La semana pasada publiqué dos ensayos:
La reacción que recibí fue abrumadora en tan sólo unos pocos días. He recibido 52 correos electrónico —hasta ahora— preguntándome cuestiones sobre cómo aplicar esas ideas en circunstancias concretas.
Haré pronto un programa de radio sobre este tema en cuanto pueda, pero, dependiendo de cómo vaya mi trabajo, no será antes de una semana o dos. Hace mucho tiempo que no hago un programa y este tema parece lo suficientemente para para dedicarle varios programas.
Haré pronto un programa de radio sobre este tema en cuanto pueda, pero, dependiendo de cómo vaya mi trabajo, no será antes de una semana o dos. Hace mucho tiempo que no hago un programa y este tema parece lo suficientemente para para dedicarle varios programas.
Mientras tanto, la tesis que defendí en mis ensayos es que si la gente no tiene lo que yo denomino preocupación moral por los animales —con lo que quiero decir que tienen la creencia de que al menos algunos animales importan moralmente— y un impulso moral —con lo que quiero decir que ellos están motivados para seguir adelante, para actuar sobre esa creencia de manera de que quieran hacer lo correcto, y no solamente pensar lo correcto acerca del tema— entonces la lógica y la racionalidad no importarán demasiado.
Pero si alguien realmente tiene una preocupación y un impulso moral, entonces podemos usar la lógica y la racionalidad para que llegue a una posición vegana abolicionista.
En otras palabras, si alguien me dice: “Pienso que lo que le hizo Michael Vick a esos perros fue moralmente terrible porque está mal hacer sufrir a los animales sin ninguna razón,” yo puedo entonces usar la lógica y la racionalidad para demostrarle que nuestra práctica de comer animales y productos animales es indistinguible de usar animales para peleas.
Pero si alguien dice: “No me importa lo que Michael Vick o cualquier otro le hace a los animales. No considero que los animales tengan ningún valor moral,” es poco probable que esa persona esté interesada en los argumentos lógicos acerca de cómo debería cumplir con sus obligaciones morales hacia los animales. Ella no reconoce que tenga alguna.
La buena noticia es que la mayoría de la gente tiene alguna preocupación moral por al menos algunos animales. Nuestro desafío, como activistas por los animales, es usar la lógica y la racionalidad para conseguir que las personas vean que su preocupación moral tiene sentido sólo si la extienden a todos los seres sintientes y apoyan la abolición, tanto en sus vidas personales, en la forma de veganismo y, como una cuestión social, en la forma de educación vegana no violenta.
Y en cuanto a los que realmente no tienen ninguna preocupación moral por los animales, no podemos usar la lógica y la racionalidad para forzarlos a sentir de manera diferente; para “probar” que ellos deberían preocuparse. Si no les preocupa, no les preocupa.
Aunque nuestro desafío como defensores de los animales es ayudar a las personas a ver las implicancias de su preocupación moral respecto de los animales, es irrelevante porqué las personas tienen esa preocupación moral. Lo que es relevante es que ellos tienen preocupación moral. Eso es lo que nosotros necesitamos identificar y eso es lo que sirve como base del uso de nuestra lógica y racionalidad para demostrar que el veganismo es la única respuesta coherente para un sentido reconocimiento de que los animales importan moralmente.
Así que cuando alguien dice, “Pienso que lo que Michael Vick le hizo a aquellos perros fue moralmente terrible porque está mal hacer sufrir a los animales sin razón alguna,” la respuesta no es preguntar, “¿Por qué piensa así?” y entonces proceder a argumentar con la persona porque ustedes no están de acuerdo con la fuente de la preocupación moral de esa persona.
Por ejemplo, si alguien dice, “Pienso que lo que Michael Vick le hizo a esos perros fue moralmente terrible porque está mal hacer sufrir a los animales sin razón alguna,” el trabajo que tienen es lograr que ella vea que su preocupación moral requiere que deje de consumir o usar a los animales en conjunto, y alentar a otros a hacerlo, aparte de eso.
Le harían un flaco servicio a los animales si, en esa situación, ustedes dijeran, “¿Y por qué piensa eso?” y ella contestara, “Porque soy budista y veo la interconexión de la vida,” y ustedes procedieran a decirle a ella que es un idiota, o que es irracional por creer en el budismo porque ustedes son ateos y “científicos” y no creen en el budismo.
De manera similar, si la base de sus preocupaciones morales por los animales es su budismo, el trabajo que tienen no es convencer a alguien más —cuya fuente de preocupación moral puede ser completamente diferente, tal como su lectura de un poema de Byron, un ateo, o la relación que tiene con su perro— para que se haga budista. Lo que importa es que los dos comparten una preocupación moral. Porqué lo hacen es irrelevante. Todo lo que importa es que lo hacen.
Si una persona dice que la fuente de su preocupación moral por los animales es que ella creció en una granja que tenía animales y, aunque su familia explotaba animales, un día se da cuenta y reconoce que tiene parentesco con los animales no humanos pero está insegura acerca de qué hacer en cuanto a la acción práctica, nuestro trabajo es discutir con ella cómo su sentido de parentesco debería conducirla al veganismo y apoyar la abolición de la explotación. Nuestro trabajo no es criticarla porque su sentido de parentesco con los no humanos se desarrolló en una situación que nosotros consideramos moralmente objetable.
Escribí mucho respecto de la no violencia como fuente de preocupación moral en relación a temas que involucraban humanos y no humanos. Pienso que es justo decir que muchas personas comparten conmigo una creencia en la no violencia como un valor moral importante y fundacional, independientemente de si la ven conectada con una determinada religión o una tradición espiritual. Muchos adoptan la no violencia como un concepto puramente secular. De hecho, es precisamente porque la no violencia es un valor moral adoptado por muchos a pesar de cualquier otra cosa que puedan creer, que ésta provee un marco común con el cual manejar muchas cuestiones. Nunca discuto la no violencia en un contexto metafísico o espiritual determinado cuando discuto ética animal porque no es útil o relevante. Si ustedes y yo compartimos una preocupación moral —nuestra creencia en la no violencia— porqué lo hacemos así es irrelevante. Lo que es relevante es que nuestra creencia común es el fondo de nuestra preocupación moral por la violencia contra los animales. Desde esa preocupación moral compartida, podemos razonar para conclusiones morales importantes respecto del veganismo y la abolición.
Repito: no nos debería importar porqué las personas tienen una preocupación por los animales; lo que importa es que ellas tienen esa preocupación. Sus razones para preocuparse por otros animales —humanos o cualquier otro— sólo importan cuando ello limita su preocupación, no cuando la expande.
Continuará …