2 de febrero de 2013

Una nota acerca de la dicotomía entre el “no puedo hacerlo” y el “elijo no hacerlo”




Muchos veganos dicen a menudo: “No es que yo no pueda comer productos de origen animal, sino que yo elijo no hacerlo.” Ellos saben que suena mal decir que hay algo que no “pueden” hacer.

Aunque comprendo el por qué lo que hacen, lo cierto es que en realidad decir eso no tiene mucho sentido.

Sí, claro que yo podría elegir comer, llevar o utilizar productos de origen animal. Pero como vegano, yo elijo no hacerlo. Pero esto sucede porque considero que hay unos principios y normas morales que limitan mi conducta y me obligan a no hacerlo. Por ejemplo, como partidario del realismo moral, considero que el principio “es moralmente incorrecto matar a otro ser sintiente cuando no existe un verdadero conflicto o amenaza” expresa una verdad. Por tanto, ciertamente yo no puedo elegir consumir productos de origen animal si acepto dichos principios morales —y las normas que se derivan de ellos— como verdaderos y me baso en ellos para derivar razones que justifiquen mis actos.


Creo que la raíz del problema está en que algunos veganos quieren evitar la noción de que hay verdades morales que requieren que actuemos de determinadas maneras. Ellos quieren que el veganismo sea una expresión no-vinculante de “compasión” o cualquier otra cosa. 
Pero tal como yo lo veo, estamos moralmente obligados a ser veganos. No es un tema de elección, en el sentido de que no hay una respuesta correcta y se trata de una cuestión de elección personal, de ser “compasivo”. Sí hay una respuesta correcta. Utilizar a otros animales es moralmente erróneo. Por tanto, yo no “puedo” hacerlo en tanto que elijo adherirme a aquellos principios morales.


Por tanto, cuando digo que elijo no comer, llevar o utilizar a otros animales, eso significa que mi elección está determinada por principios morales que proscriben el uso de animales nohumanos. Yo elijo no hacerlo porque los principios morales me obligan a ello. La elección de explotar no es una opción según la ética. Si me importa la ética, yo no puedo elegir explotar a los demás animales.


Hacer lo correcto debido a que uno elige actuar de acuerdo con un principio moral que requiere hacer lo correcto es coherente con decir “Yo elijo X” y “Yo no puedo elegir no hacer X”. Mi tesis es que ambas expresiones son acertadas. 
Sin embargo, en la medida en que esa distinción refleja un rechazo al realismo moral —cuyo rechazo es masivo dentro del “movimiento”— se trata de algo que me preocupa.


Siempre que me preguntan al respecto, yo siempre digo que elijo no explotar debido a mis principios morales, que me impiden actuar de manera diferente. Siempre promuevo la idea de que se trata de una cuestión de verdad moral. De otro modo, será tachada como una mera opinión o un juicio estético, lo cual, hasta donde yo sé, no es el caso.


En definitiva, me parece que el “no digas que no puedes” es un intento de marcar el veganismo como un tipo opcional de estilo de vida “compasivo”, en lugar de ser una base moral. Pero si los demás animales tienen un valor moral, entonces el veganismo es la única opción racional que respeta su valor moral, y constituye una obligación ética; no un estilo de vida opcional.


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