26 de marzo de 2010

Singer aprueba, otra vez, la explotación animal: Drayson y la vivisección en Gran Bretaña




Dos artículos destacables llegaron a  mi escritorio los pasados días:

Primero, Peter Singer, “el padre del movimiento por los derechos de los animales,” dijo en una entrevista:
«PROFESOR PETER SINGER: Si vamos a comer productos animales, entonces pienso que pesa sobre nosotros la responsabilidad de asegurar que los animales no hayan sufrido. Y eso puede consistir en un poco de compras en mercados locales o, al menos, comprar productos con certificación orgánica, dado el sistema actual. 
Y eso sería definitivamente mejor que la producción de la granja industrial. Creo que ésas son opciones. de todos modos, no creo que debamos estar comiendo tanta carne o productos animales como estamos comiendo
Por lo tanto, consumiendo carne y productos animales producidos localmente, o productos con “certificación orgánica”, cumplimos con la “responsabilidad de asegurar que los animales no hayan sufrido.” Esto es absurdo. La carne o los productos producidos local u orgánicamente vienen de animales que fueron torturados. El comentario de Singer no es diferente de decir:
Si vamos a acosar a los niños, pienso que pesa sobre nosotros la responsabilidad de asegurar que los niños no sufrieron. Y eso puede consistir en darles un poco de chocolate.
Y Singer agrega que, de cualquier modo, no deberíamos  “estar comiendo tanta carne o productos animales como estamos comiendo.”

Peter, la cantidad que deberíamos estar comiendo es cero.

Gracias a Nuestro Padre por reforzar, una vez más, la noción de que la explotación animal es moralmente aceptable.

Segundo, el Ministro de Ciencia de Gran Bretaña, Lord Drayson, observó que, a pesar de la acción directa militante contra los vivisectores, el número de experimentos con animales en Gran Bretaña aumentó el 14% desde el año pasado y que un estudio
"muestra que sólo a una tercera parte de los adultos británicos les agradaría una prohibición de la experimentación en animales, mientras que el número de personas que ahora aceptan incondicionalmente la necesidad de la investigación con animales se ha incrementado en un 28% desde 1999."
El presente enfoque no funciona. Y además del cuestionamiento acerca de la moralidad de la violencia, la acción directa militante no está haciendo nada más que incrementar la percepción de que los derechos animales son una cuestión periférica promovida por locos que no deberían ser tomados en serio. Pero eso no debería causar sorpresa. En un mundo en el que un número abrumador de personas piensa que es moralmente aceptable infligir dolor, sufrimiento y muerte a 56 mil millones de animales por año nada más que porque tienen buen sabor, el público no va a considerar más que como locos a aquéllos que usan la defensa de la violencia contra un uso de animales que le han vendido como “necesario” para su salud. Esto impide una discusión seria acerca de la moralidad del uso de los animales.

Necesitamos cambiar el paradigma desde el estatus de propiedad hacia la personalidad moral. Y la única manera de hacer esto es a través de la educación vegana creativa y no-violenta.



17 de marzo de 2010

¿Euforia? ¿Para quién?




En la publicación anterior de mi blog, «Socios En La Explotación», discutí los diferentes esquemas de etiquetado apoyados y promovidos por HSUS, PeTA, y otras corporaciones de bienestar animal.

Y quien lo iba a decir, ayer fui al local de Whole Foods Market, ya saben, el que recibió de PeTA el premio al "Mejor Vendedor Amigo de los Animales" [Best Animal-Friendly Retailer], y tomé una copia de “Whole Deal”, la revista de Whole Foods.

Y había un cupón para “All Natural Brown Cow Parfaits” que aparentemente son combinaciones de distintos sabores de yogurt.

¿Yogurt? ¿Pero esto no involucra sufrimiento y muerte de animales?

No se preocupen. Como pueden ver:



Este yogurt lleva la etiqueta “Certified Humane Raised & Handled["Certificación de Cría y Tratamiento Humanitario"] . La etiqueta de "Certificación de Cría y Tratamiento Humanitario" es el sello de aprobación de una organización llamada Humane Farm Animal Care, que desarrolló esta etiqueta con sus socios, incluyendo la Humane Society [HSUS] de los EE.UU. 

La etiqueta HFAC/HSUS es descrita como «una certificación de consumo y programa de etiquetado» para dar a los consumidores la garantía de que «los huevos, lácteos, carne o productos avícolas etiquetados han sido producidos teniendo en cuenta el bienestar de los animales de granja.»

La letra pequeña en el cupón dice que los Brown Cow Parfait:

«Siguen los estándares del Humane Farm Animal Care Program, lo que incluye una dieta nutritiva sin antibióticos u hormonas, animales criados con refugio, áreas de descanso, suficiente espacio y la posibilidad de practicar comportamientos naturales.»

Por favor noten que la vaca del cupón lleva puesta una pequeña gorra y sostiene una cuchara en su boca. Así que está todo bien. Ya ven, ella está sirviéndoles a ustedes voluntariamente este producto, hecho con el sufrimiento y muerte de ella y de sus hijos.

El cupón lleva la palabra “¡Euforia!” escrita en la parte de arriba. «Euforia» se define como una «sensación de felicidad y bienestar».

¿Y de la euforia de quién, de la sensación de felicidad o bienestar de quién estamos hablando?

¿Quizás la euforia de la Humane Farm Animal Care, que cobra un arancel por su pequeña etiqueta-de-aprobación? ¿Quizás la euforia de la HSUS, que promociona estos productos “humanitarios” de manera que los miembros de la HSUS y el público en general puedan sentirse buenitos acerca del hecho de comer productos provenientes de la tortura de animales? ¿Quizás la euforia de Whole Foods, que vende carne animal “humanitaria” y productos animales “felices”, haciendo una fortuna con ello? ¿Quizás la euforia de PeTA, que da premios a lugares como Whole Foods, de manera que esta organización, como la HSUS, pueda sacar provecho de la recaudación de fondos “carne feliz” y estimular el consumo de animales?

Hay una cosa de la que podemos estar completamente seguros: no es la euforia de la vaca.

Si no son veganos, háganse veganos. Es increíblemente fácil. Es mejor para su salud. Es mejor para el planeta, que sustenta toda la vida. Y lo más importante, es lo moralmente correcto para hacer.

12 de marzo de 2010

Socios en la explotación



Hacer que la sociedad se sienta más confortable acerca de la explotación animal y estimular el consumo es, por regla general, un objetivo explícito de las campañas y organizaciones de bienestar animal.

Por ejemplo, muchos de los grandes grupos de defensa animal en los EE.UU. y Gran Bretaña promueven esquemas de rotulado para dar un sello de aprobación a las carnes u otros productos animales. Por ejemplo, la Humane Farm Animal Care [HFAC], con sus socios HSUS, la American Society for the Prevention of Cruelty to Animals, Animal People, the World Society for the Protection of Animals, y otras, promueven la etiqueta de “Certificación de cría y manejo humanitario”, la cual se describe como “un programa de rotulado y de certificación al consumidor” para dar a los consumidores la seguridad de que, si llevan esa etiqueta, “los huevos, lácteos, carne o productos avícolas han sido producidos teniendo en cuenta el bienestar del animal de granja.”

La HFAC enfatiza que “en ‘los animales de consumo, el estrés puede afectar la calidad de la carne y la salud general [del animal]’” y que la etiqueta “crea una situación en la que todos salen ganando: vendedores y restaurantes, productores y consumidores. Para los granjeros, la ganancia significa que pueden alcanzar diferenciación, incrementar su participación en el mercado y obtener más lucro por elegir prácticas más sustentables”. Los vendedores minoristas también ganan porque, “la comida natural y orgánica está entre los rubros que han crecido con más velocidad en los últimos años. Ahora los almaceneros, vendedores minoristas, restaurantes, operadores de servicios y productores pueden beneficiarse de las oportunidades para ventas y ganancias con la etiqueta Certified Humane Raised & Handled.”

La Humane Society International, un brazo de la HSUS, lanzó “la etiqueta Humane Choice” en Australia que afirma que “garantizará al consumidor que el animal ha sido tratado con respeto y cuidado, desde el nacimiento hasta la muerte.” Un producto portando la etiqueta “Humane Choice” asegura al consumidor lo siguiente:

«El animal tuvo la mejor vida y muerte que puede ofrecerse a cualquier animal de granja. Básicamente, ellos viven como si vivieran en una antigua granja McDonald, pudiendo satisfacer sus necesidades de comportamiento y pastoreo y pudiéndose mover, sin corriente ni jaulas, con libre acceso a las áreas exteriores, a la sombra cuando hace calor y cobijados cuando hace frío, con una buena dieta y con una muerte humanitaria.»

Whole Foods Market, Inc., una cadena de supermercados localizada en los EE.UU., Canadá y Gran Bretaña, a la que PeTA le dio un premio como el "Best Animal-Friendly Retailer" [El comercio más amigable con los animales], afirma estar trabajando “con nuestros proveedores de carne de vaca y de aves más informados y vehementes, así como con los especialistas en tratamiento animal humanitario con visión de futuro”, no sólo para “mejorar la calidad y seguridad de la carne que vendemos, sino también para apoyar condiciones de vida humanitarias para los animales.”

Whole Foods también afirma que “se están desarrollando estándares específicos para cada especie, que requieren condiciones y ambientes que atiendan las necesidades físicas, emocionales y de comportamiento del animal. Los productores que consiguieron cumplir con éxito esos estándares voluntarios, podrán rotular sus productos con la designación especial “Animal Compassionate’” PeTA, Peter Singer y otras organizaciones bienestaristas apoyaron con entusiasmo estos estándares.


La RSPCA en Gran Bretaña tiene la etiqueta “Freedom Food”, que es un esquema para certificación de granjas y etiquetado de alimentos establecido por la RSPCA, una las mayores organizaciones bienestaristas del mundo. El esquema es una verdadera institución de caridad, establecida en 1994 para mejorar el bienestar de los animales de granja y para ofrecer a los consumidores una elección de bienestar animal de grado superior. La RSPCA provee “certificación para los granjeros, transportadores, matarifes, procesadores y empaquetadores y el esquema aprueba granjas de campo libre bien administradas, así como también granjas orgánicas e internas.”


La etiqueta Freedom Food “da a los consumidores la garantía de que el esquema es respaldado por la RSPCA, una de las más respetadas sociedades de beneficencia animal del mundo.”La RSPCA aconseja que los consumidores pueden mostrar su apoyo para mejorar el bienestar de los animales de granja y los más altos estándares de bienestar animal, “eligiendo productos con el logotipo Freedom Food.” Los productores pueden agregar valor a sus productos animales porque la etiqueta Freedom Food “diferencia tus productos y puede darte ventaja competitiva. Exhibir el logotipo Freedom Food capacita a los consumidores para identificar tus productos como de alto grado de bienestar animal.”


Los productores también se benefician porque aumentan los márgenes de ganancia, por el desarrollo de un “nicho” para los productos “de bienestar superior” que permiten que ellos “amplíen el objetivo del mercado”, y la “asociación con la RSPCA, una de las más famosas instituciones de caridad de bienestar animal del mundo”.


Además de eso, los productores pueden “ganar credibilidad dentro de la red de abastecimiento” y obtener otros beneficios económicos que incluyen un seguro más barato para las granjas, provisto por medio de la RSPCA. Y la RSPCA realmente ayudará a los productores a comercializar sus carnes y otros productos animales: “Usamos una variedad de herramientas de marketing, incluidos comerciales publicitarios, relaciones públicas, sitio web, exposiciones, muestras y promociones en los negocios. También trabajamos muy de cerca con los minoristas nacionales para desarrollar actividades promocionales conjuntas, realizar campañas conjuntas con la RSPCA y ofrecer apoyo de marketing a nuestros miembros”.


Desde mi punto de vista es claro que estas grandes corporaciones animales se han convertido en socias de la industria para promover el consumo de productos animales.


Este tópico sera discutido y debatido en el próximo libro, «The Animal Rights Debate: Abolition or Regulation?», que escribí en co-autoría con el Profesor Robert Garner, y que Columbia University Press publicará en breve.


10 de marzo de 2010

Ocho animales





Esta mañana AOL News publicó un artículo, PeTA’S Euthanasia Rates Have Critics Fuming.

El artículo establece que PETA:
«eutanasia más del 90% de los perros y gatos rescatados en sus refugios en Norfolk, Va. En 2009, PETA eutanizó 2.301 perros y gatos –el 97% de los que ingresaron– y adoptó sólo ocho, de acuerdo a las cifras establecidas por Virginia. Y el promedio de estas matanzas ha estado en aumento. Desde 2004 a 2008, la eutanasia practicada por PETA aumentó en un 10%.»
Comprobé los documentos de PETA con el Virginia Department of Agriculture and Consumer Services [Secretaría de Agricultura y Servicios al Consumidor de Virginia], y confirmé que la nota de AOL es correcta. PETA mató 681 perros y 1620 gatos. PETA también mató 51 “otros compañeros animales.”

Esto es un total de 2352 animales.

Y PeTA adoptó ocho animales. Ocho animales.

Esto es una vergüenza. “Eutanasia” es la muerte hecha en interés del humano o nohumano en quienes se practica. La eutanasia nunca se hace en interés de un ser sano.

PeTA aparentemente comparte la visión de Peter Singer de que una muerte relativamente sin dolor no constituye un daño para los animales porque, a diferencia de los humanos, la mayoría de los no humanos no son auto-conscientes y no pueden comprender lo que significa “tener una vida.” Para tener interés en la continuidad de su existencia, deben ser humanos. Así que aquellos 2352 animales que PETA mató no fueron realmente dañados. A ellos no les importaban sus vidas de todos modos. Nada se les arrebató cuando los mataron.

Qué absoluto absurdo especista.

De acuerdo con el Economic Research Institute, PeTA tiene ingresos de 31.053.316 dólares y activos de 19.759.999.

¿Cuánto de este dinero se destinó a un programa de adopción?

¿Cuántas celebridades de PeTA están promoviendo la adopción de los animales de PeTA en vez de sacarse su ropa para “ir desnuda” en pos de la gloriosa e incesante publicidad y promoción de PeTA?

¿Ocho animales? Parecería que sólo el personal de la oficina podría haber adoptado más que eso.

Combinen esto con el sexismo de PeTA, y los premios dados a diseñadoras de mataderos y cadenas de almacenes que venden carne y productos animales “felices”, y está claro que PeTA no es más que una broma, aunque, para los animales nohumanos, una de las más trágicas.


P.S. Agregado el 11 de marzo de 2010:

Ayer a la noche publiqué un comentario en Twitter:
«Temple Grandin anuncia que va a diseñar instalaciones “humanitarias” en PETA para manejar la matanza de miles de animales “rescatados”.»
Obviamente mi intención fue parodiar el hecho de que PETA premió a Grandin y de que la llama “visionaria” por proyectar los mataderos que PETA elogia.

Un considerable número de personas pensó que el comentario fue en serio. Encuentro fascinante lo siguiente: PeTA fue tan lejos, en dirección de la explotación animal, que las personas llegan a pensar que el comentario era serio. Eso nos dice mucho respecto de la desenfrenada confusión que reina en un movimiento donde el término “derechos animales” significa “rescatamos 2300 animales; matamos a todos, excepto a 8”.

Por hablar de eso, también publiqué lo siguiente en Twitter:
«HBO va a cambiar el título del documental acerca de Newkirk, de PETA. En vez de I am An Animal [Soy un animal], el título será I am An Animal (But Not One of the Ones We “Rescue” and Kill). [Soy un animal (pero no uno de los que nosotros “rescatamos” y matamos)].»
Eso también fue en broma, a pesar de ser, también, una posibilidad. Supongo.

7 de marzo de 2010

Veganismo: ¿simplemente otra manera de reducir el sufrimiento o un principio fundamental de justicia y noviolencia?






Es importante entender que hay diferencias significativas entre las personas que se consideran veganas.

Una diferencia importante se da entre aquéllas que sostienen que el veganismo es simplemente una manera de reducir el sufrimiento y aquéllas que sostienen que el veganismo es un compromiso fundamental con la justicia, la no-violencia, y un reconocimiento de la personalidad moral de los animales no humanos.

La diferencia entre estos dos grupos no es una mera cuestión de teoría abstracta –es una diferencia que tiene profundas consecuencias prácticas.

La posición predominante entre los neobienestaristas es que el veganismo es una manera –una de las maneras– de reducir el sufrimiento. Entendido de esta forma, el veganismo no es diferente de comer huevos de aves libres de jaulas en batería o carne producida en un matadero diseñado por la ganadora del premio de Peta, Temple Grandin. Según los neobienestaristas, todas estas son simplemente maneras de reducir el sufrimiento. Si X elige reducir el sufrimiento haciéndose vegano, muy bien; si Y elige reducir el sufrimiento comiendo huevos de aves libres de jaulas en batería, muy bien. Si X decide reducir el sufrimiento no comiendo ningún producto animal los lunes y no comiendo productos animales producidos de manera “humanitaria” durante los martes, perfecto. Afirmar que, por una cuestión moral, X debería ser vegano los lunes, los martes, y el resto de los días de la semana, es ser “absolutista”, “fundamentalista” o “fanático”.

Personas como Peter Singer, y grupos como “Vegan” Outreach y PETA sostienen esta posición. Por ejemplo, Singer sostiene que ser un “omnívoro consciente” es una “posición ética defendible.” Afirma que ser un vegano consistente es “fanatismo.” Se rotula a sí mismo como un “vegano flexible” que no será vegano en circunstancias en que no serlo sea conveniente. Menciona que come huevos y lácteos de animales de granja. Habla acerca del lujo de comer carne y otros productos de animales que han sido bien tratados, según su opinión, y matados “humanitariamente.” PETA afirma que la adhesión al veganismo como cuestión de principios es una cuestión de “pureza personal,” “modismo cultural narcisista,” y “obsesión fanática.” “Vegan Outreach deja en claro su énfasis en el sufrimiento y minimiza el uso de animales al afirmar que el veganismo:
«(…) no es un fin en sí mismo. No es un dogma o una religión, no es una lista de ingredientes ocultos o leyes inmutables –es sólo una herramienta para oponerse a la crueldad y reducir el sufrimiento–.»
Una asunción fundamental de la posición neobienestarista es que matar animales no es, en sí, infligirles un daño. A los animales no les preocupa que los usemos y matemos; sólo les preocupa cómo los tratamos y matamos. Mientras no sufran demasiado, los animales son indiferentes a que los usemos. Ellos no tienen interés en continuar existiendo.

Este pensamiento es el que ha llevado al movimiento de la carne/productos animales “felices”, el cual es el revés más serio en la lucha por justicia para los no humanos en décadas. Es este pensamiento el que lleva a PeTA y a Singer a sostener que podemos tener la obligación moral de no ser veganos en circunstancias en las que otros pudieran molestarse o desconcertarse al insistir en el veganismo.

Rechazo este punto de vista. Creo que es especista sostener que los no humanos deben tener mentes similares a las mentes humanas para tener interés en continuar existiendo. Cualquier ser sintiente tiene interés en la continuación de la vida, dado que prefiere, quiere o desea permanecer vivo.

No podemos justificar el uso de no humanos como recursos humanos, de la misma manera en que no podemos justificar la esclavitud humana. El uso de los animales y la esclavitud tienen al menos un importante punto en común: ambas instituciones tratan a seres sintientes exclusivamente como recursos de otros. Esto no puede ser justificado con respecto a los humanos; esto no puede ser justificado con respecto a los no humanos –no importa cuán “humanitariamente” los tratemos–.

El enfoque abolicionista ve al veganismo como la aplicación del principio de la abolición en la vida del individuo. Es nuestra expresión personal de que adoptamos la personidad moral de todos los seres sintientes y de que rechazamos la condición de los no humanos como propiedad. El veganismo es una parte esencial de nuestro compromiso con la no-violencia.

El veganismo no es sólo una manera de reducir el sufrimiento; es lo mínimo que la justicia para los no humanos requiere. No es el último paso en nuestro viaje para rechazar la esquizofrenia moral que caracteriza la relación humano/no humano; es el primer paso. Si los animales tienen cualquier significancia moral, entonces no podemos comerlos, vestirnos con ellos o usarlos con ninguna finalidad. Un vegano no es sólo vegano los lunes, o sólo cuando es conveniente. Un vegano es un vegano todo el tiempo. Yo no dejaría de ser vegano sólo porque serlo pudiera hacer que alguien se sintiera incómodo, de la misma manera que no me callaría si alguien contara un chiste racista o acosara a una mujer, por el hecho de que al hacerlo yo pudiera hacer sentir incómodo al ofensor.

No es “absolutista” ni “fanático” ser un vegano consistente, como tampoco se lo es al rechazar la violación o la pedofilia. Verdaderamente, caracterizar al veganismo como “absolutista” es en sí mismo especista, precisamente porque no caracterizaríamos así a nuestro completo rechazo de las formas fundamentales de explotación humana.

Si no son veganos, háganse veganos. Es realmente fácil. Es mejor para nuestra salud y reduce la violencia que nos hacemos a nosotros mismos. Es mejor para el planeta y reduce el daño que hacemos al hogar de los seres sintientes y a los ecosistemas que sustentan la vida. Pero, lo más importante, es lo moralmente correcto para hacer. Todos decimos que rechazamos la violencia. Tomemos lo que decimos en serio. Tomemos un paso importante para reducir la violencia en el mundo comenzando por lo que ponemos en nuestras bocas y sobre nuestros cuerpos.

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