Los defensores de la reforma bienestarista están eufóricos. Están difundiendo un artículo del
Journal of Agricultural Economics titulado: "El Impacto del Bienestar Animal En El Consumo De Carne", y los
bienestaristas claman que: "La Ciencia Ha Dictaminiado Que Las Reformas De Bienestar Animal Consiguen Que La Gente Consuma Menos Carne".
[Nota: El artículo del
Journal of Agricultural Economics, que fue originalmente publicado ya no está disponible y sólo se puede acceder mediante suscripción a la revista. Pero el borrador del artículo titulado: "Cobertura Mediática Del Manejo y Bienestar Animal: Influencia En El Consumo De Carne", está disponible
aquí.]
Estoy consultando a académicos especializados en economía y estadística para poder presentar una réplica al estudio, el cual padece de varios problemas en la metodología y está pobremente diseñado. Pero puedo sugerir que un análisis conciso sobre el artículo indica que las proclamas de los bienestaristas son, como mínimo, exageradas.
En primer lugar, el consumo de carne está aumentando y no disminuyendo. El estudio no dice que las campañas bienestaristas hayan provocado ningún descenso del consumo. De hecho, dice que la demanda, estimada sobre el último periodo de diez años, no se incrementó tanto como los autores habrían previsto si la atención mediática sobre la cuestión del bienestar animal no se hubiera incrementado. Los autores reconocen que esa reducción en el incremento de la demanda es "pequeña, pero estadísticamente significativa".
Hay muchos más problemas con el estudio. Por ejemplo, los autores no fueron capaces de encontrar el mismo "pequeño" resultado en el caso de las vacas. Más aún, los autores señalan que "este descenso en la demanda se debe más bien a una salida del consumo de carne que a una renovación de la demanda dirigida a otro tipo de carnes". Ellos definen el consumo de carne incluyendo vacas, cerdos y aves. El bajo nivel en el incremento de la demanda, que es pequeño según afirman los autores, podría haberse redirigido hacia otros productos de origen animal que no forman parte del consumo de carne. Los autores también claran que hay problemas para conectar los resultados hallados con la cuestión del bienestar animal.
En resumen: el consumo de animales está
aumentando pero no se incrementó tanto respecto de cerdos y pollos y esto podría ser debido al bienestar animal, pero podría ser que no tuviera nada que ver con la cuestión del bienestar animal y cualquier descenso en el incremento de la demanda podría ser debido a una redirección hacia el consumo de peces, huevos, productos lácteos y productos cárnicos procesados.
¿Y los bienestaristas están entusiasmados con esto?
Durante los últimos diez años, las organizaciones bienestaristas han gastado
millones de dólares promoviendo campañas bienestaristas. Dejando a un lado los problemas metodológicos del estudio, si esto es lo mejor que los bienestaristas pueden ofrecernos, entonces estoy de acuerdo con lo que la ciencia ha demostrado: la reforma del bienestar animal es inútil y completamente inefectiva.
Más adelante expondré nuevas consideraciones más formales según aparezcan nuevos resultados.
Posdata añadida el 1 de agosto de 2013
Después de mi ensayo de marzo de 2011, mi interés en elaborar una respuesta formal fue disminuyendo en parte debido a que el estudio era tan obviamente defectuoso —e inapropiado para el propósito que los bienestaristas pretendían— que me parecía una pérdida inútil de tiempo. Además de que los expertos en estadística que consulté estaban muy ocupados. Por tanto, el asunto perdió por completo mi atención.
Sin embargo, cuando expuse una conferencia en el "
Animal Rights 2013 Conference" hace unas semanas, escuché a gente de
Farm Sanctuary y de
Humane Leage diciendo que el estudio prueba que "millones" de animales han sido salvados gracias a las reformas bienestaristas. Eso es increíble e insensato.
Todavía no tengo claro que el estudio merezca siquiera una respuesta formal teniendo en cuenta que hay otras tareas más importantes que necesitan ser atendidas. Y, francamente, la gente que quiere creer en la propaganda de la explotación "feliz" suministrada por los bienestaristas no se vería disuadida en ninguna forma aunque pudieran leer algo que refutara el estudio en cuestión.
La clave de la cuestión, como ya señalé en mi análisis previo, es que el estudio dice que:
«El consumo de animales está aumentando pero no se incrementó tanto respecto de cerdos y pollos y esto podría ser debido al bienestar animal, pero podría ser que no tuviera nada que ver con la cuestión del bienestar animal y cualquier descenso en el incremento de la demanda podría ser debido a una redirección hacia el consumo de peces, huevos, productos lácteos y productos cárnicos procesados.»
En otras palabras, el hecho de que el incremento en el consumo de cerdos y pollos no esté yendo tan rápido como se esperaba —aunque no sucede lo mismo con el consumo de carne vacuna a pesar de las muchas campañas focalizadas en el bienestar de las vacas— podría estar asociado a las campañas bienestaristas. Pero también podría estar asociado al clima, la salud, la economía o podría deberse al activismo de quienes defienden que el veganismo es una base moral y no tener nada que ver con las campañas reformistas del bienestar animal, o podría estar conextado a muchas otras cosas que no tienen que ver con las campañas bienestaristas.
En conclusión, si alguien cree que este estudio demuestra que las campañas reformistas del bienestar animal causan o tienden a que la gente se haga vegana es porque quiere creerlo, no porque el estudio apoye semejante creencia.