Este breve ensayo traducido al español será incluido en la nueva edición del Diccionario de Filosofía de José Ferrater Mora.
VEGANISMO. El veganismo, como una cuestión de dieta que refleja preocupaciones éticas, se refiere a la práctica de no consumir carne, pescado, lácteos, huevos, y otros productos de origen animal, como la miel. El veganismo entendido como una filosofía ética se aplica a la práctica de no comer, llevar ni usar productos de origen animal ni participar en la explotación animal, hasta donde sea posible. Esta entrada tratará sobre la historia del veganismo y su posición conceptual, y asimismo expondrá las visiones contemporáneas sobre el veganismo y algunas objeciones comunes al veganismo.
Historia: Aunque la palabra "vegano" no fue acuñada hasta 1944, la idea de evitar los lácteos y los huevos, además de la carne, puede ser rastreada 35 años antes en Gran Bretaña —e incluso antes si tenemos en cuenta a Lewis Gompertz [1783/84 - 1861], un vegano que fue miembro fundador de lo que más tarde sería la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales. Al comenzar el año 1909, algunos miembros de la Asociacion Vegetariana Británica, que se había constituido en 1847, comenzaron a cuestionar si, de acuerdo a la moral, y, en menor grado, de acuerdo a la salud, el rechazo de comida que incluya cuerpos de animales se puede compatibilizar con el consumo de lácteos y huevos. Este debate fue retomado periódicamente desde 1909 hasta 1944, cuando la Asociación Vegetariana rechazó la propuesta de incluir una sección en su revista "The Vegetarian Messenger", para todos aquellos miembros de la asociación que rechazaban los lácteos y los huevos.
En 1944, Donald Watson, que había sido secretario de la Asociación Vegetariana de Leicester, y otros cuantos vegetarianos decidieron formar un grupo —la Asociación Vegana— que se oponía al consumo de lácteos y huevos. Este grupo inicialmente usó la palabra "vegano", que Watson señalaría después que representaba el principio ["veg"] y el final ["ano"] de "vegetariano", reflejando así que el veganismo era la conclusión natural de una dieta vegetariana. Luego continuaron usando el término "vegano". Este grupo comenzó una revista cuatrimestral llamada "The Vegan News", que más tarde sería "The Vegan".
Los primeros veganos creían que su dieta no sólo era sostenible sino que era más saludable que una que incluyera lácteos o huevos. Sin embargo, lo que claramente les motivaba eran al menos tres preocupaciones éticas. Primero, les preocupaba los efectos que comer animales tenía en el desarrollo espiritual y moral de los seres humanos. En el primer número de "The Vegan News", Watson y sus compañeros explicaban que el vegetarianismo es "sólo la mitad del camino entre comer carne y una dieta realmente civilizada y humanitaria, y que pensamos, por tanto, que durante nuestra vida en esta tierra debemos intentar evolucionar" hacia una dieta que excluya los productos de origen animal. Ellos afirmaban que "sospechamos que el gran impedimento para el desarrollo moral de la humanidad sería el hecho de ser un parásito de otras formas de vida animal" y expresaban la visión de que "el destino espiritual de la humanidad está abocado en el tiempo a juzgar con horror la idea de que hubo un tiempo en que los hombres se alimentaban de los productos del cuerpo de otros animales".
Segundo, los veganos, así como los vegetarianos, estaban preocupados por la matanza y crueldad inherente a los productos de origen animal. Los vegetarianos rechazaban la carne porque los animales tenían que ser matados para ser comidos. Pero los veganos alegaban que los lácteos conllevan matar a los terneros nacidos de vacas destinadas a la producción de leche, quienes a su vez eran matadas cuando se agotaba su producción de leche. Asimismo, la separación de las vacas y sus terneros les causaba un terrible estrés tanto a la madre como a su hijo. La producción de huevos requiere la matanza de los pollitos machos y de las propias gallinas que ya no resulten productivas. El sistema de jaulas en batería apenas había comenzado en la década de los 40 y la ganadería intensiva apoyaba el argumento sobre la crueldad.
Tercero, y quizás lo más interesante, los veganos desde su inicio expresaban una preocupación general sobre la explotación de los animales que iba más allá del trato cruel y la matanza de animales y rechazaba todo uso de animales. En 1944, la Asociación Vegana reconocía que "nuestra presente civilización está construida sobre la explotación de animales así como las civilizaciones pasadas estaban construidas sobre la explotación de esclavos". En 1945, la Asociación estableció, en el contexto de rechazo al uso de animales, incluyendo el consumo de miel: "El propósito de la Asociación Vegana es oponerse a la explotación de la vida sintiente tanto si es beneficiosa o no". La Asociación sostenía que la mutilación y matanza de animales "nos presenta una grave responsabilidad, en tanto que en términos morales no hay diferencia entre esa acción y una acción similar sobre seres humanos."
En 1949, Leslie J. Cross, un pionero e influyente vicepresidente de la Asociación Vegana, escribió que el veganismo trataba sobre "la abolición de la explotación de los animales por la humanidad" y expuso una definición de veganismo: "el principio de la emancipación de los animales de la explotación humana". Él dejó claro que la "emancipación" significa el fin de la domesticación. Él argumentaba que los animales tenía "derechos relativamente equivalentes" a los derechos de los humanos y que toda la explotación animal en sí misma, independientemente del trato, violaba esos derechos.
En 1950, la Asociación Vegana se comprometía a "buscar el fin del uso de animales por la humanidad para alimento, productos, trabajo, caza, vivisección, y otros usos que implican explotación de la vida animal por la humanidad". Cross escribió que "nuestro propósito no es hacer que la presenta relación entre la humanidad y los animales —que honestamente vista es esencialmente de amo y esclavo —más tolerable sino abolirla...."
En 1979, cuando la Asociación Vegana se convirtió en una asociación caritativa, adotó una definición de veganismo: "una filosofía y modo de vida que busca excluir —tanto como sea posible y practicable— todas las formas de explotación, y crueldad, hacia los animales, ya sea para alimentos, vestimenta o cualquier otra finalidad... En términos dietéticos se aplica evitando todos los productos derivados total o parcialmente de los animales."
Aunque hubo ciertamente algunas tensiones y desacuerdos en el movimiento vegano pionero, está claro que, en determinados aspectos, se anticipó al movimiento de derechos animales por varias décadas en tanto que al menos algunos pioneros veganos clamaban por la eliminación de toda explotación animal. Ellos promovían el veganismo no meramente como una dieta y una forma de reducir la crueldad hacia los animales sino de manera clara e inequívoca como un imperativo moral que se reflejaba en la abolición de la explotación animal en la propia vida individual como una parte necesaria en la abolición social del uso de animales.
Perspectivas contemporáneas: En la década de 1970 y 1980, el moderno movimiento de derechos animales surgió en Occidente y desafiaba el movimiento bienestarista que aceptaba el uso de animales por parte de los humanos pero que promovía un trato más "humanitario". El incipiente movimiento de derechos abrazaba la idea de la abolición, pero, hacia la mitad de la década de 1990, se había asumido la posición de que, aunque la abolición era el objetivo, la reforma bienestarista y el activismo convencional eran medios apropiados para conseguir el objetivo. Esta posición fue adoptada por todas las grandes organizaciones en Estados Unidos, Europa, y casi todo el mundo, y fue explícitamente promovida incluso por teóricos de los derechos como Tom Regan.
Aunque el veganismo como un imperativo moral fue promovido por al menos algunos segmentos en el incipiente movimiento moderno de derechos animales que deseaban la abolición, el movimiento animalista actual no puede ser caracterizado como un movimiento abolicionista de derechos y está dominado por el pensamiento utilitarista de Peter Singer. Singer, quien se considera un "vegano flexible", promueve el veganismo dietético como una manera de reducir el sufrimiento y no como un imperativo moral. Ninguna de las corporaciones caritativas en los Estados Unidos o Europa promueve el veganismo como un imperativo moral. Muchos de estos grupos, al igual que Singer, promueve el veganismo dietético como una forma de reducir el sufrimiento, acompañado de otras medidas que supuestamente reducen el sufrimiento, incluyendo el reducetarianismo o el consumo de productos de origen animales producidos "humanitariamente" según dicen. Incluso la Asociación Vegana en años recientes ha adoptado posturas que son en realidad hostiles al veganismo como imperativo moral. La mayoría de los grupos tradicionales de bienestar animal no promueven el veganismo en absoluto.
El veganismo dietético es también promovido como una manera de lograr una mejora en la salud humana. No hay evidencia de que las sustancias de origen animal sean necesarias para una salud humana óptima y un creciente número de autoridades médicas y nutricionales consideran que las sustancias de origen animal son perjudiciales para la salud humana. Debido a que la ganadería produce más gases de efecto invernadero que la quema de combustible fósil para transporte, y posiblemente al menos el 51% de todos los gases de efecto invernadero, algunos argumentan que el veganismo dietético es una manera de afrontar los problemas medioambientales.
Hay un movimiento abolicionista que mantiene que el veganismo es una cuestión de justicia y refleja un imperativo moral de que no debemos comer, vestir o usar a los animales para cualquier propósito humano. El movimiento abolicionista promueve la idea de que el objetivo es terminar con el uso de animales, incluyendo la domesticación, y no conseguir una explotación animal más "humanitaria". Este movimiento abraza asimismo el principio de la noviolencia, y sostiene que el rechazo a la explotación animal es parte del movimiento que rechaza todas las formas de cosificación y discriminación, incluyendo aquellas que afectan a los humanos.
Hay que señalar que el veganismo fue el tema principal de dos conferencias organizada en 1990 y 1991 por José Ferrater Mora en la Universidad Complutense de Madrid.
Argumentos contra el Veganismo: Además de los argumentos basados en la salud, que han sido refutados hace tiempo pero que continúan teniendo cierta fuerza, y el argumento de que los animales no importan moralmente, que es una posición negada incluso por la moralidad convencional, hay dos argumentos principales contra el veganismo. El primero dice que debido a la actividad humana, incluyendo el cultivo del terreno para producir comida o material para elaborar vestimenta, se inflige daño a los animales en diversas maneras, por lo que no podemos abolir la explotación animal, y, por tanto, el veganismo es un ideal imposible. Este argumento falla por la misma razón que podemos argumentar que debido a que no podemos eliminar todo el daño accidental sobre seres humanos, la abolición de la esclavitud o la prohibición del asesinato es un ideal imposible. Este argumento ignora por completo que excluir a los individuos —ya sean humanos o animales— de la comunidad moral tratándolos como cosas que no tiene valor inherente o intrínseco es cualitativamente diferente del daño accidental que se ocasiona sobre esos individuos. Construir una carretera conlleva que habrá accidentes de tráfico que ocasionarán muertes pero esto no es lo mismo que esclavizar seres humanos o asesinarlos.
El segundo argumento es que ya que el mundo no se volverá vegano de un día para otro entonces promover la reforma bienestarista, el reducetarianismo, etc.. es una necesidad práctica. Este argumento yerra por la misma razón que nunca aceptaríamos argumentos similares en el contexto de las violaciones de derechos humanos. Por ejemplo, el mundo no detendrá la violencia misógina contra las mujeres de un día para otro pero no por eso promoveremos "la violación humanitaria" o "la violación reducida". Semejante argumento, aplicado a los animales, no tiene en cuenta el valor inherente de los animales y su derecho a no ser explotados como recursos.
Historia: Aunque la palabra "vegano" no fue acuñada hasta 1944, la idea de evitar los lácteos y los huevos, además de la carne, puede ser rastreada 35 años antes en Gran Bretaña —e incluso antes si tenemos en cuenta a Lewis Gompertz [1783/84 - 1861], un vegano que fue miembro fundador de lo que más tarde sería la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales. Al comenzar el año 1909, algunos miembros de la Asociacion Vegetariana Británica, que se había constituido en 1847, comenzaron a cuestionar si, de acuerdo a la moral, y, en menor grado, de acuerdo a la salud, el rechazo de comida que incluya cuerpos de animales se puede compatibilizar con el consumo de lácteos y huevos. Este debate fue retomado periódicamente desde 1909 hasta 1944, cuando la Asociación Vegetariana rechazó la propuesta de incluir una sección en su revista "The Vegetarian Messenger", para todos aquellos miembros de la asociación que rechazaban los lácteos y los huevos.
En 1944, Donald Watson, que había sido secretario de la Asociación Vegetariana de Leicester, y otros cuantos vegetarianos decidieron formar un grupo —la Asociación Vegana— que se oponía al consumo de lácteos y huevos. Este grupo inicialmente usó la palabra "vegano", que Watson señalaría después que representaba el principio ["veg"] y el final ["ano"] de "vegetariano", reflejando así que el veganismo era la conclusión natural de una dieta vegetariana. Luego continuaron usando el término "vegano". Este grupo comenzó una revista cuatrimestral llamada "The Vegan News", que más tarde sería "The Vegan".
Los primeros veganos creían que su dieta no sólo era sostenible sino que era más saludable que una que incluyera lácteos o huevos. Sin embargo, lo que claramente les motivaba eran al menos tres preocupaciones éticas. Primero, les preocupaba los efectos que comer animales tenía en el desarrollo espiritual y moral de los seres humanos. En el primer número de "The Vegan News", Watson y sus compañeros explicaban que el vegetarianismo es "sólo la mitad del camino entre comer carne y una dieta realmente civilizada y humanitaria, y que pensamos, por tanto, que durante nuestra vida en esta tierra debemos intentar evolucionar" hacia una dieta que excluya los productos de origen animal. Ellos afirmaban que "sospechamos que el gran impedimento para el desarrollo moral de la humanidad sería el hecho de ser un parásito de otras formas de vida animal" y expresaban la visión de que "el destino espiritual de la humanidad está abocado en el tiempo a juzgar con horror la idea de que hubo un tiempo en que los hombres se alimentaban de los productos del cuerpo de otros animales".
Segundo, los veganos, así como los vegetarianos, estaban preocupados por la matanza y crueldad inherente a los productos de origen animal. Los vegetarianos rechazaban la carne porque los animales tenían que ser matados para ser comidos. Pero los veganos alegaban que los lácteos conllevan matar a los terneros nacidos de vacas destinadas a la producción de leche, quienes a su vez eran matadas cuando se agotaba su producción de leche. Asimismo, la separación de las vacas y sus terneros les causaba un terrible estrés tanto a la madre como a su hijo. La producción de huevos requiere la matanza de los pollitos machos y de las propias gallinas que ya no resulten productivas. El sistema de jaulas en batería apenas había comenzado en la década de los 40 y la ganadería intensiva apoyaba el argumento sobre la crueldad.
Tercero, y quizás lo más interesante, los veganos desde su inicio expresaban una preocupación general sobre la explotación de los animales que iba más allá del trato cruel y la matanza de animales y rechazaba todo uso de animales. En 1944, la Asociación Vegana reconocía que "nuestra presente civilización está construida sobre la explotación de animales así como las civilizaciones pasadas estaban construidas sobre la explotación de esclavos". En 1945, la Asociación estableció, en el contexto de rechazo al uso de animales, incluyendo el consumo de miel: "El propósito de la Asociación Vegana es oponerse a la explotación de la vida sintiente tanto si es beneficiosa o no". La Asociación sostenía que la mutilación y matanza de animales "nos presenta una grave responsabilidad, en tanto que en términos morales no hay diferencia entre esa acción y una acción similar sobre seres humanos."
En 1949, Leslie J. Cross, un pionero e influyente vicepresidente de la Asociación Vegana, escribió que el veganismo trataba sobre "la abolición de la explotación de los animales por la humanidad" y expuso una definición de veganismo: "el principio de la emancipación de los animales de la explotación humana". Él dejó claro que la "emancipación" significa el fin de la domesticación. Él argumentaba que los animales tenía "derechos relativamente equivalentes" a los derechos de los humanos y que toda la explotación animal en sí misma, independientemente del trato, violaba esos derechos.
En 1950, la Asociación Vegana se comprometía a "buscar el fin del uso de animales por la humanidad para alimento, productos, trabajo, caza, vivisección, y otros usos que implican explotación de la vida animal por la humanidad". Cross escribió que "nuestro propósito no es hacer que la presenta relación entre la humanidad y los animales —que honestamente vista es esencialmente de amo y esclavo —más tolerable sino abolirla...."
En 1979, cuando la Asociación Vegana se convirtió en una asociación caritativa, adotó una definición de veganismo: "una filosofía y modo de vida que busca excluir —tanto como sea posible y practicable— todas las formas de explotación, y crueldad, hacia los animales, ya sea para alimentos, vestimenta o cualquier otra finalidad... En términos dietéticos se aplica evitando todos los productos derivados total o parcialmente de los animales."
Aunque hubo ciertamente algunas tensiones y desacuerdos en el movimiento vegano pionero, está claro que, en determinados aspectos, se anticipó al movimiento de derechos animales por varias décadas en tanto que al menos algunos pioneros veganos clamaban por la eliminación de toda explotación animal. Ellos promovían el veganismo no meramente como una dieta y una forma de reducir la crueldad hacia los animales sino de manera clara e inequívoca como un imperativo moral que se reflejaba en la abolición de la explotación animal en la propia vida individual como una parte necesaria en la abolición social del uso de animales.
Perspectivas contemporáneas: En la década de 1970 y 1980, el moderno movimiento de derechos animales surgió en Occidente y desafiaba el movimiento bienestarista que aceptaba el uso de animales por parte de los humanos pero que promovía un trato más "humanitario". El incipiente movimiento de derechos abrazaba la idea de la abolición, pero, hacia la mitad de la década de 1990, se había asumido la posición de que, aunque la abolición era el objetivo, la reforma bienestarista y el activismo convencional eran medios apropiados para conseguir el objetivo. Esta posición fue adoptada por todas las grandes organizaciones en Estados Unidos, Europa, y casi todo el mundo, y fue explícitamente promovida incluso por teóricos de los derechos como Tom Regan.
Aunque el veganismo como un imperativo moral fue promovido por al menos algunos segmentos en el incipiente movimiento moderno de derechos animales que deseaban la abolición, el movimiento animalista actual no puede ser caracterizado como un movimiento abolicionista de derechos y está dominado por el pensamiento utilitarista de Peter Singer. Singer, quien se considera un "vegano flexible", promueve el veganismo dietético como una manera de reducir el sufrimiento y no como un imperativo moral. Ninguna de las corporaciones caritativas en los Estados Unidos o Europa promueve el veganismo como un imperativo moral. Muchos de estos grupos, al igual que Singer, promueve el veganismo dietético como una forma de reducir el sufrimiento, acompañado de otras medidas que supuestamente reducen el sufrimiento, incluyendo el reducetarianismo o el consumo de productos de origen animales producidos "humanitariamente" según dicen. Incluso la Asociación Vegana en años recientes ha adoptado posturas que son en realidad hostiles al veganismo como imperativo moral. La mayoría de los grupos tradicionales de bienestar animal no promueven el veganismo en absoluto.
El veganismo dietético es también promovido como una manera de lograr una mejora en la salud humana. No hay evidencia de que las sustancias de origen animal sean necesarias para una salud humana óptima y un creciente número de autoridades médicas y nutricionales consideran que las sustancias de origen animal son perjudiciales para la salud humana. Debido a que la ganadería produce más gases de efecto invernadero que la quema de combustible fósil para transporte, y posiblemente al menos el 51% de todos los gases de efecto invernadero, algunos argumentan que el veganismo dietético es una manera de afrontar los problemas medioambientales.
Hay un movimiento abolicionista que mantiene que el veganismo es una cuestión de justicia y refleja un imperativo moral de que no debemos comer, vestir o usar a los animales para cualquier propósito humano. El movimiento abolicionista promueve la idea de que el objetivo es terminar con el uso de animales, incluyendo la domesticación, y no conseguir una explotación animal más "humanitaria". Este movimiento abraza asimismo el principio de la noviolencia, y sostiene que el rechazo a la explotación animal es parte del movimiento que rechaza todas las formas de cosificación y discriminación, incluyendo aquellas que afectan a los humanos.
Hay que señalar que el veganismo fue el tema principal de dos conferencias organizada en 1990 y 1991 por José Ferrater Mora en la Universidad Complutense de Madrid.
Argumentos contra el Veganismo: Además de los argumentos basados en la salud, que han sido refutados hace tiempo pero que continúan teniendo cierta fuerza, y el argumento de que los animales no importan moralmente, que es una posición negada incluso por la moralidad convencional, hay dos argumentos principales contra el veganismo. El primero dice que debido a la actividad humana, incluyendo el cultivo del terreno para producir comida o material para elaborar vestimenta, se inflige daño a los animales en diversas maneras, por lo que no podemos abolir la explotación animal, y, por tanto, el veganismo es un ideal imposible. Este argumento falla por la misma razón que podemos argumentar que debido a que no podemos eliminar todo el daño accidental sobre seres humanos, la abolición de la esclavitud o la prohibición del asesinato es un ideal imposible. Este argumento ignora por completo que excluir a los individuos —ya sean humanos o animales— de la comunidad moral tratándolos como cosas que no tiene valor inherente o intrínseco es cualitativamente diferente del daño accidental que se ocasiona sobre esos individuos. Construir una carretera conlleva que habrá accidentes de tráfico que ocasionarán muertes pero esto no es lo mismo que esclavizar seres humanos o asesinarlos.
El segundo argumento es que ya que el mundo no se volverá vegano de un día para otro entonces promover la reforma bienestarista, el reducetarianismo, etc.. es una necesidad práctica. Este argumento yerra por la misma razón que nunca aceptaríamos argumentos similares en el contexto de las violaciones de derechos humanos. Por ejemplo, el mundo no detendrá la violencia misógina contra las mujeres de un día para otro pero no por eso promoveremos "la violación humanitaria" o "la violación reducida". Semejante argumento, aplicado a los animales, no tiene en cuenta el valor inherente de los animales y su derecho a no ser explotados como recursos.
Gary L. Francione & Anna Charlton