26 de diciembre de 2014

El enfoque en las "granjas industriales"




La mayoría de los grandes grupos animalistas se centran en las “granjas industriales.” Esto es absurdo al menos por tres razones.

Primero; estos grupos afirman estar eliminando los "peores abusos" del sistema. Eso es falso. 

Todo el sistema es un gran "peor abuso" y los grupos animalistas están meramente centrándose en —o sea, haciendo campañas de recaudación de fondos para— unas pocas prácticas que son, en su mayor parte, económicamente vulnerables de todos modos. 

Estos grupos pretenden que "la cría de animales intensiva" pasará a la historia si la jaula de gestación se elimina o si las jaulas en batería convencionales dan paso a graneros "libres de jaulas", pero eso es simplemente incorrecto. Los cerdos y los pollos aún seguirán siendo torturados y asesinados.

Segundo; estos grupos promueven la idea de que hay una diferencia entre la "granja industrial” y la "granja familiar." Hay aún una enorme cantidad de sufrimiento y aflicción en cualquier granja. Esta fantasía de la idílica "granja familiar" es solo eso: una fantasía. Y todos los animales terminan en el mismo matadero la mayoría de las veces. En cualquier caso, todos son matados. 

Todos estos grupos promueven o apoyan algún tipo de "explotación feliz." Pero estos planes siguen implicando animales torturados y asesinados. Su impacto principal es tranquilizar a los consumidores de que pueden ser "omnívoros conscientes" y seguir contribuyendo con los grupos animalistas en la medida en que se sienten bien acerca de continuar comiendo y usando a los animales. 

Tercero; si los animales importan moralmente, no deberíamos estar comiéndolos, usándolos como vestimenta o utilizándolos, tanto si provienen de "granjas industriales" o de "granjas familiares" o si tienen una etiqueta de "explotación feliz " estampada en sus cuerpos. 

No tenemos justificación para infligir ningún nivel de dolor y sufrimiento a otro ser sensible cuando la única justificación es el placer del paladar o la moda. Ni siquiera necesitamos una teoría de los derechos de los animales para eso; se deduce simplemente de la posición de que los animales no son cosas y que tienen un valor moral. 

El problema no es la "granja industrial." El problema es toda la cría de animales; el problema es todo el uso de animales.

Estas campañas contra las “granjas industriales” no tienen nada que ver con los animales. Son vehículos para recaudar fondos de los grandes grupos. Si se preocupan por los animales y piensan que tienen algún valor moral, háganse veganos. Es así de simple. 



19 de noviembre de 2014

Acerca de los tontos intentos de justificar la explotación animal




Alguna gente dice que dado que los animales no humanos comen a otros animales en la naturaleza entonces nuestro uso de animales es "natural".

Hay cuatro respuestas a esa posición:

Primero; aunque algunos animales comen animales en la naturaleza, muchos no lo hacen. Muchos animales son herbívoros. Además, hay bastante más cooperación en la naturaleza que lo que dice esa supuesta "crueldad de la naturaleza" que nos han inculcado.

Segundo; el que los animales coman a otros animales es irrelevante. ¿Por qué debería importar que algunos animales coman a otros animales? Algunos animales son carnívoros y no pueden vivir libremente sin comer carne. Nosotros no entramos en esa categoría; podemos vivir sin comer animales, y cada vez más gente reconoce que nuestra salud y el medio ambiente se beneficiarían de una dieta sin productos de origen animal.

Tercero; los animales hacen toda clase de cosas que los humanos no consideramos moralmente apropiadas. Por ejemplo, los perros defecan y copulan en la calle. ¿Significa eso que debemos seguir su ejemplo? 

Cuarto; resulta curioso que cuando nos conviene tratamos de justificar nuestra explotación de animales apelando a nuestra supuesta "superioridad". Pero cuando esa supuesta "superioridad" nos conduce en un sentido que no queremos, de repente nos consideramos como otra especie más del reino animal, como si fuéramos zorros que quieren comer gallinas.


8 de noviembre de 2014

Más acerca de Michael Vick, Andre Robinson y los "abusadores de animales"


A menudo veo a gente diciendo que la diferencia entre los "abusadores de animales", como Michael Vick y Andre Robinson, y los no-veganos es que Vick y Robinson infligieron sufrimiento a los animales porque disfrutaban haciendo daño a los animales mientras que los no-veganos sólo disfrutan el sabor de los productos de origen animal pero no desean hacer daño a los animales. Esta diferencia, según dicen, hace que yo esté equivocado al decir que los no-veganos son moralmente indistinguibles de la gente como Vick y Robinson.

Eso es un pensamiento erróneo.

En primer lugar, hay muchos no-veganos que disfrutan con el hecho de matar animales. Se les denomina cazadores. Esta gente son en todos los sentidos —moral y psicológicamente— idénticos a Vick, Robinson y a cualquiera que disfrute con la actividad de causar daño a los animales.

¿Pero qué pasa con los no-veganos que no cazan y que sólo compran productos de origen animal en las tiendas y mercados?

Para comprender su estatus, consideremos las siguientes situaciones:

Situación #1: John mata a Sam con sus propias manos y disfruta en el proceso de matarlo.

Situación #2: Mike necesita que Morty muera para obtener un beneficio económico —Mike conseguiría ganar algún dinero— pero a Mike le entristece esta situación porque le agrada Morty y aborrece la violencia. No obstante, necesita que Morty muera, por lo que paga a Dan para que mate a Morty. Mike disfruta del resultado de que Morty haya muerto pero no disfruta con el proceso de causar daño a Morty.

Podría haber una distinción psicológica entre John y Dan por un lado y Mike por el otro; pero no hay una diferencia moral. La equivalencia moral se refleja en las normas legales: John y Mike son igualmente condenados como asesinos.

Una vez que comprendemos que los productos de origen animal implican sufrimiento y muerte y que no necesitamos comer animales para estar sanos, continuar pagando a otros para imponer sufrimiento y muerte a los animales nos hace moralmente indistinguibles de Vick, Robinson, y otros que consideramos como "abusadores de animales".

4 de octubre de 2014

Andre Robinson, el gato King y nuestro confuso pensamiento sobre la ética



Andre Robinson pateó a un gato callejero en Brooklyn. Alguien lo grabó en vídeo. Robinson fue arrestado. El gato, al que nombraron King, fue rescatado y adoptado. El fiscal del distrito de Brooklyn ha anunciado su intención de acusar a Robinson por crueldad hacia los animales. Ahora, mucha gente pide que sea encarcelado y las invectivas que le dedican por las redes sociales son bastante intensas por decirlo de alguna manera.

Las reacciones ante lo que hizo Robinson es comprensible y estimable. Es poco menos que terrible que alguien le haga daño a un animal inocente. Después de todo, estamos de acuerdo en que está moralmente erróneo infligir sufrimiento innecesario a los animales. Aunque podemos disentir acerca de cuándo es necesario imponer sufrimiento y muerte a los animales, todos estamos de acuerdo en que el placer que obtuvo Robinson al patear a un gato no constituye necesidad.

¿O quizás sí?

Matamos y comemos a más de 58 mil millones de animales en todo el mundo, sin contar a los peces. No necesitamos comer animales. Nadie mantiene que es necesario para una salud humana óptima. La conservadora Asociación Americana de Dietética reconoce que:

«Las dietas vegetarianas adecuadamente planificadas, incluidas las dietas totalmente vegetarianas o veganas, son saludables, nutricionalmente adecuadas, y pueden proporcionar beneficios para la salud en la prevención y en el tratamiento de ciertas enfermedades. Las dietas vegetarianas bien planificadas son apropiadas para todas las etapas del ciclo vital, incluyendo el embarazo, la lactancia, la infancia, la niñez y la adolescencia, así como para deportistas.»

La ganadería es un desastre ecológico. Se necesitan mucho más kilos de plantas y muchos más litros de agua para producir productos animales que para producir productos vegetales. La ganadería es la mayor causa de calentamiento global y es responsable de contaminación, deforestación y erosión del suelo.

Y los animales que consumimos de comida —incluyendo aquellos supuestamente tratados de forma "humanitaria" para ser convertidos en productos de supermercado— son víctimas de sufrimiento y muerte. De hecho, los animales que consumimos para comida sufren tanto —si no más— que aquel gato al que Robinson pateó tan cruelmente.

La única excusa que podemos alegar para ese sufrimiento es el placer de nuestro paladar. Disfrutamos comiendo animales; es una costumbre adquirida. Pero no hay necesidad que justifique causar ese sufrimiento y muerte.

Por tanto, ¿somos diferentes de Andre Robinson?

No lo somos.

No hay distinción moralmente coherente entre el pequeño gato y el pollo o el cerdo o la vaca o el pez que la mayoría comerá hoy.

El FBI ha anunciado que perseguirá el "abuso animal" como un crimen singular; el departamento de policía de Nueva York ha decidido actuar ante las denuncias de "abuso hacia los animales", y el fiscal del distrito está usando el caso como aviso para "los tipos que piensan que pueden abusar de cualquier animal".

Todo esto es muy estimable pero es absurdo. Somos una sociedad que abusa de billones de animales sin ninguna razón que lo justifique. Nos excusamos a nosotros mismos pretendiendo que gente como Robinson son "abusadores" y que el resto de nosotros somos "humanitarios" y nos preocupamos por los animales.

Hacemos esto de forma insistente. ¿Recuerdan al jugador de fútbol Michael Vick? La gente le odia por organizar peleas de perros. A Vick le gustaba reunirse con otros para disfrutar viendo a unos perros luchar entre sí. Al resto de nosotros nos gusta reunirnos alrededor de una barbacoa para asar los cuerpos de animales que sufrieron igual que los perros de Vick. ¿Se acuerdan de Kisha Curtis que se ganó una repulsa internacional por desnutrir y abandonar a su perro, Patrick, en un basurero? Patrick es todavía el símbolo de quienes exigen que el "abuso animal" sea perseguido de forma más contundente.

Todos estos sucesos tuvieran como respuesta una reacción abrumadora y gran parte de ella incluía expresiones racistas, al igual que sucede cuando se habla sobre el consumo de perros y gatos en China o Corea, o la matanza de delfines en Japón, que provocan comentarios sobre lo bárbara que es "esa gente" —dichos por personas que no tienen problema en explotar a cerdos, vacas, pollos y peces.

Y cada día, en los centros de control de animales, son matados animales con la excusa de "controlar la sobrepoblación".

El caso de Robinson nos presenta la oportunidad de revisar nuestras ideas fundamentales sobre la ética en la relación con los otros animales. De otra manera, esto no sería más que una fetichismo de perros y gatos, o una demonización de aquellos que arbitrariamente catalogamos como "bárbaros".


2 de octubre de 2014

Debate en el ´New York Times´




El New York Times expuso un panel de debate titulado "Promoviendo Derechos Legales para los Animales" en el que se incluyó la controversia sobre Andre Robinson. El Enfoque Abolicionista estuvo presente en el debate. Aquí pueden leer el artículo entero:
La reacción ante lo que hizo el pateador de gatos es comprensible y estimable. No hay nada más terrible que agredir a un animal indefenso. ¿Pero en que se diferencia esto de la matanza de animales para comida?
No hay una distinción moral coherente entre el gato que fue pateado y el cerdo, la vaca o la gallina o el pez que la mayoría de la gente comerá hoy.
Matamos y comemos más de 58 mil millones de animales cada año en todo el mundo, sin contar a los peces. De hecho, los animales que utilizamos para comida sufren tanto —si no más— que el gato que fue cruelmente pateado. Comemos animales porque saben bien. No necesitamos comer productos animales para estar sanos; incluso las organizaciones profesionales de nutrición y los organismos gubernamentales así lo reconocen.
Por tanto, ¿somos diferentes de Andre Robinson? No lo somos. No hay distinción moral coherente entre el gato que fue pateado y el pollo, el cerdo, la vaca o el pez que la mayoría de la gente se comerá hoy. Robinson será acusado de violar una ley que prohíbe dañar "injustificadamente" a los animales. Se le acusa de hacer algo que no es justificable. El problema es que lo que hacemos los demás no es más justificable.
Somos una sociedad que abusa de billones de animales sin una buena razón. Nos excusamos a nosotros mismos alegando que gente como Robinson son "abusadores" y el resto de nosotros somos "humanitarios" y nos preocupamos por los animales. Nos repetimos esto insistentemente.
¿Recuerdan al jugador de fúbol Michael Vick? La gente le odia por haber organizado peleas de perros. ¿Y a Kisha Curtis que se ganó un rechazo internacional por haber desnutrido y abandonado a su perro, Patrick, en un basurero? Patrick es todavía ensalzado como un símbolo por quienes defienden que debemos perseguir el "abuso animal" de forma más contundente. Todos estos casos han provocado una respuesta social masiva, al igual que la práctica de comer gatos y perros en China o Corea, o la matanza de delfines en Japón, que fomentan comentarios sobre lo bárbaro que es "esa gente" —dichos por gente que no tiene problema en explotar cerdos, vacas, pollos y peces.
El caso de Robinson no presenta una oportunidad para examinar nuestras ideas fundamentales sobre la ética en nuestra relación con los demás animales. De lo contrario, todo esto se reduce a fetichizar a perros y gatos, o a demonizar a aquellos que arbitrariamente señalamos como "bárbaros".

29 de julio de 2014

Esquizofrenia moral: Alastair Graham, el “Michael Vick” de Escocia




Alastair Graham fue sentenciado a 9 meses por matar a su perro, Bruno, quien aparentemente lo había mordido. Graham ató al perro a un árbol antes de rociarlo con gasolina y quemarlo hasta la muerte. A Graham también se le prohibió tener animales de por vida. Fue sentenciado a 36 meses adicionales por su participación, aparte, en un intento de robo. 

De acuerdo a la BBC:
«Graham fue declarado culpable de la acusación de provocar al perro, llamado Bruno, un sufrimiento innecesario, causándole su muerte en el fuego, el 24 o el 25 de abril.» 
Muchas personas están indignadas por lo que hizo Graham y consideran como inaceptable que el plazo máximo de cárcel por el asesinato de Bruno sea de un año. 

Lo que Graham hizo fue terrible. Infligió sufrimiento y muerte a un animal y no tenía ninguna justificación para lo que hizo. Causó sufrimiento y muerte innecesarios. 

Pero, ¿cómo es él diferente de la mayoría del resto de nosotros? 

Sugiero que, antes de condenar a Graham como un monstruo moral, consideramos que matamos a unos 60 mil millones de animales terrestres sintientes cada año —y según cálculos aproximados, un billón de peces— para alimentación. Nadie que tenga algunos conocimientos sostiene ya más que el consumo de carne, pescado, productos lácteos, huevos, etc. es esencial para la salud humana. De hecho, muchos profesionales de la salud están reconociendo que los principales alimentos de origen animal son perjudiciales para la salud humana. Y la cría de animales para comida es un desastre ecológico. 

La conclusión es que la mejor ─de hecho la única─ excusa que tenemos para infligir todo ese sufrimiento y muerte es el placer: nos gusta el sabor de los alimentos de origen animal. Los animales que comemos y de quienes obtenemos la leche y los huevos, bajo las mejores circunstancias, han tenido una vida llena de sufrimiento y aflicción y han sido matados de forma violenta y dolorosa. Puede haber una diferencia psicológica entre aquéllos que infligen sufrimiento y muerte directamente y los que pagan a otros para hacerlo. Pero no hay ninguna diferencia moral. 

Como Graham, todos somos responsables por el sufrimiento y muerte innecesarios de otros seres sintientes.

Si creen que lo que hizo Graham fue moralmente incorrecto —y sin duda lo fue— deberían considerar hacerse veganos, y de ese modo detener la participación directa en la explotación de los animales no humanos. De hecho, si creen que los animales importan moralmente y no son meramente cosas, ser vegano es lo único racional para hacer. 

El caso Graham es otro ejemplo del tipo de esquizofrenia moral que vemos todo el tiempo: todos estamos de acuerdo en que está mal infligir sufrimiento y muerte innecesarios a los animales, pero la gran mayoría de nosotros lo hacemos todos los días. 

Y nunca pasamos un segundo de tiempo en la cárcel. 



22 de julio de 2014

El movimiento de confusión animal




Todas las grandes organizaciones animalistas están colaborando con la industria de explotación animal para promover la explotación "humanitaria".



Todas las grandes organizaciones animalistas y sus seguidores rechazan la idea de abolición tal y como la presento aquí:

* rechazo del estatus de los animales como propiedad y reconocimiento de la personalidad de los no-humanos basada solamente en la sintiencia

* asumir el veganismo como imperativo moral;

* rechazo de las campañas bienestaristas, las cuales simplemente incrementan la eficiencia de la explotación animal, así como de las campañas monotemáticas, las cuales normalizan la explotación animal reforzando la idea de que el problema es el "abuso" dentro de la explotación y no el hecho de que comamos, vistamos y utilicemos a los demás animales; 

* reconocer que que los Derechos Humanos y los Derechos Animales están intrínsecamente conectados y que el sexismo, el racismo y la violencia en general no tiene cabida en el movimiento animalista;

Todas las grandes organizaciones animalistas y sus seguidos afirman ser "abolicionistas" que apoyan las regulaciones bienestaristas, la explotación feliz, las campañas monotemáticas y rechazan la conexión entre los Derechos Animales y los Derechos Humanos.

El grado de confusión es muy profundo.

A todos aquellos que dicen que nadie tiene el monopolio del "abolicionismo" y que ellos pueden autodenominarse "abolicionistas" aunque apoyen campañas de reforma bienestarista, la explotación feliz y las campañas monotemáticas, les respondo que eso es como decir que nadie tiene el monopolio del término "manzana". Puedes elegir llamar manzana a un plátano si quieres. Pero eso no quiere decir que un plátano sea una manzanza. 

*************

Si los animales importan moralmente, si los animales no son meras cosas que existen para ser usadas como recursos para beneficio humano, entonces el veganismo es la única respuesta racional.

Si no eres vegano, por favor, hazte vegano. Ser vegano es fácil, bueno para tu salud y para la del planeta, y lo más importante, es lo que moralmente les debemos a los animales no humanos.



17 de julio de 2014

El perfil de una moderna "activista por los animales": Jenna Woginrich




Jenna Woginrich, supuestamente una vegetariana/vegana (ella usa ambos términos), se vendió agresivamente a la “carne feliz” desde hace cinco años. Afirma:
«Mi problema después de todo, no era con la carne. Era con la manera en que la vaca llegó a mi plato, en primer lugar. Una forma de asegurarme de que los animales que comía habían vivido una vida respetable y feliz era criándolos yo misma. Me gustaría aprender a descuartizar un pollo de campo, producir un cerdo sin antibióticos y criar corderos en las pasturas verdes de las laderas. Me gustaría volver a comer carne, y lo haría debido a mi amor por los animales.»
Ella aconseja a quienes les preocupan los animales:
«Si realmente les preocupa el tratamiento humanitario del ganado, sugiero enérgicamente que se los coman.»

Jenna Woginrich con alguien a quien va a matar por amor, respeto y gratitud.


Woginrich tiene un nuevo ensayo: "An Open Letter to Angry Vegetarians" ["Carta abierta a los vegetarianos enojados"].

Éste comienza:
«Esta carta es para la gente enojada que piensa que no comer carne la hace moralmente superior a aquéllos de nosotros que lo hacemos.»
Oh, oh: podemos ver hacia dónde se dirige.

Va a decirnos que era una vegetariana / vegana [ella usa ambos términos] hace casi 10 años, es simpatizante de PeTA, y "activista por los animales," pero que ha decidido que todos los alimentos están involucrados con matar, porque los animales son matados en la agricultura vegetal y en la cosecha, y la producción de cultivos implica otros daños, incluyendo la guerra, por lo que ella produce y promueve la carne "feliz":
«Desde la más simple ensalada cultivada en el propio jardín orgánico al falso tocino en su carrito de compras –ambas cosas toman vidas–. Simplemente opté por tomar la vida de una manera que cause la mínima cantidad de sufrimiento y la menor cantidad de desperdicio de los recursos globales. Y sí, esto significa que hay sangre en mis manos ahora.
La verdad es que no hay comida que podamos comer sin matar. Ninguna. Un viaje a su almacén local por tofu y espinacas puede que no incluya ningún producto de origen animal, pero cosechar este tipo de alimentos cuesta una interminable cantidad de vidas animales. Los campos de cultivo de la soja para los clientes comerciales significan la eliminación del hábitat de miles de animales silvestres, causándoles la muerte a través de la deforestación y la pérdida de su hogar.
Comer carne que ustedes mismos criaron significa comer alimentos infundidos con integridad [sic], sudor, lealtad, determinación, amor, amistad, recuerdos, pérdida, perseverancia [sic] y respeto.
Y ninguna de estas cosas son ingredientes que no encontrará en un paquete de tofu, no importa lo cerca que usted mire.»
Y la señora Woginrich se queja de que quienes no están de acuerdo con ella están violando sus derechos humanos:
«Coma de cualquier forma que invoque el respeto y la gratitud de su alma. Agradezca que vivimos en esta época de artificio y prontitud respecto al lujo y la abundancia. Pero no venga a pelear aquí, acusando a los que estamos criando buena carne de asesinato. Esas son palabras de pelea, palabras poco amables, y para alguien tan intensamente apasionada respecto del trato hacia los animales, bien parece que no tienen problema en tratar a los seres humanos como una mierda. Soy un animal, también. Agradecería algún tratamiento ético.»
Entonces, ¿qué hay que decir acerca de la posición de Woginrich? Yo podría decir mucho. Pero creo que cuatro comentarios serán suficientes.

Primero, y como cuestión previa, la señora Woginrich no debería confundir desacuerdo con "ira." Es muy común en estos días, para los que son criticados por promover la explotación animal, quejarse de ser "atacados" o "intimidados" o lamentar su condición de víctimas de "la ira."

Ciertamente estoy de acuerdo en que la gente no debería abordar a Jenna Woginrich de maneras incivilizadas. Pero el desacuerdo con, y la crítica razonada hacia Woginrich, que esté beneficiándose de la explotación y muerte de animales y que está promoviendo activamente la explotación animal, no equivale a falta de civilidad o a ira. 

Segundo; Jenna Woginrich no tiene ningún conocimiento respecto del razonamiento ético básico. Ella parece pensar que la ética es una cuestión de preferencia personal y que nada es intrínsecamente inmoral. Las personas pueden ser puestas en la cárcel por matar a otros seres humanos, pero eso es solo una cuestión de convención legal. No hay nada inherentemente inmoral con el asesinato intencional de un ser humano.

Sospecho que esto es una buena parte de la razón por la cual Woginrich se ve a sí misma como víctima. Si ella ve las cuestiones morales fundamentales nada más que como una preferencia subjetiva, entonces para ella sería natural pensar que el desacuerdo, incluyendo un desacuerdo de fondo, con principios y razonado, es una expresión de "ira."

Observo que su blog dice que podemos esperar para ver sus escritos acerca de la Guerra Civil.

Dado su subjetivismo moral, voy a ser curioso para ver si también defiende la esclavitud humana. Después de todo, en opinión de Woginrich, la moralidad de la esclavitud humana es solo una cuestión de preferencia. No hay ninguna verdad moral allí.

Y si Woginrich sostiene que existe una verdad moral en lo que a humanos se refiere pero no en lo que se refiere a los no-humanos, entonces ella no es más que otra especista que evita la cuestión desde el principio y se involucra en un razonamiento circular.

Entonces, sin decir más, si no aceptan el subjetivismo moral (y nadie lo hace, excepto cuando se fuerzan tratando constantemente de convencerse de que la explotación de los animales es moralmente aceptable), y rechazan el especismo, por lo tanto, se derrumba de posición de Woginrich.

Debo añadir que Woginrich parece pensar que el asesinato, como término legal, consiste en matar con "intención malévola", y que la matanza deliberada hecha con "gratitud", "respeto" y "amor" no es el estado mental de culpable por asesinato. Esto es erróneo. Asesinato implica matar a un ser humano de una manera premeditada o deliberada. La muerte misericordiosa de un ser querido que sufre de una dolorosa enfermedad, hecha por amor y compasión es homicidio premeditado y constituye un asesinato. Y la Sra. Woginrich claramente está matando a los animales con premeditación, incluso si, como ella más bien incrédulamente dice, su corazón está rebosante de "gratitud", "amor", y "respeto" por los no-humanos que explota y mata. Esto no es decir, por supuesto, que la Sra. Woginrich es culpable de asesinato, porque el asesinato es un delito tipificado solo en relación a seres humanos. Pero su afirmación de que su estado de ánimo al matar animales no es el estado mental que permitiría una condena por asesinato si un ser humano estuviera implicado es, como casi todo lo demás que dice, erróneo.

Tercero, el argumento de Woginrich, en pocas palabras, es: no podemos vivir según la perfección, así que está bien matar a los no-humanos. Pero esto es una tontería.

Estoy de acuerdo en que la vida implica dañar indirectamente a no-humanos y a humanos.

Cuando construimos una carretera, sabemos que algunos seres humanos morirán en ella. ¿Eso significa que no hay diferencia entre la construcción de una carretera y matar intencionalmente a los humanos? Por supuesto que no.

Concuerdo con que todo lo que consumimos implica daño indirectamente a no-humanos y a humanos, y que todos necesitamos consumir muchísimo menos. Pero, el hecho de que de la elaboración de un producto pueda haber resultado la muerte por negligencia de un humano o de un no-humano, ¿significa que no hay ninguna diferencia entre la muerte por negligencia y una muerte intencional de un humano o de un no-humano? Por supuesto que no.

Estoy de acuerdo en que la agricultura implica dañar sin intención a los animales y a los seres humanos que son asesinados o heridos en el proceso agrícola. Pero si todos fuéramos veganos, habría muchas menos hectáreas cultivadas. El profesor David Pimentel, de la Universidad de Cornell, ha escrito que el ganado en los Estados Unidos consume 7 veces más grano que lo que es consumido por toda la población humana de EE.UU., y los granos que alimentan al ganado podrían alimentar a 840 millones de seres humanos que tuvieran una dieta basada en vegetales.

¿Deberíamos hacer todo lo posible para evitar cualquier muerte no intencional de no humanos —y humanos— que se produce durante la agricultura? Por supuesto. Pero, ¿el hecho de que las muertes no intencionales van a producirse, por más cuidadosos que seamos, quiere decir que las muertes intencionales de no-humanos y de humanos son moralmente justificables? Por supuesto que no.

Y si todos nos tomamos el veganismo en serio, como una cuestión moral fundamental, ¿desarrollaríamos mejores formas de evitar ese daño no intencional? Por supuesto que lo haríamos.

Woginrich proclama con orgullo que los animales que ella cría y mata son alimentados con "alimento local, no modificado genéticamente, cultivado por nuestros vecinos." ¿Y sus vecinos cosechan ese alimento sin matar involuntariamente animales? No, por supuesto que no. Así que ella está participando en las muertes no intencionales y en las intencionales. 

Está claro que su posición ─que como las muerte no intencionales no se pueden evitar, entonces, las intencionales son moralmente aceptable─ es frívola también respecto de esta base.

En un pasaje que realmente me hizo reír en voz alta, Woginrich, que sorprendentemente parece pensar que su explotación feliz de los no-humanos es una cuestión de política progresista, afirma que, debido a que los fertilizantes de las plantas se hacen a partir del petróleo, y debido a que el petróleo se utiliza para transportar plantas, la elección está entre apoyar a los agricultores locales o apoyar a las guerras que son, en realidad, hechas por el petróleo. Este es el análisis político que hace que George W. Bush parezca Jean-Jacques Rousseau.

Cuarto, y lo más problemático desde mi perspectiva, Woginrich es la quintaesencia del moderno activista por los animales. Representa el movimiento de la explotación feliz que es el moderno “movimiento animalista.” Ella es el resultado de una ideología que expresa “aprecio y apoyo” por la “pionera” explotación feliz de Whole Foods.



Así que, de acuerdo con Peter Singer, PeTA, Farm Sanctuary, Mercy for Animals, Compassion Over Killing, Vegan Outreach, y las otras organizaciones bienestaristas de beneficencia que comprometen al “movimiento animalista”, Woginrich lo está haciendo muy bien. Me sorprende que no haya recibido una carta de Singer. Tal vez la tiene. Después de todo, no hay ninguna diferencia entre Woginrich y el Director General de Whole Foods, John Mackey. Me sorprende que el CEO de HSUS / Presidente Wayne Pacelle, que se sienta en el Consejo de Directores de la Global Animal Partnership, no haya visitado su granja para tener la oportunidad de sacarse una foto pre-matanza con sus animales.

Verdaderamente, lo que Jenna Woginrich está promoviendo suena similar a lo que Singer describe:
«Para evitar infligir sufrimiento a los animales ─y sin mencionar los costos ambientales de la producción animal intensiva─, necesitamos reducir drásticamente la cantidad de productos animales que consumimos. ¿Pero esto significa un mundo vegano? Es una solución, pero no es necesariamente la única. Si es el hecho de infligir sufrimiento lo que nos preocupa, y no el hecho de matar, entonces yo también puedo imaginar un mundo donde la mayoría de las personas coman alimentos basados mayormente de plantas, pero que de vez en cuando se den el lujo de comer huevos procedentes de aves criadas a campo libre, o posiblemente incluso carne de animales que viven una buena vida, en condiciones naturales para su especie, y que después son matados humanitariamente en la granja.»
[Entrevista a Peter Singer, en “The Vegan,” 2006]

Así que ¿dónde está su carta de Singer? ¿Dónde su premio de PeTA, que le dio un premio a Whole Foods?

Curiosamente, las grandes organizaciones animalistas de beneficencia adoptan también el subjetivismo moral que informa a la posición de Woginrich. No hay ninguna verdad moral; es solo una cuestión de preferencia. Pero no pueden tener un movimiento por la justicia social que vea la justicia simplemente como una cuestión de preferencia.

Así que, por desgracia, en todos los aspectos, Jenna Woginrich es la "activista los animales" que Peter Singer y el resto del "movimiento" quieren que sea.

Jenna Woginrich incluso tiene en su página un botón para "donar". Eso tiene mucho sentido. Todo el movimiento de la explotación feliz es acerca de comprar indulgencia para la participación en un comportamiento moralmente injustificable. Así que no culpo a Woginrich por sacar provecho también.

Y el hecho de que Jenna Woginrich encaje tan cómodamente como "activista por los animales" es precisamente el problema. Ella es una perfecta demostración de la confusión del movimiento animalista que abarca la explotación feliz.

*****

Si no son veganos, por favor háganse veganos. El veganismo es acerca de la no-violencia. Primero y principal, es acerca de la no violencia hacia otros seres sintientes. Pero es también respecto de la noviolencia hacia la tierra y hacia ustedes mismos.

Y nunca, nunca se crean la absurda idea de que tenemos que promover "la explotación feliz" para que las personas se hagan veganas. Además de que todo el esfuerzo de la "explotación feliz" es profundamente especista, el esfuerzo de la "explotación feliz" tiene un objetivo: hacer que el público se sienta más cómodo respecto de la explotación animal.

2 de julio de 2014

Oh, No: Otra Mujer Que Hace Lo Mismo Que Todos Los Demás



Primero fue Melissa Bachman quien se convirtió en objeto de odio por haber matado leones en Sudáfrica.

Y ahora es el turno de Kendall Jones:


Y todo el mundo está enojado con Jones, al igual que lo estaban con Bachman, y le lanzan toda clase de insultos y de apelativos misóginos, en ocasiones explícitamente violentos.

Ésta es la cuestión: ¿Qué diferencia hay entre estas mujeres y cualquier otro que no sea vegano?

La respuesta: No hay diferencia.

Así que esta clase de eventos deberían ayudar a cualquiera que preste atención a reconocer que el especismo y el sexismo están profundamente entrelazados.

27 de junio de 2014

La economía del bienestar animal: algunos breves comentarios




Algunos bienestaristas dicen que la reforma bienestarista ayudará a los animales porque la reforma causa un aumento del precio y eso disminuye la demanda.

Esta posición demuestra que los bienestaristas no entienden la economía de la cría de animales para comida o de la reforma bienestarista.

Dado que la mayoría de las campañas de reforma bienestarista se dirigen a las ineficiencias en el proceso de producción, muchas reformas bienestaristas incrementan la eficacia de la producción, de manera que los costos de producción pueden, de hecho, disminuir.

Si hay un alza final en el precio por alguna razón, esa subida generalmente no afecta a la demanda, porque la demanda de productos animales con frecuencia no es elástica -la demanda no es muy sensible al precio en determinado rango- y el alza del precio generalmente no sale fuera de ese rango.

Más aún, si el precio de un producto animal se incrementa, eso no significa que los consumidores se harán veganos. Lejos de esto. Generalmente, si alguien no puede costear el costo de la carne bovina, entonces compra cordero o cerdo o pollo. Si alguien no puede costear el precio del pollo, entonces compra pastel de pollo o alguna forma más barata de carne procesada.

Y, finalmente, lo mejor que los bienestaristas pueden hacer es ayudar a la industria a crear nichos en los mercados, como Whole Foods “5-Step Animal Welfare Rating” Happy meat, donde la gente adinerada puede pagar un precio más alto y conseguir un sello de aprobación de los grupos animales que alaban y expresan su "reconocimiento y apoyo" a Whole Foods:





Los bienestaristas están proclamando "!victoria!" porque, en los años recientes, el consume de carne en EE.UU. ha descendido. Ellos afirman que se debe a las campañas de bienestar animal. No hay nada que apoye esa presunción y la explicación más probable es que los precios de la carne se han mantenido estables, o incluso aumentado, y la crisis económica está afectando a la capacidad de los consumidores para comprar los cortes de carne medidos en esas encuestas. En segundo lugar, existe una creciente preocupación por los efectos perjudiciales en la salud de los productos de origen animal. 

25 de junio de 2014

“Patear animales está MAL.” Así que los están matando




La organización bienestarista Mercy for Animals (MFA) tiene un nuevo “video “encubierto.” 

¿Adivinen qué? Han descubierto que los animales son pateados y maltratados de otras maneras en los mercados de abasto.

Imaginen qué.

MFA está indignada:



Claro que patear animales está mal. Pero, MFA, aquí tengo una nueva noticia para ustedes: usar animales para comida —tanto si son pateados como si no— es erróneo.

MFA insta: "PRONUNCIATE CONTRA EL ABUSO ANIMAL: Firmad la petición pidiendo a la Livestock Marketing Association que proteja a los animales" 

¿La Livestock Marketing Association [Asociación para la publicidad de la ganadería] va a “proteger a los animales”? ¿De veras?

Una vez más, MFA perpetúa la idea de que una industria que existe con la finalidad de matar animales para satisfacer el placer de nuestro paladar puede “protegerlos.”

Una vez más, MFA promueve la fantasía de que hay un modo abusivo y un modo no abusivo de explotar animales.

Una vez más, MFA le asegura al público que la explotación animal puede ser efectivamente regulada.

Una vez más, MFA lleva a gente como Temple Grandin, la reina de la "explotación feliz", para apoyar su campaña:



Una vez más, MFA pretende que las personas que “abusan” de los animales son moralmente diferentes de aquellas que demandan y consumen carne y otros productos animales. La industria de explotación animal y, en particular, los trabajadores de esta industria son el problema; la “gente mala”; no aquellos de nosotros que felizmente demandamos y consumimos los productos de tal industria y quienes podemos incluso donar dinero a los grupos como MFA, de manera que podamos continuar consumiendo animales con “compasión” y “misericordia.”

Esto es todo parte del mismo pensamiento que conduce a las organizaciones de caridad bienestarista como MFA a hacer declaraciones públicas expresando “aprecio y apoyo” por los programas “pioneros” de explotación animal "feliz":


Aunque no cuestiono la sinceridad de la gente de MFA, sinceramente creo que todo esto está muy equivocado.

“Pero me llevó 10 años hacerme vegano.” ¿Y qué?




Nunca dejo de sorprenderme con aquellas personas que dicen que no deberíamos promover el veganismo como imperativo moral porque a ellos les llevó mucho tiempo hacerse veganas.

¿Qué relevancia tiene cuánto tiempo le lleva a alguien entender que hacerse vegano era lo correcto para hacer? Respuesta: no tiene ninguna relevancia en absoluto.

Francamente, no estoy del todo sorprendido de que a gran cantidad de personas les lleve mucho tiempo volverse veganas, dado que ninguna de las grandes organizaciones animalistas presentan al veganismo como la base moral y que todas promueven la reforma bienestarista y la explotación animales "feliz" en mayor o menor grado.

Usualmente me encuentro con personas que han sido vegetarianas desde hace 20 años y solo se hicieron veganas después de encontrarse con el enfoque abolicionista. Aunque estas personas eran casi siempre voluntarias de uno o más organizaciones animalistas, nadie les pidió siquiera que se hicieran veganas, y mucho menos les dejaron en claro que para ellos el veganismo era un imperativo —una base moral inequívoca. De hecho, la mayoría de las organizaciones animalistas continúan promoviendo el vegetarianismo como una alternativa al veganismo. Esto no es coherente con la presentación y promoción del veganismo como un imperativo moral.

Pero el asunto es que la validez de los principios morales no depende de cuánto tiempo le lleve a una persona en particular reconocer su validez. Ninguno de nosotros dudaría de esto si se tratara de humanos. Por ejemplo, si a alguien le lleva diez años reconocer que el racismo está mal y dejar de usar epítetos racistas, ¿esto significa que deberíamos no ser claros con que el racismo es erróneo? Por supuesto que no. ¿Alguien sugeriría que tenemos un “Viernes-libre-de-bromas-racistas? para ofrecer el enfoque de un “pequeño paso” para aquellos que están en el “viaje” de alejarse del racismo? Por supuesto que no.

De igual modo, el hecho de que a algunas personas les pueda tomar varios años ver que el estatus moral de los animales requería que se hicieran veganas, no significa que debemos promover los “Lunes sin carne”, los huevos de gallinas criadas sin jaulas, la carne de cerdos criados sin cajones, y todas las otras maneras sin ningún sentido de acomodar a aquellos que aún están en el “viaje” de alejarse del especismo.

Debemos siempre ser claros en el sentido de que no podemos justificar el uso de los animales y que el veganismo es el imperativo moral; una base moral. Si alguien quiere hacer algo menos que hacerse vegano, debe ser la elección de esa persona y nunca ser así porque nosotros le hemos puesto un sello de aprobación a cualquier forma de explotación animal.

Y ser claros acerca de las obligaciones morales no significa juzgar a la gente. Tengo muchos conocidos que no son veganos. No los juzgo, pero siempre les dejo muy claro que no podemos justificar moralmente el uso de los animales y que el veganismo es una obligación moral básica para todos nosotros.


14 de junio de 2014

19 de abril de 2014

Debatiendo en el MoMA sobre el uso de animales para comida




El día 17 de abril tuve el placer de participar en un debate en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en el cual se discutió sobre el siguiente tema: "El diseño puede permitirnos incluir de forma humanitaria productos animales en nuestra dieta".

Nicola Twilley se posicionaba a favor; yo en contra.




Pueden ver el debate entero aquí.


Tal como traté de introducir en mi presentación y en el periodo de preguntas que vino después; yo considero que hay tres manera de interpretar esa cuestión: una puramente empírica; una parcialmente empírica y parcialmente moral; y otra completamente moral.

Primero; ¿puede un diseño conseguir menos sufrimiento? Por supuesto que sí. Desde un punto puramente factual, podemos diseñar sistemas de explotación animal que resulten en menor sufrimiento. Eso está claro. Pero no es una forma interesante de plantear la cuestión. No creo que Nicola y yo tengamos un desacuerdo al respecto.

Segundo; podemos preguntarnos sobre qué tipo de diseño puede reducir el sufrimiento hasta el punto que nos sintamos a gusto al decir que tenemos un nivel de explotación "humanitario". Así es como entiendo yo que Nicola interpreta la cuestión.

Éste es un punto que implica elementos empíricos y morales. 


Tal y como señalé durante el debate, debido a que los animales nohumanos son considerados propiedad humana, existen unas limitaciones estructurales acerca del grado en que la industria puede reducir el sufrimiento. Para la mayor parte, nuestro trato "humanitario" está limitado a la eficiencia económica: protegemos los intereses de estos animales sólo mientras consigamos un beneficio económico de ello. Por tanto, los esfuerzos por conseguir un trato más "humanitario" son usualmente coextensivos a los esfuerzos por reducir la ineficiencia e incrementar el beneficio. Esto es exactamente a lo que se dedica la diseñadora y asesora de mataderos Temple Grandin. Ella se centra en las ineficiencias de la industria y propone formas de reducir esa ineficiencia mediante un trato más "humanitario".

En tanto que los animales humanos sean propiedad, la capacidad del diseño para afrontar esta cuestión estará estructuralmente constreñida. Los nohumanos más "humanitariamente" tratados siguen estando sometidos a lo que consideraríamos tortura si las víctimas fueran humanas.

La principal razón por la que pensamos que el diseño puede hacer que la explotación sea "humanitaria" de una forma moralmente aceptable se debe a que hay animalistas, como es el caso de Ingrid Newkirk de PeTA, que ponen su sello de aprobación sobre las iniciativas de gente como Temple Grandin y las "soluciones" que ella promueve. PeTA dio un premio a Grandin, declarándola una "visionaria" y la "mayor experta mundian en bienestar del ganado".




Esta postura no sólo asume que el "bienestar" es consistente con la explotación sino que pretende hacernos creer que los asesores de la industria de explotación animal que buscan incrementar el beneficio de esta industria pueden alegar algo sensato acerca del bienestar de los animales como cuestión moral. Esto promueve y refuerza la idea de que podemos explotar a los demás animales de forma "humanitaria" dentro de este contexto empírico y moral. A mi juicio, todo esto es erróneo a varios niveles tanto desde un punto de vista empírico y moral.

Aunque los elogios de Newkirk hacia Grandin son tremendamente desconcertantes, tienen mucho sentido. Nos encontramos aquí con una relación simbiótica. La industria de explotación animal necesita a los bienestaristas como Newkirk para proporcionar un aspecto moral positivo a sus esfuerzos por la eficiencia. Esta industria necesita que sus esfuerzos por mejorar la eficiencia, que resultan en pequeños cambios sobre la explotación animal institucionalizada, sea declarada "humanitaria" por aquellos identificados como "defensores de los animales". Y PeTA necesita a esta industria para poder proclamar "victorias" y conseguir financiamiento. Precisamente por esta razón, las campañas de las organizaciones bienestaristas se centran en las formas de explotación más vulnerables económicamente. Estas actividades son "presa fácil" que permiten conseguir con más facilidad una "victoria" que sirva para conseguir dinero.

En mis escritos relacionados con el tema de este debate, incluyendo mi trabajo académico y también mis ensayos en el blog, considero que las acciones de grupos como PeTA son problemáticas. Creo que es tremendamente erróneo, bajo ninguna circunstancia, afirmar que una forma "mejor" de explotación debe ser apoyada cuando esto implica igualmente una violación de derechos fundamentales. Decir que un propietario de esclavos que golpea a sus esclavos cinco veces por semana es "mejor" que uno que les golpea seis veces a la semana no significa que este último esté practicando una esclavitud "humanitaria", o que una esclavitud "humanitaria" sea moralmente aceptable, que el "mejor" esclavista debe ser elogiado como un "visionario".

Tercero; la cuestión puede ser planteada en el sentido de valorar si el diseño puede hacer que sea ético el consumo de animales. Esto traduce la cuestión en términos puramente morales.

Según expliqué durante el debate, considero que esta cuestión ya está respondida por el sentido común, que mantiene que no debemos imponer "innecesariamente" sufrimiento y muerte a los demás animales. Sea lo que sea lo que podamos catalogar dentro del concepto de "necesidad", debe excluir el sufrimiento y la muerte impuestas por motivos de placer y conveniencia, o de otro modo la norma moral acerca del sufrimiento/muerte innecesaria carece de sentido.

¿Pero qué excusa tenemos para justificar que impongamos sufrimiento y muerte a 58 mil millones de animales terrestres y a un billón de animales marinos cada año?

No necesitamos comer animales, ni nada que proceda de ellos, para tener una buena salud; y cada vez más profesionales de la salud confirman este punto. Por tanto, comer animales no es necesario en ningún sentido.

Y la industria de explotación animal es sin duda una pesadilla desde el punto de vista ecológico.

Por tanto, ¿qué argumento podemos dar en favor del hecho de que inflijamos sufrimiento y muerte  —incluyendo la "humanitaria"— a seres seres sintientes?

La respuesta es que saben bien; nos proporciona placer el hecho de consumir animales.

Pero nadie aceptaría semejante argumento en ningún otro contexto. Pensemos por ejemplo en el caso de Michael Vick, el jugador de fútbol que organizaba peleas de perros. Todo el mundo considera que lo que hizo Michael Vick está mal.

¿Por qué?

Porque estaba provocando sufrimiento sólo para obtener placer.

¿Y cuál es la diferencia entre asistir a peleas de peleas o asistir a barbacoas que incluyen cadáveres de animales, o beber leche o comer queso, cuando todo eso —incluso en las circunstancias más "humanitarias"— ha implicado hacer sufrir a los animales?

No hay diferencia. Y como cualquier estudiante de primero de Derecho podría explicarte, no importa si Mary asesina a Joe o paga dinero a Alan para que asesine a Joe. Es asesinato en ambos casos. Puede que haya una diferencia psicológica entre quienes se involucran directamente en conductas violentas y quienes pagan a otros para que lo hagan pero no hay diferencia moral,por eso la ley los considera de la misma manera.

Por todo esto, sugiero que la respuesta a la cuestión moral planteada en este debate es simplemente: no

Si los animales importan moralmente, entonces tenemos la obligación de no imponerles ningun grado de sufrimiento, o causarles la muerte, mientras no se produjera un verdadero conflicto de intereses. Pero esto no existe en el caso del consumo de animales.

En resumen: si nos tomamos la moralidad en serio, y entendemos que los animales tienen un valor moral, entonces debemos hacernos veganos. Ésta es la única opción coherente con lo que ya asumimos respecto del estatus moral de los animales nohumanos. Cualquier otra postura implica aceptar que decimos que los animales nos importan pero que podemos ignorar sus intereses por motivos triviales. Esto no tiene ningún sentido.

Gracias a Paola Antonell, Michele Fisher, y toda la gente maravillosa del MoMA por celebrar este debate, y a Nicola Twilley por participar en él.

7 de abril de 2014

Acerca de los “caminos”




Si mucha gente dijera, “Yo no rechacé el racismo de la noche a la mañana; me llevó mucho tiempo dejar de ser racista”, ¿diríamos que rechazar el racismo se trata de un “camino personal”? ¿Diríamos que nosotros no deberíamos tomar la posición de que el racismo es inequívoca y absolutamente incorrecto? ¿Diríamos que continuar siendo racistas —pero racistas más “compasivos”— es moralmente aceptable?

Por supuesto que no. Decir que se trata de un “camino” personal es decir que no hay una verdad moral respecto del racismo.

Es exactamente lo mismo cuando se refiere a los animales. Decir que el veganismo se trata de un “viaje” personal es decir que no hay una verdad moral respecto del especismo.

Es negar la idea de que no podemos justificar la explotación animal ─por más que sea supuestamente “humanitaria”.

Es decir que varios tipos de explotación supuestamente “feliz” son moralmente aceptables y deben promoverse.

No tomaríamos tal posición si se tratara de derechos humanos. No debemos hacerlo así cuando se refiere a derechos de los animales.

Mucha gente no se hace vegana de la noche a la mañana. Eso no es ninguna gran sorpresa, particularmente dado que ninguna de las grandes organizaciones de beneficencia animalistas promueven el veganismo como base moral, y muchas explícitamente apoyan varios tipos de explotación “feliz.”

Pero cómo se hace vegana una persona —o la mayoría de la gente— es algo que está completamente fuera de lugar. El punto es qué posición toma un movimiento social por los derechos de los animales. Entonces, como dijo el abolicionista de la esclavitud William Wilberforce (1759-1833): “Pueden optar por mirar a otro lado, pero nunca pueden decir de nuevo que no lo sabían.”

La posición de los Derechos Animales debe ser que no podemos justificar moralmente la explotación y, si estamos de acuerdo en que los animales tienen significancia moral, estamos comprometidos con el veganismo. Hay veganismo y hay un continuar participando en la explotación que no puede ser moralmente justificada. No hay tercera opción.

No se trata de condenar o criticar a alguien; se trata de ser claro acerca de los principios morales y educar, de una manera clara, coherente y no violenta, a quienes se preocupan por los animales pero no son veganos.

Si las personas que se preocupan por los animales eligen hacer menos, ésa debería ser su opción y no lo que promueva un movimiento de justicia social por los no-humanos.



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