman que: "La Ciencia Ha Dictaminiado Que Las Reformas De Bienestar Animal Consiguen Que La Gente Consuma Menos Carne".

[Nota: El artículo del Journal of Agricultural Economics, que fue originalmente publicado ya no está disponible y sólo se puede acceder mediante suscripción a la revista. Pero el borrador del artículo titulado: "Cobertura Mediática Del Manejo y Bienestar Animal: Influencia En El Consumo De Carne", está disponible aquí.]

Estoy consultando a académicos especializados en economía y estadística para poder presentar una réplica al estudio, el cual padece de varios problemas en la metodología y está pobremente diseñado. Pero puedo sugerir que un análisis conciso sobre el artículo indica que las proclamas de los bienestaristas son, como mínimo, exageradas.

En primer lugar, el consumo de carne está aumentando y no disminuyendo. El estudio no dice que las campañas bienestaristas hayan provocado ningún descenso del consumo. De hecho, dice que la demanda, estimada sobre el último periodo de diez años, no se incrementó tanto como los autores habrían previsto si la atención mediática sobre la cuestión del bienestar animal no se hubiera incrementado. Los autores reconocen que esa reducción en el incremento de la demanda es "pequeña, pero estadísticamente significativa".

Hay muchos más problemas con el estudio. Por ejemplo, los autores no fueron capaces de encontrar el mismo "pequeño" resultado en el caso de las vacas. Más aún, los autores señalan que "este descenso en la demanda se debe más bien a una salida del consumo de carne que a una renovación de la demanda dirigida a otro tipo de carnes". Ellos definen el consumo de carne incluyendo vacas, cerdos y aves. El bajo nivel en el incremento de la demanda, que es pequeño según afirman los autores, podría haberse redirigido hacia otros productos de origen animal que no forman parte del consumo de carne. Los autores también claran que hay problemas para conectar los resultados hallados con la cuestión del bienestar animal.

En resumen: el consumo de animales está aumentando pero no se incrementó tanto respecto de cerdos y pollos y esto podría ser debido al bienestar animal, pero podría ser que no tuviera nada que ver con la cuestión del bienestar animal y cualquier descenso en el incremento de la demanda podría ser debido a una redirección hacia el consumo de peces, huevos, productos lácteos y productos cárnicos procesados.

¿Y los bienestaristas están entusiasmados con esto?

Durante los últimos diez años, las organizaciones bienestaristas han gastado millones de dólares promoviendo campañas bienestaristas. Dejando a un lado los problemas metodológicos del estudio, si esto es lo mejor que los bienestaristas pueden ofrecernos, entonces estoy de acuerdo con lo que la ciencia ha demostrado: la reforma del bienestar animal es inútil y completamente inefectiva.

Más adelante expondré nuevas consideraciones más formales según aparezcan nuevos resultados.

Posdata añadida el 1 de agosto de 2013

Después de mi ensayo de marzo de 2011, mi interés en elaborar una respuesta formal fue disminuyendo en parte debido a que el estudio era tan obviamente defectuoso —e inapropiado para el propósito que los bienestaristas pretendían— que me parecía una pérdida inútil de tiempo. Además de que los expertos en estadística que consulté estaban muy ocupados. Por tanto, el asunto perdió por completo mi atención.

Sin embargo, cuando expuse una conferencia en el "Animal Rights 2013 Conference" hace unas semanas, escuché a gente de Farm Sanctuary y de Humane Leage diciendo que el estudio prueba que "millones" de animales han sido salvados gracias a las reformas bienestaristas. Eso es increíble e insensato.

Todavía no tengo claro que el estudio merezca siquiera una respuesta formal teniendo en cuenta que hay otras tareas más importantes que necesitan ser atendidas. Y, francamente, la gente que quiere creer en la propaganda de la explotación "feliz" suministrada por los bienestaristas no se vería disuadida en ninguna forma aunque pudieran leer algo que refutara el estudio en cuestión.

La clave de la cuestión, como ya señalé en mi análisis previo, es que el estudio dice que:
«El consumo de animales está aumentando pero no se incrementó tanto respecto de cerdos y pollos y esto podría ser debido al bienestar animal, pero podría ser que no tuviera nada que ver con la cuestión del bienestar animal y cualquier descenso en el incremento de la demanda podría ser debido a una redirección hacia el consumo de peces, huevos, productos lácteos y productos cárnicos procesados.»
En otras palabras, el hecho de que el incremento en el consumo de cerdos y pollos no esté yendo tan rápido como se esperaba —aunque no sucede lo mismo con el consumo de carne vacuna a pesar de las muchas campañas focalizadas en el bienestar de las vacas— podría estar asociado a las campañas bienestaristas. Pero también podría estar asociado al clima, la salud, la economía o podría deberse al activismo de quienes defienden que el veganismo es una base moral y no tener nada que ver con las campañas reformistas del bienestar animal, o podría estar conextado a muchas otras cosas que no tienen que ver con las campañas bienestaristas.

En conclusión, si alguien cree que este estudio demuestra que las campañas reformistas del bienestar animal causan o tienden a que la gente se haga vegana es porque quiere creerlo, no porque el estudio apoye semejante creencia.


¿Y los otros cuatro perros?




El viernes 25 de febrero, un agente del centro de control animal de Oklahoma aplicó inyecciones letales a cinco perros en situación de calle. El sábado, el agente descubrió que uno de los perros, un cachorro al cual le había dado dos inyecciones letales, todavía estaba vivo. El cachorro fue llevado a un veterinario, que puso una nota sobre la supervivencia del perro en una página de adopción de animales. Ahora, cientos de personas de los EE.UU. y Canadá están tratando de adoptar al perro.

¿Por qué?

Millones de animales sanos son matados cada año en los refugios porque nadie los quiere. Y ahora, porque este perro escapó de la muerte de un modo aparentemente milagroso, cientos de personas quieren adoptarlo. De acuerdo a un comentario: «la gente está interesada en el cachorro porque su historia es única.»

Esta historia es similar a las historias acerca de los animales criados para comida  que escapan de los mataderos y son entonces llevados a vivir el resto de sus vidas a una casa particular. Ellos, también, son especiales. Ellos escaparon de la explotación institucionalizada que hemos establecido. Ellos escaparon de la muerte.

Muchas personas piensan que cuando un animal escapa de la muerte de este modo, se trata de alguna clase de señal divina. Este tipo de eventos, irónicamente, refuerzan nuestra idea de que, debido a que no hay ninguna intervención divina para todos los otros animales que son asesinados en los refugios o en los mataderos, entonces esta es la manera en que las cosas deben ser para aquellos otros animales. Ellos son asesinados como parte del orden natural.

Mi opinión es que si Dios existe, ella/él está preocupado respecto de los cuatro otros perros que fueron matados el viernes por el agente de Oklahoma, los millones de otros que son asesinados en refugios, y los miles de millones que son asesinados por ninguna otra razón mejor que la de que somos tan egoístas que pensamos que nuestro placer justifica privar a otro ser sintiente de su vida.

Y cualquiera sea la opinión de Dios acerca de la situación, sugiero que nuestras reacciones, en esta clase de situaciones, deberían obligarnos a pensar respecto de porqué nos involucramos en la injusticia de la explotación animal, en vez de pensar que sólo los animales afortunados, los que escapan de nuestra injusticia institucionalizada, son los que importan moralmente.

Si no son veganos, háganse veganos; es mejor para su salud y para el planeta. Pero, lo más importante, es lo moralmente correcto para hacer. Nunca harán algo más fácil y satisfactorio en sus vidas.

Y, si pueden, adopten o den hogar de tránsito a animales sin hogar. Nosotros los metimos en este lío; nosotros tenemos la obligación colectiva de ayudarlos a salir de él. Está repleto de perros, gatos y otros animales sin hogar en el área en que viven. Y ellos son todos especiales.



7 de enero de 2011

Wayne Pacelle y yo estamos de acuerdo




Durante muchos años argumenté que los grandes grupos de protección animal son, en su mayor parte, socios de los explotadores institucionales, y que son, en efecto, facciones del lobby de la industria alimenticia. Ellos no desafían el uso de los animales; de hecho, activamente apoyan el uso institucionalizado de los animales y afirman que sólo las cuestiones de bienestar o tratamiento son las que importan. 

Ellos promueven lo que en gran parte son cambios insignificantes, mucho de los cuales, de hecho, mejoran la eficiencia productiva, y muchos de los cuales nunca son siquiera implementados, o tienen fecha de implementación para dentro de muchos años. Ellos promueven los programas de las etiquetas de explotación “feliz”, donde los productos animales “aprobados” son vendidos con la aparente bendición de la comunidad de defensa animal. 

Argumenté que las reformas de bienestar (si es que pueden siquiera ser llamadas “reformas” en vez de cambios que promueven la eficiencia) hacen que el público se sienta mejor acerca de continuar explotando a los animales no humanos.

Mis puntos de vista han provocado una gran cantidad de fuertes críticas por parte de los defensores del bienestar animal.

Así que con gran felicidad les informo que Wayne Pacelle, CEO de la Humane Society of the United Stated, está de acuerdo conmigo.

Antes de que el Ohio Livestock Standards Board, que ganó apoyo de la HSUS después de acordar el retiro definitivo de las jaulas de gestación después de 2025 (eso en cuanto a “ayudar a los animales aquí y ahora”), Pacelle elogió la ganadería:
«Realmente creo que la ganadería es una tradición profundamente noble,” dijo. “Hay tantos grandes aspectos en ella, pero nosotros debemos poner el bienestar animal en la ecuación.»
Pacelle dice ganadería es una “noble tradición” con “muchos grandes aspectos.” Nosotros sólo necesitamos poner “el bienestar animal en la ecuación.” Aquí está el punto. Según Pacelle, el problema no es el uso de los animales nohumanos per se; el problema es el trato, y la reforma bienestarista, tal como la eliminación de las jaulas de gestación después del 2025, es la solución.

También dijo que las reformas bienestaristas apoyadas por el Board:
«harán a la agricultura de Ohio más honorable, defensible y pertinente para el consumidor.»
Sí, verdaderamente, lo harán. Eso es exactamente lo que oido decir por más de dos décadas y estoy contento de que Wayne Pacelle esté de acuerdo conmigo.

Si no son veganos, háganse veganos. Es fácil; es mejor para su salud y para el planeta. Pero, lo más improtnte, es lo moralmente correcto para hacer. Nunca harán nada tan fácil y satisfactorio en sus vidas.


1 de enero de 2011

Algunos pensamientos para el Año Nuevo




Es obligación de todos los que adoptan el veganismo, educar a otros de manera creativa respecto de la verdad moral fundamental de no explotar a los animales. Todos debemos convertirnos en educadores de la no-violencia en nuestros hogares, círculos sociales, escuelas, lugares de trabajo y comunidades. Empezamos enseñando con nuestro propio ejemplo.

El veganismo ético es la no violencia en acción; es una inocuidad dinámica. Requiere que rechacemos la insidiosa ideología de dominación que hemos llegado a aceptar como “normal.” Un mundo que se mueva hacia el veganismo ético será un mundo que se mueva hacia una mayor paz y justicia en general.

Si dejamos de tratar a los animales como animales, dejaremos de tratar a otros humanos como animales.

Tomemos la decisión de dar la cara contra todas las formas de discriminación injusta [racismo, sexismo, homofobia, clasismo, especismo] y simplemente decir no.

Tomemos la decisión de hacer del mundo un lugar de más paz en el 2011, y dejemos que cada uno haga su parte en ese esfuerzo. Continuaré a lo largo del 2011 haciendo comentarios, centrando en las variadas formas de activismo vegano creativo y no violento de grupos de base que están emergiendo y desarrollándose en muchos países y en toda clase de comunidades. ¡Todos deberíamos aprender de esos activistas!

Si no son veganos, háganse veganos. Es fácil; es mejor para su salud y para el planeta. Pero, lo más importante, es lo moralmente correcto para hacer. Nunca harán en sus vidas algo más fácil y satisfactorio.

El mundo es vegano. Si lo quieren.


29 de diciembre de 2010

La necesidad de la teoría



Muchos activistas parecen pensar que no necesitamos ninguna teoría. Sólo necesitamos actuar “por los animales”; y ya nos podremos preocupar por la teoría más adelante.

Este punto de vista está equivocado al menos en dos aspectos.

Primero, si no tenemos una teoría, ¿cómo vamos a elegir qué cosas deberíamos promover? Si quiero hacer algo hoy para ayudar a los animales, y no tengo una teoría, como la relativa a la condición moral de los animales y qué cosas debo hacer, ¿cómo voy a elegir lo que voy a hacer?

Si quiero pasar la tarde charlando con un grupo de personas respecto de la explotación animal, y no tengo una teoría, ¿cómo elegiré de qué hablar? ¿Cómo voy a elegir si argumentar que ellos no deben consumir ningún producto animal o que ellos deben consumir productos animales supuestamente “felices”?

La respuesta es muy clara: no podemos hacer una elección inteligente o informada si no tenemos ninguna teoría que guíe nuestra elección. Antes de hablar con la gente; antes de decidir qué activismo voy a seguir, tengo que tener en claro si la posición moral correcta es que debemos consumir huevos provenientes de gallinas “libres de jaulas”, o si es que no debemos consumir huevos en absoluto; tengo que tener en claro si la posición moral correcta es comer pollos que han sido gaseados en vez de electrocutados, o si es no comer pollo en absoluto.

Es interesante que la mayoría de aquéllos que afirman que ahora mismo no necesitamos una teoría para actuar “por los animales”, de hecho tienen una teoría: adoptan la teoría de que el tema no es que usamos a los animales no humanos sino cómo los usamos; de que es aceptable utilizar animales no humanos siempre y cuando los utilicemos de manera “humanitaria”. Así que estas personas afirman que no deberíamos molestarnos a nosotros mismos con las abstracciones de la teoría; simplemente deberíamos salir y promover los huevos provenientes de gallinas “libres de jaula” o pollos gaseados o lo que sea.

Pero su posición está fundamentada en una teoría.

Y esto me lleva a mi segundo punto.

A veces, algunas ideas son tan inherentes a nuestra cultura que ni siquiera somos conscientes de hasta qué punto modelan nuestra percepción de la realidad. Una de esas ideas es que los hombres son, como grupo, más valiosos que las mujeres y que las mujeres son más valiosas por su apariencia como proveedoras de servicios sexuales que por sus capacidades. Esta idea está tan arraigada a nuestra cultura, que muchos de nosotros ni siquiera somos conscientes de ella; vemos como “normal” el modo en que se representa a las mujeres culturalmente y no vemos esa representación como algo que refuerza el patriarcado.

Otra idea semejante es que a los animales no les importa si los utilizamos, sino que sólo les importa cómo los tratamos. Esa es una idea cuyo origen podemos rastrear históricamente en la misma fundación de la posición del bienestarismo animal que domina nuestro pensamiento acerca de la relación humano/nohumano, tal como el patriarcado domina nuestras ideas respecto del valor de las mujeres.

En el siglo XIX, los reformadores sociales progresistas tales como Jeremy Bentham, argumentaron que debíamos incluir a los animales no humanos en nuestra comunidad moral porque, aún cuando eran diferentes a los humanos en varios aspectos, ellos podían sufrir, al igual que los humanos, y que esto era suficiente para cimentar nuestras obligaciones morales hacia los animales. De acuerdo a Bentham, aunque un caballo adulto o un perro es más racional y más capaz de comunicarse que un niño-a humano, “la cuestión no es, ¿pueden razonar?, ni ¿pueden hablar? sino, ¿pueden sufrir?”. Pero esto no significaba que no podíamos utilizarlos y matarlos para propósitos humanos siempre y cuando los tratáramos bien. De acuerdo a Bentham, los animales no humanos viven en el presente y no son conscientes de lo que pierden cuando tomamos sus vidas. Si los matamos y comemos, “nosotros nos sentimos mejor por ello, y ellos no se sienten nunca peor. No tienen ninguna de esas prolongadas expectativas de desgracias futuras que nosotros tenemos.”

Si, como Bentham sostiene aparentemente, los animales no tienen, como cuestión de hecho, interés en continuar viviendo, y la muerte no es un daño para ellos, entonces nuestra matanza de animales no sería per se un problema moral siempre que tratemos y matemos a los animales “humanitariamente.”

Y eso es exactamente lo que la mayoría de nosotros piensa respecto de la cuestión del uso de los animales no humanos. El punto de vista de Bentham es explícitamente promovido por Peter Singer, e incluso el teórico partidario de los derechos Tom Regan sostiene que la muerte es un daño mayor para los humanos que para los no-humanos porque los últimos tienen menos oportunidades de satisfacción que las que tienen los primeros.

Sugiero que este punto de vista —que nuestro uso de los animales no humanos es aceptable moralmente si es “humanitario”— de una forma o de otra es asumido casi por cualquiera. Esto es, incluso aquellas personas que jamás han oído hablar de Jeremy Bentham o Peter Singer caen en esta visión teórica que está tan asumida que ninguno siquiera reconoce cuánto modela nuestra visión de la relación humano-animal.

Y, como el sexismo tan presente en nuestra cultura, es erróneo.

La postura teórica de que los animales no humanos no tienen interés en sus vidas, y de que no les importa si los usamos o matamos siempre que los hagamos “humanitariamente”, está basada en la noción de que tener interés en continuar viviendo requiere de un sentido de auto-consciencia que asociamos con los humanos normales.

Y como discuto en mi último libro, The Animal Rights Debate: Abolition or Regulation? y también en Introducción a los Derechos Animales, y en este blog, ésa es una posición especista, en el sentido en que privilegia arbitrariamente la auto-consciencia parecida a la humana.

Este punto de vista teórico respecto del menor valor de la vida animal es un gran problema teórico que está siempre presente. Nos guste la teoría o no, necesitamos asumir una teoría antes de emprender nuestro activismo. Si concordamos con Bentham y Singer y con la teoría dominante del bienestarismo animal, entonces promoveremos la reforma bienestarista; promoveremos los huevos provenientes de gallinas “libres de jaula”; promoveremos el consumo de pollos que han sido gaseados en vez de electrocutados; apoyaremos las etiquetas de la “carne/lácteos “felices”; promovemos el “flexitarianismo” y consideraremos al veganismo simplemente como un medio de reducir el sufrimiento.

Pero si no apoyamos este punto de vista, y si, en cambio, consideramos a todos los seres sintientes con igual valor para el propósito de no ser usados como un recurso, entonces promoveremos el veganismo como una base moral innegociable.

Y no podemos afirmar que aceptamos la igualdad pero apoyamos la reforma bienestarista por el hecho de que la gente va a seguir de todos modos consumiendo animales. Dejando de lado que si realmente creemos en la igualdad, promover la reforma bienestarista es similar a promover la esclavitud o la pedofilia “humanitaria”, el bienestar animal no funciona como cuestión de hecho. Los animales son mercancías; ellos son una propiedad. Cuesta dinero proteger sus intereses y el más “humanitario” de los tratos nunca llegará por encima del nivel que sería caracterizado como tortura si se tratara de seres humanos.

Como sea que lo intenten, no podrán evitar la teoría. Sólo pueden elegir una teoría de igualdad o elegir aceptar la teoría dominante del bienestar, que asume que la vida animal no humana es de menor valor moral.

Pero deben hacer una elección y su activismo necesariamente estará fundamentado por la elección que hagan.

Si no son veganos, háganse veganos. Es fácil; es mejor para su salud y para el planeta. Pero, lo más importante, es lo moralmente correcto para hacer.

9 de diciembre de 2010

El absurdo de la competición entre etiquetas “humanitarias”: HSUS vs. Perdue




A veces uno no sabe por dónde empezar.

Ésta es una de esas veces.

Aparentemente, la Humane Society of the United States (HSUS) entabló una demanda colectiva contra Perdue Farms:

«La Humane Society of the United States anunció la presentación de una demanda de acción colectiva contra el tercer mayor productor de aves de corral, Perdue Farms, sobre la presunta falsedad del aviso de la compañía, de productos de pollos como provenientes de granjas industriales de cría “humanitaria”.
El juicio –entablado por un miembro de HSUS en beneficio de los consumidores engañados− alega que Perdue está haciendo marketing ilegalmente de sus productos de pollos “Haverstland” y “Perdue”, con las etiquetas “Criados Humanitariamente”, en violación a la Ley de Fraude al Consumidor de Nueva Jersey. La demanda trata de lograr un juicio por jurados e indemnización por daños y perjuicios para los miembros de la acción colectiva, como así también una resolución judicial que impida a Perdue cualquier ulterior reclamo para el uso de la etiqueta “Criados Humanitariamente.”
“Las compañías como Perdue están explotando, en su propio beneficio, el dramático crecimiento de la exigencia de mejoras en el bienestar animal por parte de los consumidores,” dijo Jonathan Levvorn, vicepresidente y principal abogado de la Animal Protection Litigation para la HSUS. “En vez de implementar reformas humanitarias, Perdue simplemente estampó las etiquetas “Criados Humanitariamente” en sus productos de granjas industriales, suponiendo que los consumidores no notarán la diferencia.”
Los estándares sobre los que Perdue basó su título de “Criados humanitariamente” son los así llamados en la “Animal Welfare Guidelines” [Pautas de Bienestar Animal] del National Chicken Council (Consejo Nacional del Pollo) –el grupo para el comercio de la industria del pollo−. La demanda alega que esas pautas permiten un tratamiento que ningún consumidor razonable consideraría “humanitario.”
Temple Grandin, Ph. D., quien se encuentra entre los más destacados expertos de manejo y matanza de animales criados para comida del mundo, lo expresó sin rodeos en una publicación de la industria comercial:”El National Chicken Council Animal Welfare tiene un sistema de calificación tan laxo, que permite aceptar plantas o granjas con prácticas realmente malas.” En su libro Animals in Translation, Grandin explicó, “Las aves de corral hoy en día son criadas para que crezcan tan rápidamente que sus patas pueden colapsar bajo el peso de su inflado cuerpo. Es horrible.»
No tengo ninguna duda de que los pollos de Perdue no son tratados “humanitariamente”. No tengo ninguna duda en absoluto.


Pero claro, tampoco tengo ninguna de que los productos cárnicos, lácteos y los huevos de Whole Foods Animal Compassionate, que HSUS, PeTA y otras organizaciones apoyan, no son de animales que la mayoría de nosotros consideraríamos como tratados “humanitariamente”. De hecho, le pregunté explícitamente una docena de veces en Twitter a People for the ethical Treatment (PeTA) si PeTA considera los productos Animal Compassionate como producidos “humanitariamente” y PETA se rehusó a contestar.

Y tampoco tengo ninguna duda de que la carne, lácteos, huevos y otros productos vendidos con la etiqueta Certified Humane Raised and Handled, que es promovida por la Humane Farm Animal Care (HFAC), y su “socio” HSUS, no provienen de animales que la mayoría de nosotros consideraríamos como tratados “humanitariamente.”

Y tampoco tengo ninguna duda de que la carne, lácteos, huevos y otros productos vendidos con la etiqueta Humane Choice, promovida por la Humane Society International, una filial de la HSUS, no proviene de animales que la mayoría de nosotros consideraríamos como tratados “humanitariamente”.

Y tampoco tengo ninguna duda de que los huevos provenientes de gallinas libres de jaulas que la HSUS promueve en su campaña para la Proposición 2, que caracteriza como“socialmente responsable,” no provienen de animales que la mayoría de nosotros consideraríamos como tratados “humanitariamente.”

Así que veamos si estoy en lo correcto. HSUS está enjuiciando a Perdue porque HSUS piensa que Perdue no está tratando a sus pollos de un modo “humanitario”, pero HSUS en sí misma está auspiciando las etiquetas de explotación “feliz” para promover productos hechos de animales que son torturados pero en menor medida, al menos de acuerdo a HSUS. Según la HSUS, el uso de Perdue del término “humanitario” es engañoso porque sus prácticas concuerdan con un conjunto de pautas que no requieren tratamiento “humanitario” y, aunque la explotación “feliz” promovida por la HSUS no es tampoco “humanitaria”, su uso de “humanitario” no es engañoso porque la consultora de la industria de la carne, Temple Grandin así lo dijo.

Esto es parecido a enjuiciar al gobierno debido su afirmación de que el simulacro de ahogo no es “tortura” es engañosa y ustedes quieren que ellos pongan acolchados en las tablas usadas para este propósito, de manera de que sea una “mejor.”tortura.

La HSUS parece estar particularmente preocupada respecto de que Perdue no usa el método de matanza por atmósfera controlada (CAK) que HSUS y PeTA promueven. Sospecho que Perdue adoptará el CAK tarde o temprano porque hacerlo es económicamente eficiente para la empresa. Efectivamente, de acuerdo a un Reporte de la HSUS:
«El sistema CAK resulta en un ahorro de costos y en un aumento de los ingresos, al reducir la pérdida de calidad de las carcasas, la contaminación, y los costos de refrigeración; al aumentar el rendimiento de la carne, su calidad y su durabilidad en los puntos de venta; y al mejorar las condiciones del trabajador. Sin colgar a las aves vivas y sin aturdimiento eléctrico, el CAK resulta en menos huesos quebrados, y menos hematomas y hemorragias. La reducción en los defectos de las carcasas permite un deshuesado más eficiente y mejor calidad de carne deshuesada. El CAK demostró reducir los hematomas hasta un 94% y las fracturas de los huesos en un 80%. En la hipótesis conservadora de que el CAK sólo aumentara el rendimiento en un 1%, una planta procesadora de un millón de pollos por semana, con un promedio de peso de carcasa limpia de 4,5 libras y costando $0.80 la libra, aumentaría la renta anual en $1.87millones después de adoptar el CAK (referencias omitidas).»
El problema es que incluso si Perdue adopta el CAK, eso no significará que los pollos de Perdue serán tratados “humanitariamente” más de lo que una etiqueta aprobada por la HSUS de explotación “feliz” significa que aquellos animales fueron tratados “humanitariamente.”




Lo que pasará, sin embargo, es asegurar al público que está perfectamente bien consumir los productos de explotación “feliz” promovidos por la HSUS, incluso aunque aquellos productos provengan de animales que han sido torturados.

Y de esto es de lo que se trata este juicio –reasegurar al público que sus preocupaciones acerca de la explotación animal no necesitan que dejen de consumir animales−. Más bien, ellos pueden consumir libres de culpa y de forma moralmente aceptable siempre y cuando consuman animales con una etiqueta “feliz” de la HSUS en vez de una de Perdue.

Es una batalla entre etiquetas rivales de carne/lácteos/huevos “felices”.

Y de ningún lado se propone ninguna otra cosa que su punto de vista de la racionalidad económica. Las reglamentaciones del National Chicken Council Animal Welfare reflejan lo que una gran parte de la industria de los pollos considera como reglas que permitirán que los pollos sean explotados de un modo más eficiente. El procedimiento CAK promovido por la HSUS (y otras organizaciones, incluyendo PETA) es, de acuerdo al análisis de los "defensores de los animales", una práctica económicamente más eficiente. En otras palabras, para usar la analogía que hice arriba, HSUS está argumentando a favor de las tablas acolchadas, porque eso resultará en una mejor obtención de información de los detenidos tanto como un aumento incidental y muy marginal en la comodidad, y Perdue piensa que las tablas sin acolchado simplemente están bien.

Me disculpo pero considero que esto está más allá del absurdo.

Dejemos en claro: los animales tratados del modo más “humanitario” son sujetos de un tratamiento que cualquiera describiría como tortura si involucrara a humanos. No hay nada“humanitario” en la “más feliz” de las carnes, lácteos o huevos “felices.”

Este juicio es acerca de substituir una etiqueta engañosa por otra. Nada más.

De acuerdo con el CEO de HSUS, Wayne Pacelle:
"El tratamiento humanitario de los animales significa algo. Y estaremos ahí para observar con atención a las compañías que falseen su conducta y tomen ventaja de los consumidores que ponen su fe en la ley y en la integridad de las compañías que hacen lo que dicen."
Esta declaración es impresionante en muchos aspectos. Estuve en contacto con Wayne Pacelle por muchos años y me agrada, y estoy seguro que él piensa que está haciendo lo correcto aquí. Pero sinceramente no puedo entenderlo. Los derechos de los animales no son una cuestión de cómo convencer mejor a los consumidores acerca de que la explotación animal es moralmente justificable; es acerca de convencer a las personas, a través de la educación no violenta, que la explotación animal, aunque sea engañosamente descripta como “humanitaria”, no es moralmente justificable.

Noto que Philip Lymbery de Compassion in World Farming (CIWF) publicó un twitter con lo siguiente:
El juicio de Perdue Farms por una etiqueta de aves de corral “Criadas Humanitariamente” Bloomberg: http://dld.bz/8Ktz – La falsa publicidad del bienestar animal es inaceptable."
De manera que CIWF se opone a la “falsa publicidad de bienestar animal.” Pero CIWF da “Good Egg Awards” a las compañías como McDonald’s y las premia por usar huevos provenientes de gallinas “libres de jaulas.” CIWF tiene un programa explícito de asociación con explotadores institucionales llamado Food Business Team, en el que CIWF “se involucra con las compañías líderes de Europa, inspirando el progreso a través de premios prestigiosos y apoyando sus productos.” CIWF está, en efecto, sirviendo como una firma de relaciones públicas para apoyar el uso de animales por parte de corporaciones como McDonald’s y Unilever. Y estas corporaciones devuelven el favor y premian a CIWF. En declaraciones publicadas en el sitio web de CIWF, Mc Donald’s reconoce la “relación verdaderamente productiva” que tiene con CIWF y Unilever declara: “La asociación ha sido desafiante y constructiva y finalmente ayudó a alcanzar los objetivos de ambas organizaciones y por supuesto el objetivo de la filial de mejorar la calidad de ingredientes.”

Entonces, parece que CIWF se opone a la falsa publicidad de bienestar animal”, pero solamente cuando no es CIWF la que está haciendo esa publicidad.

De nuevo, estoy seguro de que Mr.Lymbery, a quien no conozco personalmente, piensa que todo esto tiene sentido. Esto no tiene sentido para mí.

Si no son veganos, háganse veganos. Es fácil, es mejor para su salud y para el planeta. Pero, lo más importante, es lo moralmente correcto que debemos hacer.

Odio decirlo, pero Sarah Palin está en lo correcto: una respuesta a Aaron Sorkin




A la atención de Aaron Sorkin; The Huffington Post

   Estimado señor Sorkin:

En un reciente blog publicado en The Huffington Post, usted criticó a Sarah Palin, a quien cita declarando lo siguiente, en respuesta a las críticas por su caza y matanza de un caribú, en su programa de televisión:
«A menos que usted nunca haya usado zapatos de cuero, sentado en una silla de cuero o comido carne, ahórrese su condena.»
Usted reconoce que come productos animales y que tiene zapatos y muebles hechos con cuero, pero afirma ser capaz de distinguirse de la señora Palin. Le dice:
«Usted no estaba matando aquel animal para comida o abrigo o ni siquiera por moda, lo estaba matando por diversión. Usted disfruta matando animales. Yo puedo hacer una distinción entre nosotros dos, pero por más que lo intente, no puedo hacer una diferencia entre lo que a usted le pagan por hacer y aquello por lo que Michael Vick fue a prisión. Soy capaz de hacer la distinción sin ninguna pizca de hipocresía incluso aún cuando me ponga feliz cada vez que uno de los tontos falsos machos de su grupo le dispara accidentalmente a otro de ustedes en la cara.»
Lo siento, señor Sorkin. No puedo pensar en una sola cosa que Sarah Palin alguna vez haya dicho con la cual yo concuerde. Jamás concordé con ella. Realmente. Nunca. Pero, en cuanto a esto, ella está totalmente acertada y usted completamente equivocado.

Usted objeta que ella mate al caribú porque era innecesario; ella lo hizo porque lo disfruta. 

¿Y porqué usted come carne y productos animales?

Esa es una pregunta retórica. Sólo hay una respuesta: porque usted lo disfruta.

No está involucrada ninguna necesidad. Usted no necesita comer productos animales para vivir una vida óptimamente sana. De hecho, la corriente principal de terapeutas dedicados a la salud nos está diciendo sistemáticamente que los productos animales son dañinos para nuestra salud de una u otra manera. Pero usted no precisa estar de acuerdo con ellos para concordar con el simple e indisputable hecho de que no necesitamos comer productos animales para gozar de una vida sana. Es una cuestión de preferencia del paladar y nada más.

Y la cría de animales para comida es un desastre medioambiental.

La mejor —verdaderamente, la única— justificación que tenemos para infligir sufrimiento y muerte a 56 mil millones de animales anualmente, sin contar a los peces, es que tienen un buen sabor. Y no importa si usted come productos animales convencionales o la carne y productos animales “felices” promovidos por varios grupos de bienestar animal en su intento de hacer que el público se sienta mejor respecto de consumir animales. Todos los animales que usamos para comida, incluyendo los criados y matados de manera más “humanitaria”, son tratados y matados de un modo en que, si fueran humanos los involucrados, sería, sin ninguna duda, caracterizado como un caso de tortura.

El hecho de que usted le pague a alguien más para hacer el trabajo sucio es moralmente irrelevante. Yo enseño Derecho Penal. Si usted le paga a alguien para matar a otro ser humano, trate de decirle al juez que el asesino, de hecho, disfruta del acto de matar pero que usted le paga sólo por eso. El juez le va a decir que ambos son culpables de asesinato. Ambos son igualmente culpables.

No me voy a molestar en comentar acerca de los zapatos y los muebles. De nuevo, aquellas elecciones no reflejan nada que tenga más peso moral que la moda, y la moda no tiene ningún peso moral en absoluto.

En cuanto a Michael Vick, como argumenté; resulta que a Vick aparentemente le gustaba sentarse alrededor del reñidero de perros; el resto de nosotros disfruta sentándose alrededor de la pariilla donde se asan los cuerpos de los animales que, en la mejor de las circunstancias, han tenido una vida y una muerte peores que los perros de Vick. Criticar a Vick por sus actos moralmente injustificables, mientras nos involucramos en una conducta que no es moralmente diferente, no es nada más que hipocresía.

Perdón, señor Sorkin, como un  activista de políticas progresistas que encuentra objetable a Sarah Palin en tantos aspectos que es difícil de enumerar, encuentro que en esto ella está acertada. Usted no tiene legitimación moral para criticar lo que ella hace.

Le preguntaría si usted consideraría hacerse vegano. Es fácil. Es mejor para su salud y para el planeta. Pero, lo más importante, es lo moralmente correcto para hacer.

Sinceramente,

Gary L. Francione

Profesor, Rutgers University School of Law–Newark



28 de noviembre de 2010

Veganismo en un poema árabe medieval




Un lector me envió el siguiente texto, escrito por el poeta árabe medieval Abu ‘L’Ala Ahmad ibn ‘Abdallah al-Ma’arri, conocido como Al-Ma’arri. Nació en el año 973 y murió en el 1057.

Ya no le robo a la naturaleza 
Estás enfermo en entendimiento y religión.
Ven a mí, puede que escuches alguna verdad profunda.
No comas injustamente los peces que el agua ha entregado,
y no desees como comida al cuerpo de animales matados,
O la blanca leche de las madres que intentaron dar sus nobles tragos
a sus bebés, no las nobles damas.
Y no aflijas a las confiadas aves tomando sus huevos;
pues la injusticia es el peor de los crímenes.
Y prescinde de la miel que laboriosamente extraen las abejas
de las flores de plantas perfumadas;
porque ellas no la guardan para que pueda pertenecer a otros,
ni la comparten para que sirvan de recompensa o regalos.
Lavé mis manos de todo esto; y ojalá
hubiera percibido mi camino antes
de ver mi pelo encanecer.  
Al-Ma’arri
Agradezco a la persona que lo envió, y lo comparto con ustedes porque me parece de lo más inspirador.

27 de noviembre de 2010

Peter Singer y yo concordamos en cuanto a una cosa: la noviolencia





Recientemente, Peter Singer publicó el siguiente tuit en respuesta al recibo, por parte de un vivisector de la UCLA , de hojas de afeitar supuestamente infectadas con sangre contaminada:
«!Uf!… ¿cómo esto va a ayudar a los animales? Todo lo que hace es dar la peor imagen posible al movimiento por los animales.»
Concuerdo con Singer en que una violencia como ésta da una imagen negativa al movimiento animalista y pienso que el problema es más complicado que tan solo la imagen pública. Dejando de lado cualquier problema moral general con la violencia, la travesura de UCLA simplemente no tiene sentido. Sin duda, el vivisector de UCLA está explotando injustificadamente a los animales. Pero así es con cualquier persona que use animales, incluyendo aquéllas que consumen productos animales.

No hay realmente ningún modo basado en principios para distinguir a aquéllos que se involucran en la vivisección y los que consumen cualquier tipo de carne, lácteos y otros productos animales, incluyendo animales “felices”. Aquellos que promueven la violencia, ¿están dispuestos a considerar a sus abuelos, que cocinan un pavo para el "Día de Acción de Gracias", como un objetivo apropiado de violencia? ¿Están ellos dispuestos a tratar a sus familiares o amigos que comen helados o beben leche o consumen cualquier producto animal, como “la escoria abusadora de animales” que es el objetivo legitimado de la violencia? No, por supuesto que no.

La única manera en que el problema de la explotación animal será resuelta es cambiando el paradigma de propiedad por el de personalidad, y eso no pasará —no encontraremos jamás nuestra brújula moral aquí— mientras consumamos productos animales. Ciertamente nunca va a suceder como resultado de la violencia.

Si el pensamiento social y el público demandan que el uso de los animales permanezca, nada cambiará. Si cierran diez mataderos hoy y la demanda permanece igual, diez más abrirán mañana o diez mataderos existentes expandirán su capacidad de producción. Para más respecto de este asunto ver: 1, 2, 3, 4, 5, y escuchen mi comentario acerca del tema. También discuto este asunto en mi nuevo libro, "The Animal Rights Debate: Abolition or Regulation?", el cual fue publicado en noviembre de 2010 por la Columbia University Press.

Entonces, aunque Singer y yo discrepemos en cuanto a casi toda otra cuestión dentro de la ética animal, estoy contento porque concordamos en esta importante cuestión de la violencia en la defensa animal. Espero sinceramente que Singer no sea sujeto de amenazas y ataques difamatorios tales como aquéllos que me alcanzaron a mí porque insistí abiertamente en mi condena a la violencia.

El movimiento por los derechos animales cobra sentido sólo como un movimiento de paz y no violencia. Gandhi dijo:



Si queremos ver un mundo en el que no haya violencia contra los más vulnerables, debemos nosotros mismos convertirnos en no violentos y presentar nuestros puntos de vista de manera no-violenta. La no-violencia empieza con nuestro propio veganismo y nuestro uso de la educación creativa y no-violenta para educar a otros acerca del veganismo.

Si no son veganos, háganse veganos. Es fácil; es mejor para su salud y para el planeta. Pero, lo más importante, es lo moralmente correcto para hacer. Veganismo es no-violencia en acción.

Si son veganos, entonces usen todo el tiempo que puedan para involucrarse en la educación creativa y no-violenta.

11 de noviembre de 2010

Pederastia “humanitaria” y “compasiva”



Durante muchos años estuve argumentando que, si la explotación animal no puede ser justificada moralmente —y pienso que no puede serlo— entonces debemos, como cuestión individual, detener nuestra participación directa en la explotación animal haciéndonos veganos, y debemos, como cuestión cultural, defender la abolición, y no la regulación, de la explotación animal. 

Argumenté, por ejemplo, que habiendo juzgado que la pederastia es moralmente errónea, no debemos, incluso ante la generalización del abuso infantil en nuestra sociedad, defender una pederastia “humanitaria”. De manera similar, no debemos defender una explotación animal “humanitaria. 


Si la explotación animal es moralmente injustificable, debemos decirlo, y debemos decirlo claramente. También argumenté que, como una cuestión práctica, la reforma bienestarista no funciona y que, de hecho, es contraproducente.

Así que fue con interés considerable que leí respecto de la reacción pública ante el aviso de Amazon.com, de un e-book, “The Pedophile’s Guide to Love and Pleasure: A Child-Lover’s Code of Conduct,” cuyo autor lo describe como un “intento de hacer más seguras las situaciones de pederastia para aquellos menores que se encuentran a sí mismos involucrados en ellas, estableciendo ciertas [sic] reglas para que sigan estos adultos.” CNN dice:
«Un –book en venta en Amazon.com, que parece defender la pedofilia, ha desencadenado cientos de furiosos comentarios y amenazas de boicot al vendedor en línea, si no procede a quitar ese título. 
Cerca de 1.700 usuarios que habían comentado en el título a partir de las 9:40 p.m. ET deploraron su publicación y juraron boicotear a Amazon hasta que elimine del sitio su auto-publicado título. Al menos dos páginas se abrieron en Facebook para destinarlas al boicot a Amazon a causa este libro.»
Aparentemente, Amazon.com detuvo la venta del libro, teniendo en cuenta la indignación pública.

La reacción a este libro prueba mi argumento: incluso aunque todos sabemos que la pedofilia prolifera en la sociedad, e incluso aunque promover la pederastia “humanitaria” puede conducir a la reducción del sufrimiento de los niños que son abusados de este modo, nadie que piense que la pedofilia es moralmente incorrecta piensa que debemos luchar por una pederastia “humanitaria” o “compasiva.”

Similarmente, aquellos que creen que la explotación animal es moralmente errónea, no deben hacer campañas por una explotación “feliz” o “compasiva” o promover las etiquetas de carne “feliz”. 

El mensaje debería ser claro: no podemos justificar el uso de los animales, aunque sea “humanitario.” 


La realidad, por supuesto, es que el más “humanitario” de los usos de animales aún involucra lo que consideraríamos tortura si se tratara de seres humanos. Pero ningún uso animal, incluso “humanitario” o “compasivo”, puede ser justificado, así como ninguna pederastia, incluso “humanitaria” o “compasiva”, puede ser justificada.

Hasta que los defensores de los animales reaccionen con tanta indignación a la promoción de la explotación animal “feliz” como todos reaccionamos ante la promoción de la pederastia “feliz”, no habrá ningún movimiento real por los derechos animales.

Si no son veganos, háganse veganos. Es muy fácil, mejor para su salud y para el planeta. Y lo más importante, es lo moralmente correcto y justo para hacer.

Si son veganos, entonces eduquen a otros acerca del veganismo de manera creativa y no-violenta.



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