1 de junio de 2012

Imágenes Violentas en el Activismo Animalista




Con cierta frecuencia me preguntan si es aconsejable usar imágenes violentas, tales como películas ambientadas en mataderos o en granjas de cría industrial, como parte de la educación abolicionista vegana. Cuando expreso duda y preocupación, quienes conocen mi experiencia dirán muchas veces, “Pero, ¿acaso tu visita a un matadero no te afectó profundamente?

Por supuesto que sí. Pero tenemos que distinguir entre la fuente de nuestra preocupación moral respecto de los animales y los argumentos que hacemos a favor de la abolición y del veganismo. En mi último artículo, “Preocupación Moral, Impulso Moral, y Argumentación Lógica en el Activismo por los Derechos Animales”, sostuve que la racionalidad es absolutamente esencial para una defensa efectiva de los derechos animales, pero que para que una persona sea receptiva al argumento racional, debe primero tener al menos alguna preocupación moral respecto de los animales. Debe tener un impulso moral para querer hacer lo correcto al menos en relación a algunos animales, para ser capaz de responder positivamente a los argumento lógicos respecto de qué es lo correcto para hacer. La preocupación moral y el impulso moral pueden venir de distintas fuentes. Sin embargo, si a una persona no le importan moralmente los animales, y no considera a los animales como miembros de la comunidad moral en ningún sentido, la lógica y la racionalidad no van a ser muy útiles.

En mi caso, mi preocupación moral respecto de los animales fue provocada por la visita a un matadero y por un reconocimiento simultáneo de que un compromiso con la no violencia era gravemente incompleto si no se aplicaba a los animales. Fue esa preocupación moral y el muy fuerte impulso moral resultante que me llevó a desarrollar el enfoque abolicionista a los derechos animales que incluye a todos los seres sintientes dentro de la comunidad moral y que identifica al veganismo y a la abolición como las únicas respuestas coherentes a un reconocimiento del valor moral inherente de los animales.

Pero decir que algo sirve para provocar o despertar la preocupación moral en alguien, no es decir que será también una herramienta efectiva de apoyo para usar en aquellos que ya tienen una preocupación moral pero están confundidos respecto de lo que significa en términos de sus propias vidas y sus esfuerzos de promoción. Mostrarle a alguien películas sangrientas puede desencadenar su preocupación moral, pero la mayoría de las personas que van a mirar tales películas, en primer lugar ya están preocupadas respecto de los animales y están tratando de descubrir qué hacer con su preocupación. El peligro es que las películas sangrientas consiguen que las personas preocupadas se centren en lo relativo al tratamiento y no al uso, particularmente cuando son presentadas, como con frecuencia ocurre, como explícitos o implícitos llamamientos para la reforma bienestarista. Es éste particularmente el caso con respecto a los videos ambientados en granjas industriales o en los “abusos” de las granjas industriales. Muchas personas que ven tales películas se marchan con un muy claro mensaje bienestarista de que la solución consiste en las etiquetas “felices”, las granjas familiares, CCTV, y casi todo excepto el veganismo. Todos nosotros conocemos a tales personas.

Y ése es el riesgo. De hecho, cuando abrimos este blog por primera vez, había imágenes sangrientas en la portada. Una de las razones por las que eliminé esas imágenes fue el hecho de que algunas personas comentaron que el activismo animalista necesitaba centrarse en las reformas bienestaristas para “mejorar” el trato hacia los animales. !Eso perdía todo el sentido del sitio!

Además, pienso que hay una diferencia significativa entre visitar un matadero y ver una película donde se lo muestra. La última será sangrienta, pero una parte del horror de un matadero es el contacto visual que ustedes hacen con animales determinados a quienes nunca olvidarán. Si este tipo de experiencia no despierta ninguna predisposición para que tengan una experiencia moral, o cercanía, con los animales no humanos, no estoy seguro de qué lo haría.

Así que pienso que debemos ser cuidadosos al usar estos materiales para el activismo.

No me opongo absolutamente a ellos; pueden facilitar que alguien que está luchando con estos temas para desarrollar su preocupación moral se haga receptivo a los argumentos racionales a favor del veganismo y la abolición. Y pueden ser útiles para persuadir a alguien que ya está preocupado y que ya tiene un impulso moral para ir en la dirección abolicionista. Pero, en el último caso, pueden también empujar a esa persona a favor de centrarse en el trato y no en el uso, y entonces la moveremos hacia la carne “feliz” y la reforma bienestarista.

Dije en este ensayo respecto de la preocupación moral:
«En términos generales, no estoy diciendo que deberíamos usar la fuente de nuestra preocupación moral para argumentar por los derechos animales. Eso no tendría sentido. Si la fuente de la preocupación moral por los animales de alguien es que ella leyó Black Beauty cuando era una niña, no estoy diciendo que deberíamos promover la lectura de Black Beauty como un medio de defender los derechos de los animales. Verdaderamente, está lleno de personas que leyeron Black Beauty cuando eran niños y que no se hicieron veganos. Pero ese libro (o cualquiera de los incontables otros libros, experiencias, etc.) puede haber desencadenado el impulso moral en alguien, haciéndolo receptivo a los argumentos racionales que podemos hacer como abolicionistas para conseguir que esa persona vea a todos los seres sintientes como miembros de la comunidad moral y al veganismo como la única respuesta coherente, dada su preocupación moral. Pero si ella no tiene ninguna preocupación moral en primer lugar, no será receptiva a esos argumentos.»
Alguien puede haber desarrollado su sentido de preocupación moral trabajando en una granja, intensiva o no, pero no haríamos activismo para persuadir a las personas que trabajan en tales lugares se haga veganas. No sólo sería poco práctico sino que no está claro que sería casi tan efectivo como los argumentos lógicos hicieron en alguien que ya tiene preocupación moral.

Conocí a alguien cuyas preocupaciones morales fueron provocadas por trabajar como estudiante asistente en un laboratorio que usaba animales. Ella dejó de trabajar en el laboratorio e hizo voluntariado para un gran grupo de bienestar animal y se hizo vegetariana por varios años. Se hizo vegana después de leer mi libro «Introducción a los Derechos Animales» dejó de promover la reforma bienestarista, y comenzó a hacer educación vegana. Respondió a los argumentos lógicos de «Introducción a los Derechos Animales» porque ella estaba moralmente preocupada respecto de los animales, como resultado de su experiencia en el laboratorio. Pero ciertamente nunca recomendaría que alguien sea asistente en un laboratorio con animales para que se haga vegano.

Para concluir: no confundan la fuente de la preocupación moral, que puede ser casi cualquier cosa, con los argumentos lógicos que hacemos a favor del veganismo y la abolición.



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