En un artículo reciente, Peter Singer dice:
«Necesitamos aprender a capturar y matar a los peces de manera humanitaria o, si no fuera posible, encontrar alternativas menos crueles y más sustentables que comerlos.»
¿Una alternativa? ¿Qué tal verduras, frutos, semillas, legumbres y cereales?
Como argumenté aquí y en otras partes, Singer asume que el uso de peces, u otros animales, para comida no es algo en sí mismo moralmente objetable —si los animales son tratados “humanitariamente”—, porque, de acuerdo a Singer, los peces no tienen sentido del futuro y, por lo tanto, ellos no tienen interés en continuar viviendo sino sólo interés en no sufrir.
La posición de Singer de que sólo aquellos seres con un sentido de la conciencia parecido a la humana tienen interés en vivir —como diferente de no sufrir— es especista. Un pez valora su vida tanto como yo valoro la mía y ustedes las suyas. El pez puede pensar acerca de su vida de manera diferente a como yo lo hago. ¿Y con eso qué? Él prefiere o quiere o desea seguir viviendo. Tal como yo lo hago. Tal como ustedes lo hacen. Tal como cualquier ser sintiente lo hace.
Más aún, Singer una vez más opta por ignorar que, debido a que los animales son propiedad, las normas de bienestar, salvo raras excepciones, no se elevarán por encima del nivel necesario para asegurar que los animales sean explotados eficientemente. Raramente mejoramos los estándares de bienestar a menos que haya un beneficio económico al hacerlo. La realidad económica mantiene los estándares de bienestar muy bajos.
En el artículo, Singer también declara:
«Las regulaciones para la matanza generalmente requieren poner inconscientes instantáneamente a los animales antes de matarlos, o que la muerte resulte instantáneamente o, en el caso del ritual de matanza, tan cerca de lo instantáneamente como la doctrina religiosa lo permita.»
No para los peces. No hay requerimiento de matanza humanitaria para los peces salvajes capturados y matados en el mar ni, en la mayoría de los lugares, para los peces de piscifactorías.
Es más que espantoso para mí que Singer sugiera que las regulaciones que supuestamente requieren una matanza “humanitaria” son algo más que meros intentos de hacer que los humanos se sientan más cómodos respecto de los horrores de los mataderos. Si Singer alguna vez ha estado en un matadero –tanto uno convencional como uno diseñado por la ganadora del premio PeTA, Temple Grandin–, y piensa que las palabras “humanitaria” y “matanza” van bien juntas, no estuvo prestando atención a lo que sucede en el piso de matanza. Una y otra vez hemos visto que el aturdimiento y la extracción de sangre no son con frecuencia siquiera practicados apropiadamente y aún cuando así se hace, llamar a tal tortura “humanitaria”, de algún modo y en cualquier caso es profundamente perturbador.
Finalmente, dado que Singer y otros bienestaristas ven al veganismo sólo como un modo de reducir el sufrimiento y no como un requerimiento de justicia que nos prohibe usar animales como recursos humanos, aunque sea de manera “humanitaria”, ellos no pueden proponer el veganismo como otra cosa que una regla “flexitariana” y apoyar la explotación “feliz”, la cual elogian como “compasiva.” Singer sostiene que el veganismo coherente es “fanático” y que podemos moralmente afrontar el “lujo” de comer productos animales “humanitarios”.
Si no son veganos, háganse veganos. Es muy fácil, mejor para su salud y para el planeta. Y, lo más importante, es lo moralmente correcto y justo para hacer.
Si son veganos, entonces eduquen a otros de manera creativa y no violenta.
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*"Singer’s Position on Fish is Fishy", en el original. El título en inglés hace un juego de palabras entre "fish" (pez) y "fishy" (sospechoso).