29 de abril de 2009

Peter Singer, la carne "feliz" y los veganos "fanáticos"






En una entrevista reciente, Peter Singer hace una serie de declaraciones que, desde mi punto de vista, indican cuán aguda es la diferencia entre el enfoque neobienestarista o proteccionista, y el enfoque abolicionista.

Primero, él declara: 
«Estoy muy complacido en decir que ha habido muchos cambios, especialmente en Europa, pero también algunos en EE.UU. y otros países. En Europa, están siendo modificadas todas las peores y más abusivas formas de granjas industriales.»
No concuerdo con la declaración de Singer en varios aspectos. Primero, no es seguro decir que ha habido “muchos cambios” y que “todas las peores y más abusivas formas de granjas industriales han sido modificadas.” Tal como señalé en al menos otros dos ensayos [1, 2] en este sitio, y en mi libro del año 2008, Animals as Persons: Essays on the Abolition of Animal Exploitation, las supuestas mejoras bienestaristas realizadas en Europa, acerca de las que Peter está tan entusiasmado, son menos que inútiles, en el sentido de que proveen poco, si es que algún incremento de la protección de los intereses de los animales, y en el sentido de que hacen que los humanos se sientan más cómodos acerca de consumir animales, lo cual facilita que continúe el consumo.

Segundo, acerca del veganismo, él declara:
«La dieta vegana, especialmente comprando alimentos vegetales producidos orgánicamente, soluciona realmente los asuntos éticos acerca de la alimentación mucho más que ninguna otra. Pero admito que no es para todos, y que llevará mucho tiempo antes de que se difunda ampliamente. Así que no quiero dar la impresión de que es la única cosa que uno puede hacer para comer éticamente. Solamente evitar los productos de las granjas industriales ya es un enorme paso en la dirección correcta, incluso si continúan comiendo una cantidad moderada de productos animales producidos orgánicamente y alimentados con pastos.»
Una vez más, [ver 1 y 2], Singer repite la noción de que ser un “omnívoro consciente” es una “proposición ética defendible.” Si el llamado “padre del movimiento por los derechos animales” —apoyado por casi todos los grandes grupos neobienestaristas— afirma que consumir carnes y otros productos de animales “felices”, es una cosa moralmente buena, probablemente ésta es la idea que va a convertirse en la base moral. Y esto fue, precisamente, lo que ha sucedido. El veganismo es visto como una postura “extrema”, justamente por causa de comentarios como éste; la carne “feliz” es considerada como la opción “ética”.

Para ver el especismo aquí, reemplacen, donde corresponda, por alguna forma de explotación humana. Si alguien dijera que una cantidad “moderada” de violación “humanitaria” sería un “gran paso en la dirección acertada”, estaríamos indignados. Pero Singer nos dice que comer una “cantidad moderada” de carnes y productos animales “felices” es una cosa moralmente buena. Puede ser una cosa buena del mismo modo que golpear a sus esclavos 5 veces por semana es mejor que golpearlos 10 veces por semana, pero esto ignora la cuestión fundamental en juego.


Al preguntarle acerca de si es posible ser ético sin convertirse en “fanático”, él declara:
«¡Es absolutamente posible! Es preciso recordar que el mundo no es perfecto, y nosotros queremos mejorarlo, entonces cualquier cambio en la dirección correcta ayuda, y cuantos más hacemos, mejor es. Pero no es una religión, no es una cuestión de pureza personal, entonces no precisamos preocuparnos con nuestra propia perfección moral. Sólo tenemos que hacer lo mejor que podamos para minimizar nuestro impacto adverso en los animales, el medio ambiente, y los trabajadores. Y entonces, ¡a disfrutar nuestra comida!»
Una vez más, Singer describe el enfoque abolicionista, que tiene como base moral el veganismo y la educación vegana no violenta, como “purista” o “fanática”, porque los abolicionistas sustentan que no podemos justificar ningún uso de los animales. ¿Considera Singer como purista una posición absolutista en cuanto a cuestiones como la violación y la pederastia? Esto es, la posición de que no podemos justificar ninguna violación o ningún acto de pederastia, independientemente de las circunstancias, ¿es purista y fanática? Si no lo es, y si él considera permisible, o incluso obligatorio, asumir una posición absolutista en estos temas, ¿no será que él está dando meramente por sentado el “fanatismo” del enfoque abolicionista aplicado a los animales no humanos, y asumiendo que la posición de la explotación animal es menos problemática en el plano moral que la explotación humana?

Supongo que está haciendo tal asunción, lo cual no es sorprendente, dado que considera a los no humanos como seres con menor valor moral que los humanos.

En todo caso, es muy decepcionante que Singer esté diciéndole a la gente que vayan y disfruten de su carne “feliz”. Pero entonces, a pesar de esa noción de que la gente animalista forma un grupo monolítico, hay una diferencia muy nítida entre el enfoque abolicionista y el enfoque neobienestarista. La entrevista de Singer ilustra apenas algunas de esas diferencias.

Educación vegana, creativa y no violenta — fácil y efectiva


Recientemente publiqué varios ensayos [1 ; 2 ; 3] acerca de diferentes formas de educación vegana creativa y no violenta. Estoy interesado en recabar opiniones del rango de cosas que las personas están haciendo. Así que publiqué una nota en Facebook pidiéndole a la gente que me cuente acerca de sus esfuerzos en la educación vegana/abolicionista no violenta y creativa. En un día, obtuve docenas de respuestas excelentes.

Aquí hay algunas:
  • Ciertas personas afirmaron que estaban teniendo un gran éxito educando a las personas en Facebook o en otras redes sociales, así como en sitios webs y a través de blogs y videos. Comentario: Los materiales de los sitios de las redes sociales, sitios webs, blogs y videos son invaluables. Escribí tiempo atrás acerca de los notables esfuerzos y el éxito de otros defensores que están usando Internet con efectividad. Ahora hay varios excelentes blogs y sitios que se concentran en el enfoque abolicionista. Hasta que llegó Internet, los grandes grupos de defensa animal, que son todos bienestaristas, controlaban la comunicación decidiendo lo que pondrían en sus diarios o revistas y determinando quiénes serían invitados a sus conferencias. No había modo práctico y económicamente razonable, para aquéllos que discordaban con el enfoque bienestarista, de encontrarse o comunicarse entre ellos. Internet ha cambiado esta situación. Las grandes organizaciones se han vuelto irrelevantes en forma creciente, a medida que se forman comunidades con posturas alternativas. Más aún, mecanismos tales como Skype y otras herramientas están permitiéndonos tener contacto audio/visual, con poco o ningún costo. La semana pasada, di una conferencia en Dublín, Irlanda, con Skype –¡desde el escritorio de mi casa!
  • Un número significativo de personas hacen lo que llamo “activismo de comida” –invitan a su familia, amigos y miembros de la comunidad a probar comida vegana con el objetivo de disipar el mito de que la comida vegana es aburrida, sin atractivo, desabrida, poco gratificante, etc.Las personas hacen esto dentro de una amplia variedad de contextos: algunos hacen fiestas con comida vegana en sus casas, algunos hacen fiestas de cumpleaños en restaurantes veganos o cuando salen afuera a comer con otros, insisten en que el lugar de reunión sea un restaurante vegano, algunos proveen muestras de comida en mesas de eventos de su comunidad local o llevan comida vegana a su lugar de trabajo para compartir con sus colegas. Varias personas mencionaron que acompañan la comida con folletos u otro tipo de información —incluyendo nuestros videos y folletos del Enfoque Abolicionista— de manera que llenan no sólo el estómago sino también la cabeza y, espero, el corazón. Comentario: El “activismo de comida” es extremadamente importante. Vivimos en un mundo en el que comer no sólo es algo que hacemos para vivir; comer es simbólico en varios y complejos niveles. Uno de esos niveles implica la celebración de nuestra supuesta “superioridad”. Tres, o más, veces por día, celebramos nuestro poder y el concepto de jerarquía comiendo carne de animales y productos animales que sabemos que son el resultado de muerte y sufrimiento. De algún modo, comer, para la mayoría de nosotros, es un acto espiritual de una naturaleza sombría —es la eucaristía de la violencia. Si pudiéramos desacoplar el acto de comer del concepto de violencia, podemos cambiar el mundo. El activismo de comida es esencial.
  • Un activista informó que estaba trabajando con otros para producir una Peace Yoga Conference, para el 23-25 de octubre, con personas que vendrán de varias partes del mundo para aprender y conversar acerca de veganismo, esclavitud animal, salud, un mundo en paz, ahimsa y más. Comentario: aunque está lleno de “conferencias animalistas” para asistir (verdaderamente, ir a esas conferencias podría ser un trabajo de tiempo completo), muy pocas están promoviendo un claro e inequívoco mensaje conectando la no violencia y el veganismo.
  • Un activista, que es músico, va a mencionar el veganismo en las notas de la carátula de su próximo álbum; otro defensor, un artista, está ofreciendo una de sus obras a un no vegano que se comprometerá a hacerse vegano por un mes —y por veganos él entiende que el destinatario no consumirá, vestirá, o usará no humanos de ninguna manera y que no asistirá a zoológicos, etc.; otra defensora informó que su pareja se colocó en una jaula pequeña por tres días en un lugar público y distribuyó folletos acerca de porqué todos los huevos implican sufrimiento, y animó a la gente a hacerse vegana. Comentario: El arte, incluido el teatro callejero no violento, no sexista, es importante porque mucha de nuestra cultura llega a través del arte. La importancia de los artistas usando sus variados medios para llevar el mensaje vegano/abolicionista no puede ser subestimado.
  • Un activista informó que estaba desarrollando una red de personas que telefonearían a un número gratis de una cadena de supermercados y le pedirían que vendan tofu en sus comercios. Este mismo defensor dijo que siempre que va a un negocio, pide productos veganos aún si sabe que no tienen ninguno. Quiere que los dueños de los negocios sepan que hay una demanda que no están llenando. Comentario: Una idea estupenda. Necesitamos hacerles saber a los comercios que no están ofreciendo productos veganos, y que hay una demanda para tales productos. Si hay un negocio local que vende sólo productos veganos, deberíamos auspiciar ese negocio —de la misma manera que deberíamos apoyar los restaurantes veganos. Pero muchas personas no tienen tal comercio local y educar a las grandes cadenas acerca de la demanda vegana es, en cualquier caso, una muy buena cosa para hacer.
  • Varios activistas informaron que establecieron grupos locales independientes veganos /abolicionistas que producen y distribuyen folletos, dirigen lugares de comida, etc. Algunos defensores no tienen una organización formal pero distribuyen de varias maneras material acerca del veganismo. Comentario: el “movimiento animalista” como existe al presente, es en su mayor parte un grupo de ricas organizaciones bienestaristas oligárquicas que han reducido el activismo a la firma de un cheque –para ellos–. Necesitamos defensores que se vean primero y principalmente como proveedores de apoyo y educación de manera que todos puedan convertirse en un líder. Si vamos a cambiar algún día el paradigma desde la violencia y la explotación, necesitamos personas que reconozcan que todos y cada uno de nosotros debe asumir responsabilidad. Las organizaciones locales e independientes y los defensores independientes que dan información o distribuyen de cualquier forma folletos o distribuyen comida pueden ayudar mucho en este aspecto.
  • Una defensora dijo que ella tenía “MAMÁ VEGANA” en la placa de su patente.. Comentario: Esta clase de cosas es capaz de provocar más discusión de la que imaginan. Cada vez que un defensor maneja su auto, hay personas que están diciendo, “ey, miren esa patente” y en una considerable cantidad de casos, las discusiones empiezan con las personas diciendo cosas como, “miren esa patente –ustedes saben–, siempre me siento raro con eso de comer carne” o “¿saben ustedes lo que ellos hacen con las vacas en la explotación láctea?”
  • Ciertos defensores informaron que ellos simplemente hablan con cualquier persona que puedan–familia, amigos, otros estudiantes en sus colegios, gente por completo extraña que encuentran en un negocio– acerca del veganismo y la explotación animal, que ellos tratan de involucrar a la gente en la esencia de los argumentos. Comentario: de muchas maneras, este es el tipo más difícil de defensa. Muchos de nosotros nos sentimos alienados de algún modo, muchos de nosotros somos vergonzosos y esa alienación sólo exacerba el sentimiento de incomodidad al hablar con extraños – o incluso con amigos y con la familia que piensa que nuestro compromiso con el veganismo ético es peculiar.
Pero esta clase de activismo es esencial –así como difícil puede ser hacerla. Quiero que consideren tres cosas.

Primero, estén agradecidos de sentirse alienados. Después de todo, la alternativa es sentirse confortable en un mundo de completa locura e incesante violencia. Abrace su sentimiento de alienación, ¡es un indicativo de salud mental y espiritual!

Segundo, aún con todo lo incómodo que puedan sentirse, piensen acerca del sufrimiento que estamos imponiendo a los animales —así como a los humanos vulnerables. Por más incómodos que se sientan en cualquier momento, hay miles de millones de seres que cambiarían lugar con nosotros si pudieran. Pongan todo esto en alguna clase de perspectiva.

Tercero, para aquéllos de ustedes que no confían en los argumentos esenciales –esos fueron y son la motivación primaria de este sitio web– estamos tratando de brindarles las herramientas que necesitan para educar a otros. Tenemos disponible nuestro folleto del Enfoque Abolicionista [en 12 idiomas]; tenemos nuestras presentaciones en video que focalizan en los temas sustanciales tales como la Teoría de los derechos animales y Derechos vs. Bienestar; tenemos un sección de preguntas y respuestas; y tenemos esos ensayos, que están intentando ayudarlos a aprender lo que necesitan para manejar cualquier tema que se presente.

Hay un tipo de defensa que no se mencionó en ninguno de los mensajes de Facebook pero que me fue enviada en forma privada. Alguien escribió y preguntó:

¿Cuidar animales a nivel individual es un acto abolicionista?

Mi respuesta: !absolutamente! La posición abolicionista sostiene que tenemos que dejar de traer no humanos domesticados a la existencia. Pero ¿qué respecto de los que tenemos aquí ahora? Dado que ellos están aquí debido a nuestro egoísmo y ceguera moral, ¿no tenemos ninguna obligación hacia ellos? En mi opinión, la respuesta es clara. Esto es la razón por la que apoyo organizaciones como Peaceful Prairie Sanctuary,  The Animal Spirit/Homeless Animal Lifeline, y refugios que no matan. Esta es la razón por la que tenemos cuatro perros rescatados viviendo con nosotros —y hemos llegado a tener siete en una ocasión. Estos no humanos son todos refugiados en un mundo en el que no pueden encajar y en el cual no pueden, gracias a nosotros, cuidarse por sí mismo. Entonces sí, cuidar no humanos individuales no sólo es coherente con una posición abolicionista de los derechos animales, sino también que es, en lo que a mí concierne, una parte integral de ella.

En suma, esto es lo que obtuve en un día de respuestas. Piensen cuánto se está haciendo sin grandes organizaciones con presupuestos de muchos millones de dólares, que son responsables del movimiento por la carne/productos animales “felices” y que están haciendo que el público se sienta mejor acerca de continuar consumiendo productos animales.

Es claro que hay una red emergente de defensores veganos-abolicionistas que, con pocos recursos más allá de su preocupación y creatividad, quieren cambiar el mundo de un modo no violento y están haciéndolo así. Cuando pienso en cómo tanta gente ya ha sido influida por las personas a las que se refiere este ensayo, me queda claro que si todas las “personas animalistas” hablaran con una voz vegana noviolenta, tendríamos el más dramático impacto sobre el sufrimiento y la muerte en el corto plazo así como construiríamos un nuevo movimiento pacífico que rechace toda la violencia –incluida la violencia que empieza con lo que comemos, vestimos y usamos en nuestros cuerpos–.


21 de abril de 2009

Y Hitler era vegetariano



En lo que parece ser un intento de atender a las críticas que el Presidente Obama recibió cuando el Department of Homeland Security emitió una declaración y un informe acerca del extremismo de derecha, el FBI acaba de anunciar que el terror también puede venir de la “izquierda”: el primer terrorista nacional mencionado en la lista de los sospechosos de terrorismo “Más Buscados” del FBI es Daniel Andreas San Diego, descrito como un “activista por los derechos animales,” “terrorista de izquierda”, y “vegano.”

El primer problema con este relato es que conecta el movimiento por los derechos animales con la izquierda política. Esto es un problema porque tal conexión es, en el mejor de los casos, una exageración. Verdaderamente, muchas de las más prominentes organizaciones y personalidades animalistas, particularmente en EE.UU, han adoptado políticas reaccionarias, si es que adoptaron alguna posición política. Hay algo más reaccionario que el sexismo obstinado de PETA o los premios que PETA otorga a gente como Pat Buchanan y Arnold Schwarzenegger? Uno de las personas más elogiadas en el movimiento contemporáneo de defensa animal norteamericano es Matthew Scully, que escribía discursos para George Bush, Dick Cheney y Sarah Palin y que, en su escritura, presenta una visión cristiana conservadora, que dice que deberíamos mostrar “piedad” hacia los animales, pero acepta que los animales no humanos son moralmente inferiores porque sólo los humanos fueron creados a imagen de Dios. La Humane Society of the United States, afirmando que “el movimiento de protección animal nunca debería confinarse a sí mismo ni en la izquierda ni en la derecha de la política norteamericana,” aplaude Rush Limbaugh. En cualquier caso, sencillamente es dudoso generalizar y decir que el movimiento por los derechos animales norteamericano es izquierdista.

El segundo problema es que este relato sugiere, injustamente, que el movimiento por los derechos animales es un movimiento de violencia. Sí, es verdad que hay algunas personas que defienden la violencia, pero éstas son muy pocas. El abrumador número de defensores de los animales con que me encontré a lo largo de las casi 3 décadas en que estuve involucrado con este tema, son críticos vehementes de la violencia. Ellos entienden que la violencia es el problema, no la solución; entienden que la violencia sólo puede engendrar más violencia.

De acuerdo a como se informa, San Diego, afirmando ser parte de la “Células Revolucionarias-Brigada por la liberación”, bombardeó dos corporaciones en California que realizaban pruebas en animales. ¿“Células Revolucionarias-Brigada por la liberación”? ¿Es algún tipo de broma? En cualquier caso, que San Diego sea o no culpable de esas acusaciones, es una cuestión que la corte decidirá. Pero aquéllos que promueven o se involucran con la violencia no hacen nada para cambiar el pensamiento social acerca de esta cuestión; todo lo que ellos hacen es asegurar que nadie tomará en serio las ideas éticas importantes. Ellos dan a los otros una excusa para descartar esas ideas.

En mi trabajo y en este blog (1;2) argumenté que la posición de los derechos animales, apropiadamente entendida, es inconsistente con la promoción o el uso de la violencia.

El tercer problema es que el relato se las ingenia para enfatizar que San Diego es vegano. ¿Y qué? ¿Por qué esto sería siquiera relevante? Esto me recuerda el número de veces que, a lo largo de los años, alguien me argumentó que la preocupación acerca del estatus moral de los animales debería ser rechazada porque Hitler era vegetariano. Dejando de lado el hecho de que Hitler no era vegetariano, ¿qué relevancia lógica tendría si lo fuera? Stalin comía animales. ¿Esto significa que todos los comedores de carne son moralmente como Stalin? Por supuesto que no.

San Diego puede o no ser culpable de esos cargos. Pero aún si él es culpable, e incluso si es vegano, ¿es eso relevante para la moralidad del veganismo? ¿Nos está diciendo alguna cosa acerca de los veganos? No, por supuesto que no. Que yo sepa, Osama Bin Laden come animales.



16 de abril de 2009

Comportamiento moral y valor moral




Los humanos, usualmente, procuran justificar la opresión y explotación que hacen de los animales nohumanos, apuntando a supuestas diferencias empíricas. Una de las muchas diferencias que se alegan, es que los nohumanos, al contrario de los humanos, son incapaces de pensar o de actuar moralmente. Esto es, afirmamos que sólo aquéllos que pueden reconocer obligaciones morales para con los otros y actuar de acuerdo a las mismas pueden ser miembros de la comunidad moral y, dado que los nohumanos son supuestamente incapaces de tal conducta, estamos justificados para tratarlos como cosas sin importancia moral.

Este argumento es problemático, al menos por dos razones.

Primero; hay un problema simplemente de lógica. Vamos a suponer que tenemos dos humanos – uno normal y uno deficiente mental, incapaz de reconocer obligaciones para con los otros –. ¿Son diferentes estos dos humanos? Ciertamente. ¿Es relevante alguna diferencia entre ellos para determinar cómo debemos tratarlos? Sí, por supuesto. Si alguien es mentalmente deficiente y es incapaz de reconocer obligaciones, podemos no querer que participe en contratos legales obligatorios. Pero, ¿es relevante la diferencia, como para que determine si podemos tratar a ese humano como un sujeto sin consentimiento para realizar experimentos biomédicos, o como donante forzado de órganos, o exclusivamente como medios para nuestros fines en cualquier otro modo? Muchos de nosotros se horrorizarían ante la idea de que deberíamos usar humanos con deficiencia mental como sujetos en experimentos, donantes forzados de órganos o esclavos. Reconocemos la completa irrelevancia de esa discapacidad para la cuestión de la moralidad de explotar esos humanos como recursos para humanos “normales”.

Segundo; hay un problema de hecho empírico. ¿Es verdad que sólo los humanos tienen capacidad de reflexión moral y de acción moral? Hay innumerables ejemplos de relatos de animales de muchas especies que arriesgan su propia seguridad física a fin de ayudar a otros –conducta que consideramos de alto valor moral–. Los perros entran en casas en llamas para salvar a humanos; los mapaches arriesgan su propia seguridad para ayudar a otros mapaches que están ciegos; los primates no humanos cautivos en zoológicos actúan de manera de proteger a los humanos que se han caído dentro de los recintos del zoológico.

Uno de estos ejemplos me llegó a través de los estudiantes del curso de derechos humanos/derechos animales que Anna Charlton y yo enseñamos en Rutgers University. En Chile, un perro arriesga su propia vida para ayudar a otro perro que ha sido golpeado por un auto. No estoy diciendo que el perro se sentó allí, y ponderó sus obligaciones morales antes de actuar, en el mismo sentido en que nosotros lo haríamos. ¿Y con eso qué? El perro actuó de un modo altruista. Esta conducta no puede ser menospreciada con la explicación de que se trata de algún tipo de “instinto” o un comportamiento en interés propio. El perro clara y deliberadamente adoptó una conducta que representaba un grave riesgo para su vida.

Y los humanos, que son supuestamente “especiales” porque, a diferencia del perro, son seres morales, ni siquiera se preocuparon de parar sus automóviles o de disminuir su velocidad.



11 de abril de 2009

El falso mensaje de los neobienestaristas




Estoy suscripto, entre otros, a un periódico titulado Farmed Animal Watch, producido periódicamente por Farmed Animal Net, que es un esfuerzo conjunto de People for the Ethical Treatment of Animals, Farm Sanctuary, The Humane Society of the United States, y otros.

Farmed Animal Watch reporta, principalmente, las investigaciones de “abusos” cometidos en las industrias de la carne y los productos animales, y varios esfuerzos llevados a cabo por la industria y las agencias gubernamentales para “mejorar” el tratamiento de estos animales. De acuerdo a su sitio web:
Farmed Animal Net se esfuerza para ser una fuente objetiva y confiable de información académica e industrial para los defensores de los animales, educadores, investigadores, medios de difusión, legisladores, y otros.
Como educador, yo estoy a favor de una fuente de información “objetiva, confiable.” Pero también estoy preocupado con el mensaje normativo que se está transmitiendo en muchas de las historias de Farmed Animal Watch.

Por ejemplo, en la última edición (8 de abril de 2009), aparece el siguiente relato:
1.- ALEGACIÓN DE ABUSO EN LA MAYOR GRANJA DE HUEVOS DE NUEVA INGLATERRA.
El 1° de abril, la policía estatal y los funcionarios del Departamento de Agricultura de Maine allanaron una granja de huevos conocida como Maine Contract Farming and Quality Egg off New England, después de que el grupo Mercy for Animals (MFA) entablara una denuncia para que se levantaran cargos civiles y penales contra la instalación y sus trabajadores. Un investigador de MFA presuntamente documentó abusos de animales en la instalación, desde mediados de diciembre a febrero. “Esto realmente nos indicó que parecía haber algunas tremendas violaciones del bienestar animal en el lugar,” afirmó el veterinario Don Hoenig, acerca de la documentación, la cual incluía: supervisores y otros empleados pateando gallinas vivas dentro de pozos de estiércol, agujeros en los pisos de las jaulas suficientemente grandes como para que las gallinas cayeran en los pozos de abajo, gallinas con partes de su cuerpo incrustadas en las estructuras de las jaulas incluyendo unas 150 que estaban imposibilitadas de acceder a la comida o al agua, jaulas con cuerpos en descomposición y huevos podridos, gallinas matadas de manera inhumana y gallinas vivas en la basura (ver: http://tinyurl.com/cf2gaa ).
El problema general, con este tipo de declaraciones es que, aunque se proponga ser una declaración de hechos, conlleva un mensaje normativo implícito: que hay alguna diferencia entre la instalación de Maine, que involucra “abuso,” y otras producciones intensivas de huevos. La realidad es que puede haber pequeñas diferencias, pero el tratamiento de todas las gallinas en la industria de producción de huevos no puede ser caracterizado de nada menos que de tortura.

La historia de Farmed Animal Watch reporta que Radlo Foods, el mayor distribuirdor de huevos de la costa este, anunció que “cortará los lazos con Quality Egg y “’planea “transformarse, dentro de 10 años, en una empresa que trabajará exclusivamente con huevos de aves libres de jaulas,’ lo que la convertirá en la primera empresa nacional en hacerlo.” Esto sugiere que hay una diferencia significativa entre los huevos de gallinas criadas en jaulas en batería convencionales y los huevos de gallinas “libres de jaulas”. Pero, como muestra con claridad el excelente material educativo producido por defensores tales como el Santuary Peaceful Prairie, cualquier sugestión de este tipo es absurda. Tortura es tortura. La cámara de tortura puede tener las paredes pintadas con un lindo color y tener algunos cuadros, pero sigue siendo una cámara de tortura, y cualquier “mejoría” sirve fundamentalmente para hacer que aquéllos que infligen la tortura se sientan mejor acerca de su ambiente y de su conducta hacia las víctimas.

Como abolicionista, mi punto de vista es —y he presentado la argumentación en numerosos ensayos y otros materiales en este sitio como así también en mis libros y artículos— que no podemos justificar el uso de animales no humanos sintientes, independientemente de si el tratamiento es o no “humanitario”. Esto es, si pudiéramos criar animales sin ningún sufrimiento y aflicción y matarlos sin dolor, seguiría siendo moralmente erróneo hacerlo así, porque la vida de todos los seres sintientes tiene un valor moral que impide que los tratemos exclusivamente como un recurso. Pero la realidad práctica es que no podemos criar animales sin ningún sufrimiento y aflicción y matarlos sin dolor; la realidad práctica es que todo producto animal que consumimos –sea de un supermercado local o de algún vendedor de carne/productos animales “felices” de alto costo, o de una pequeña granja familiar —es el resultado de un trato que, clara e inequívocamente, consideraríamos como tortura, si esas víctimas fueran humanas. Algunos lugares pueden ser menos brutales que otros pero todos son terribles; todos implican sufrimiento, aflicción, y privación; todos implican muerte.

El movimiento neobienestarista, que promueve la idea de que podemos hacer este sistema de violencia y muerte mejor o más “humanitario,” está promoviendo un mensaje que creo que es falso. Acepto que los nuevos bienestaristas están actuando de buena fe cuando promueven los huevos “libres de jaulas”, pollos gaseados, o medidas tales como la Proposición 2 de California. Simplemente pienso que están seriamente equivocados, y no veo ninguna evidencia que sugiera que todas esas campañas estén haciendo algo más que hacer que los humanos se sientan más confortables acerca del hecho de consumir no humanos.

Ciertamente tenemos que dejar en claro al público la naturaleza del tratamiento de los animales que consumimos. Pero también deberíamos dejar en claro que este sistema no puede reformarse de ninguna manera que satisfaga las prreocupaciones morales fundamentales. Todo esto es abuso. Todo esto es moralmente injustificable. Nunca deberíamos usar el término “humanitario” para describir algún componente de esta máquina de violencia, tortura y muerte.

Recientemente, Home Box Office presentó un documental titulado "Death on a Factory Farm" [Muerte en una granja industrial] que presenta los horrores de una granja de cerdos en Ohio. La respuesta usual de aquellos que vieron este documental fue: “sí, ésa fue una granja horrible pero no todas son tan malas ¿no?” La breve respuesta es: sí, todas son tan malas y cuando algunas son mejores, aún son espantosas. Hay una diferencia entre ser torturado por 2 horas y ser torturado por 3 horas y 5 minutos. Pero es lo primero, ¿es moralmente aceptable o “humanitario” lo primero porque implica 5 minutos menos de tortura?

Tenemos que dejar de lado esta fantasía de que es posible producir productos animales sin tortura. Es imposible. Punto final. Repito que aún consideraría que la matanza de no humanos es moralmente errónea incluso si no fuera ése el caso, pero es el caso. Consumir animales necesariamente significa que apoyamos la tortura.

Hay una sola respuesta al reconocimiento de que los no-humanos sintientes son miembros plenos de la comunidad moral: deberíamos hacernos veganos y usar medios creativos y no violentos para educar a todos los que podamos a hacer lo mismo. Nunca cambiaremos el paradigma moral si nuestro mensaje es que el problema es el “abuso” de alguna granja industrial de Maine, o que los huevos provenientes de gallinas “libres de jaulas” son algo más que un artificio que a nosotros hace sentir mejor acerca de explotar a los animales.


9 de abril de 2009

Algunos comentarios acerca de la editorial de Kristof a favor de la “carne feliz”




El New York Times de hoy publicó una editorial de Nicholas D. Kristof. La editorial era una oda al bienestar animal y al supuesto progreso ético que evidenciarían las reformas bienestaristas.

Perdónenme por no compartir el entusiasmo de Mr. Kristof.

En vez de responder punto por punto, me voy a limitar a tres comentarios generales.

Primero, los ejemplos que Kristof señala que serían los mejores candidatos en un concurso para identificar las reformas bienestaristas más útiles de la historia moderna. Estos incluyen la Proposición 2 de California, la Directiva de la Comisión Europea de las jaulas en batería, y la perversa alianza entre grupos animalistas y Burger King. Escribí acerca de todas estas reformas previamente y argumenté que no harán nada para ayudar a los animales.

Segundo, citando esas diferentes reformas relacionadas con la “carne feliz”, Kristof afirma:
«Durante la mayor parte de la historia, todo esto habría sido inimaginable incluso para las personas de la más refinada sensibilidad ética —admitido es que por muchos siglos, esos refinados académicos no se sentían incomodados por la esclavitud.»
Es una declaración sorprendente. El señor Kristof parece no saber que el jainismo, una de las tres tradiciones religiosas de la India y, podría decirse, una de las más antiguas tradiciones espirituales del mundo, ha sostenido, por muchos milenios, que los animales no humanos tienen valor moral inherente. Los jainistas sostienen que la observación del principio de Ahimsa, o de la no-violencia, requiere que ellos sean vegetarianos y no coman carne, peces, o huevos, y los jainistas están adoptando cada vez más la posición del veganismo. El Budismo y el hinduismo también tienen una fuerte tradición de vegetarianismo. Entonces, a pesar de las felicitaciones que Kristof da a los bienestaristas occidentales, los de más “refinada sensibilidad ética” ya habían ido, hace siglos, más allá de esos desarrollos contemporáneos supuestamente progresistas.

Mr. Kristof no es tampoco consciente, aparentemente, de que en la civilización occidental el bienestar animal no es nada nuevo. Hemos tenido al bienestar animal como paradigma moral y legal dominante desde hace 200 años y, al presente, estamos explotando más animales, en modos más espantosos, que en ninguna otra época de la historia humana. Es bastante simple: el bienestar animal no funciona. Las regulaciones del bienestar animal proveen muy poca protección a los intereses de los animales. Esto es porque los animales son propiedad; son mercancías. Cuesta dinero proteger a los intereses de los animales y, generalmente, sólo protegemos esos intereses cuando hacerlo nos trae beneficios económicos. Por lo tanto, exigiremos que los animales grandes sean aturdidos antes de ser matados, para poder reducir los perjuicios ocasionados en las carcasas y para limitar las heridas que puedan sufrir los empleados del matadero. Pero si no obtenemos un beneficio económico a partir de la protección de un interés del animal, no protegeremos ese interés. Es así de simple, y hay que buscar en todas partes con muchísima atención para poder encontrar un sólo contra-ejemplo significativo.

El bienestar animal se apoya en la noción de que es aceptable el uso de animales para propósitos humanos porque ellos tienen menor valor moral que los humanos. Esta noción está reflejada en la teoría de Peter Singer, que Kristof presenta con aprobación en la editorial. La principal exigencia del bienestar animal es que acordemos a los animales alguna consideración a su interés en no sufrir. Pero, dada la visión de que la vida animal tiene poca o ninguna importancia moral, no debería sorprender que el grado de esa consideración sea mínimo.

Tercero, a pesar de las intenciones obviamente buenas del señor Kristof, se le escapa el punto básico de que las reformas de la “carne feliz” que él elogia con entusiasmo, sólo hacen que el público se sienta mejor en cuanto a la explotación animal, y prosigan consumiendo productos animales. Por ejemplo, incluso si la Proposición 2 de California entra en vigencia en el 2015, los animales en California continuarán siendo torturados; la única diferencia será que la tortura llevará la etiqueta de aprobación de la Humane Society of the United Status, Farm Sanctuary, y otras corporaciones de bienestar animal que promovieron la Proposición 2.

El señor Kristof prueba mi argumento. En la penúltima oración de su editorial dice: “Por mi parte, como carne, pero preferiría que esta práctica no infligiera sufrimiento injustificado.”

Esto lo dice todo.


8 de abril de 2009

La gran ´victoria´ del neobienestarismo






Argumenté, en mi trabajo, que los defensores de los animales no deberían gastar su tiempo y recursos en campañas de un solo tema, porque dado que no hay una base política a favor de abolir la explotación animal, no puede haber una esperanza realista de que se adopte una legislación que proteja significativamente los intereses animales, a través de la prohibición de varias formas de explotación animal. Los neobienestaristas, que están a favor de las campañas de un solo tema y que no concuerdan con que el enfoque vegano-abolicionista es necesario, con frecuencia señalan la “prohibición”, en Gran Bretaña, de la caza de zorros con perros, como el típico ejemplo de cómo la regulación de bienestar animal puede trabajar para proteger los intereses de los animales.

Opino que los defensores del neobienestarismo están equivocados.

La “prohibición” de la caza del zorro es un ejemplo clásico de la inutilidad de las campañas bienestaristas centradas en un solo tema.

La “prohibición”, supuestamente, prohibe el uso de perros para cazar zorros, pero permite a los cazadores usar a los perros para seguir el rastro del zorro y azuzarlo para que salga de su escondite. 

Es legal, para los cazadores, usar perros para azuzar a un zorro —u otro mamífero salvaje— y entonces dispararle o usar un halcón para matar al animal. Los que apoyan la caza están burlando la ley y estimulando la explotación de todas las lagunas normativas con el resultado de que se está matando a más zorros que antes de la “prohibición”.

La BBC reporta que 4 años después de que la “prohibición” entró en vigencia:
«No se fue a la quiebra ni solo negocio relacionado con la caza, hay el doble de perros de caza registrados en relación a tres años atrás y –conforme a la Alianza–, el número de personas cazando aumentó en un 11%.»
Con los Conservadores al frente de los Laboristas en los sondeos de opínión —y prometiendo un voto libre a propósito de la Ley de Caza se ellos vencieran en la próxima elección— los que apoyan la caza afirman que la revocación es, ahora, una probabilidad, en vez de una posibilidad.

Es claro que la “prohibición” de la caza de zorros es cualquier cosa menos una “prohibición” y que es un ejemplo clásico de la inutilidad de la reforma bienestarista que apunta a un solo tema.

La cuestión de la explotación animal requiere un cambio de paradigma moral. El cambio debe empezar con la educación vegana creativa y no-violenta.

7 de abril de 2009

¿Y ustedes se preguntan porqué sufrimos de esquizofrenia moral?




Aquí hay un ejemplo —desafortunadamente uno entre muchos— del modo en que confundimos a los niños acerca de la moralidad de la explotación animal. 

Por un lado, animamos a los niños a relacionarse afectivamente con los no humanos, a través del uso de personajes animales. Por el otro lado, usamos aquellos mismos personajes animales para vender productos animales que fueron obtenidos a partir de la tortura de animales no humanos.

¿Es de extrañarse que desarrollemos esquizofrenia moral cuando se trata de animales? 

¿Es de extrañarse que una cantidad abrumadora de nosotros concuerde con firmeza en el hecho de que está mal infligir sufrimiento “innecesario” y muerte a los animales pero, a su vez, nuestra mejor justificación para imponer sufrimiento y muerte a más de 53 mil millones de animales por año (sin incluir a los peces) es que disfrutamos de su sabor? 

¿Es de extrañarse que consideremos a ciertos animales como miembros de nuestras familias mientras simultáneamente clavamos tenederos en los cuerpos de otros animales?



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