30 de agosto de 2009

El neobienestarismo es un fracaso en sus propios términos




El enfoque abolicionista sostiene que el veganismo ético es una base moral; representa el reconocimiento de la personidad moral de los animales y el rechazo de la noción de que los animales son mercancías destinadas a uso humano. El veganismo ético es un componente esencial del compromiso con la no violencia.

El enfoque neobienestarista rechaza al veganismo como una base moral. En efecto, los neobienestaristas lo consideran como un “fanatismo” y como una cuestión de “pureza personal”, afirmar que el veganismo es algo más que un modo de reducir el sufrimiento. En este sentido, el veganismo no difiere de consumir carne/productos animales “felices”, o de ser vegetariano y tratar la carne de los animales como moralmente distinguible de otros productos animales.

En mi último comentario y en mis escritos, incluyendo otros ensayos de este sitio [ver, por ejemplo, aquí], expliqué que los neobienestaristas, al igual que los bienestaristas clásicos, consideran el sufrimiento animal como moralmente relevante pero no consideran que los animales no humanos sean seres que tengan interés en continuar existiendo. Por lo tanto, ellos no ven el uso y la muerte de los animales como moralmente objetable per se, siempre que los animales hayan tenido una vida razonablemente placentera y una muerte relativamente sin dolor.

El enfoque abolicionista sostiene que los defensores de los animales deberían ser veganos éticos y que deberían comprometerse en la educación vegana creativa y no violenta. El enfoque neobienestarista sostiene que los defensores deberían promover la reforma bienestarista que, según ellos, reducirá el sufrimiento.

Pero el enfoque neobienestarista no funciona ni siquiera en sus propios términos.

Consideren este extracto de "El libro de bolsillo del activista por los animales", de Matt Ball, de Vegan Outreach, y Bruce Friedrich, de PeTA:
"Cada año, el norteamericano promedio consume alrededor de una décima parte de una vaca, un tercio de un cerdo, un pavo, treinta y cinco pollos, y alrededor de cincuenta animales acuáticos (en su mayoría mariscos). Ella o él es también responsable por la producción de una gallina ponedora y de una trigésima parte de una vaca lechera.  
"Basándose en los números en bruto solamente, el mejor paso incremental que un comedor de carne puede dar por los animales es dejar de comer aves. Y así es como hablamos con la gente: focalizamos en la crueldad hacia las aves en primer lugar. Una vez que ellos han visto que pueden dar un paso, es mucho más fácil para ellos pasar a dejar de comer cerdos, peces (especialmente peces criados en granjas), huevos, ganado, y luego lácteos. 
"Pocas personas adoptan la dieta vegetariana de un día para otro. Si ayudamos a que más gente cambie aceptando la evolución incremental, –preferiblemente no comiendo más aves y peces primero, luego cerdos, luego vacas–, podemos ayudar a ahorrarle a muchos animales un terrible sufrimiento. Desde que la mayoría de la gente hará el camino inverso (dejando de comer vacas y cerdos primero), ayudamos realmente a los animales concentrándonos primero en la crueldad contra las aves de las granjas industriales."
Ball y Friedrich argumentan que las campañas bienestaristas que focalizan en la “crueldad en las granjas industriales de aves,” “le ahorrarán a muchos animales un terrible sufrimiento.”

Esta posición es problemática por al menos tres razones.

Primero; vamos a hablar de la cuestión de la psicología práctica. Aunque sea ciertamente admirable que Ball y Friedrich quieran que las personas se tomen a las aves en serio, la noción de que aquéllas que están comiendo vacas y cerdos van a desarrollar una preocupación moral respecto de las aves simplemente no es realista. Desafortunadamente, la mayoría de la gente tiene una opinión muiy negativa respecto de las aves. Muchas personas son casi hotiles para con las aves. Si el escenario de fondo de la tristemente célebre entrevista con Sarah Palin fuese una vaca siendo asesinada en vez de un pavo, la reacción del público habría sido muy diferente. Entonces, incluso si creen que la reforma bienestarista incremental es una buena idea, este enfoque simplemente está errado.

Segundo; asumamos que una persona deja de comer aves por completo. Puede que pase a comer más pescado o más huevos u productos lácteos y cualquier compensación del sufrimiento será contrabalanceada como consecuencia. La posición neobienestarista asume que por cada producto animal que no se consume, aquellas calorías serán reemplazadas por comida de origen vegetal. No hay razón para asumir esto. En efecto, hay razones para asumir lo contrario.

Por supuesto, en el mundo real, un enfoque incremental, si conduce a algo, llevará a las personas a comer menos carne vacuna y porcina y más aves, huevos, queso, etc. Y es precisamente por esto que el enfoque bienestarista incremental lleva a un aumento del sufrimiento general.

Tercero, los neobienestaristas asumen que una campaña focalizada en la crueldad de las granjas industriales de aves resultará en que las personas dejarán de comer aves.

¿De dónde diantres sacan los neobienestaristas esta idea?

¿No es más probable que estas campañas neobienestaristas resulten en consumidores que buscarán una de las alternativas a la carne “feliz” promovidas por PeTA y Vegan Outreach? Ambos grupos, junto a otras corporaciones neobienestaristas que siguen a Peter Singer, apoyan la norma del Animal Compasivo de Whole Foods. Nos dicen que, entre PeTA y Kentucy Fried Chicken, “no hay diferencia de opiniones respecto de cómo los animales deberían ser tratados”, dado que las aves son gaseadas y no electrocutadas. ¿Y qué acerca de aquellos maravillosos productos animales que tienen la etiqueta de "Certificación de Cría y Manejo Humanitarios” apoyada por la Humane Society de EE.UU, ASPCA, y otros grupos?

¿No es el objetivo explícito de estos programas de etiquetado, hacer que los consumidores se sientan más cómodos acerca de consumir productos animales? Esa es una pregunta retórica. Por supuesto que es el objetivo.

Así que ¿porqué los neobienestaristas piensan que las campañas referentes a las aves de granjas industriales van a hacer que las personas dejen de comer aves, cuando los neobienestaristas están ahí, ofreciéndoles un producto animal ”feliz”? ¿No es más probable que esos consumidores se muevan hacia el mercado de la carne “feliz” que los neobienestaristas han creado?

Y cualquiera que crea que la carne “feliz” promovida por esas organizaciones neobienestaristas realmente resultará en reducir el sufrimiento, probablemente también cree en Papá Noel y el conejo de Pascuas. La diferencia entre los huevos provenientes de gallinas en jaulas en batería convencionales y los huevos de gallinas “libres de jaulas” es equivalente —en la mejor de las hipótesis— a la diferencia entre ser torturado con descargas eléctricas estando sujeto a una silla acolchonada en vez de ser torturado con una descarga eléctrica estando sujeto a una silla sin acolchado.

En resumen, los neobienestaristas rechazan el veganismo como base moral porque ellos están preocupados principalmente por el sufrimiento. Pero sus propuestas para la reforma bienestarista incremental no lograrán una reducción del sufrimiento.

El neobienestarismo es un fracaso de acuerdo a sus propios términos.

Háganse veganos. Es fácil; es lo mejor para ustedes y para el planeta y, lo más importante, es lo que moralmente debemos hacer.



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